Gerard Punto de VistaHubo muchos momentos en mi vida en los que esperé con la respiración contenida la respuesta a una pregunta importante. Pero nunca, antes, había sentido que todo mi futuro dependía de ese momento. Mientras Silvia estaba sentada en el sofá mirándome, un poco confusa y aturdida, empecé a preocuparme de que la respuesta que esperaba fuera un no.Una desesperación surgió en lo más profundo de mis entrañas y tuve que hacer algo. —Te quiero, Silvia —lo dije de nuevo por si no me había oído la primera vez. De nuevo, los segundos se alargaron como una eternidad y tuve que reconocer que ella no sentía lo mismo.Pensé que mis peores temores se habían hecho realidad al creer que Silvia me había traicionado y humillado. Estaba descubriendo que, en realidad, mi peor temor era que ella no me quisiera. Me esforcé mucho por evitar volver a sentirme así. Y, lo peor de todo, era que este momento era mucho peor que la primera vez que amé y perdí.Mientras me quedaba ahí sentado sin
Silvia Punto de VistaA la mañana siguiente, me desperté en medio de una nube de felicidad. Extendí la mano por la cama, pero al encontrarla vacía, me levanté de golpe y mi burbuja de felicidad estalló. ¿Dónde estaba Gerard? ¿Acaso lo de anoche había sido un sueño? ¿O había estado aquí y luego, en algún momento de la noche, había cambiado de opinión y se había ido?Me levanté de la cama, me puse la bata y me dirigí a mi pequeña sala de estar con la esperanza de que, tal vez, se había despertado temprano y estaba en mi cocina tomando una taza de café.Mi corazón se hundió al darme cuenta de que estaba sola. ¿Qué ha pasado? Mi desesperación empezó a convertirse en rabia por hacerme esto.El pomo de la puerta tintineó y ,entonces, la puerta se abrió y Gerard entró. Me sonrió mientras sostenía una bolsa de la panadería. —Ya te has levantado. Tengo el desayuno.Todavía había una parte de mí que quería ir y darle un puñetazo por haberme asustado, pero en lugar de eso corrí hacia él y me la
Gerard Punto de VistaUna parte de mí se preguntaba si no habría sufrido un desmayo por culpa de una borrachera o, quizás, simplemente, estaba soñando. Era algo que me sucedía muy a menudo, por lo que tenía que levantar la cabeza para comprobar que era real y que Silvia estaba ahí conmigo. También solía alargar la mano y tocarla solo para sentir que la tenía a mi lado. Cada vez que lo hacía, ella se volvía y me miraba con sus hermosos ojos azules que brillaban y su sonrisa amplia y sincera. Cuando eso sucedía, todas mis preocupaciones se disipaban y sentía que la vida era perfecta.Eso no significaba que no hubiera una parte de mí que siguiera aterrada por lo que estábamos emprendiendo. Que Silvia consiguiera ponerme de rodillas y que le entregase mi corazón, era aterrador. Aunque no tenía más remedio que hacerlo porque la alternativa, que era intentar vivir sin ella, me destruiría.Íbamos en mi carro conduciendo cuando alargué el brazo, cogí su mano y la besé. —Quiero llevarte a cas
Silvia Punto de VistaQuienquiera que hubiese dicho que los planes mejor trazados no salían bien, es que nunca se había casado con Gerard Hush. Fieles a nuestra naturaleza, que carece de paciencia, nos casamos muy rápido, en cuanto pudimos organizarlo en la playa, detrás de la casa del padre de Gerard.Hicimos coincidir la boda con la finalización de las pruebas de la campaña de marketing europea para la expansión que Ronny había iniciado hacía varios meses. Alguien tenía que llevar las pruebas a Europa y someterlas a unos cuantos grupos de discusión, para lo cual Ronny sugirió que Gerard y yo fuéramos como parte de nuestra luna de miel. Le recordé a Ronny que ya no trabajaba para él. Aunque Gerard y yo nos habíamos reconciliado y estaba dispuesta a echarle una mano de vez en cuando, ahora que tenía un bonito estudio, mis intereses volvían a estar en mi arte. No estaba segura de lo que pasaría con mi carrera, sobre todo desde que se supo que me iba a casar con Gerard. Estaba claro q
Katy Punto de VistaA pesar de lo mágico que había sido este viaje relámpago por Europa, estaba llegando a su fin. Mañana volvería a mi antigua vida en San Diego, California, como asistente de Ronny Hush.Por un momento, alejé esa realidad y reflexioné sobre esta experiencia única en la vida. Italia. Suiza. Los Países Bajos. Francia. San Diego y California tenían mucha belleza, e incluso historia, pero no eran nada parecido a lo que había visto en todos estos maravillosos países. La comida era deliciosa. El arte era igualmente impresionante. Las fotos de los libros y de Internet no le hacían justicia.Pero aún más glorioso era el hombre que me había presentado todo este esplendor. Ronny Hush resultó ser mucho más que el hombre de negocios inteligente, centrado y motivado que había llegado a conocer como su asistente. Por supuesto, su dinero le permitía disfrutar de las mejores cosas, pero era culto en otros aspectos más allá de su riqueza. Estaba su vasto conocimiento en historia. Su
Ronny Punto de Vista Silvia era muy feliz con mi hermano Gerard. Yo, por mi parte, seguía mi relación falsa con Ronny... Me senté y me froté los ojos. Se me habían puesto vidriosos por todo el papeleo que había sobre mi mesa. Me entusiasmaba la idea de internacionalizar la empresa de calzado de la familia, pero la cantidad de trámites burocráticos y de obstáculos que había que superar eran suficientes para hacerme estallar.Sacudiendo la cabeza para quitarme las telarañas, me centré en la tarea que tenía entre manos: conseguir un distribuidor europeo. Esperaba que la teleconferencia que estaba manteniendo con Christian LaMont cerrara el trato y pudiéramos seguir adelante con nuestra expansión.Llamaron a la puerta y ésta se abrió. Mi hermano Hamilton asomó la cabeza. —La abuela quiere una reunión.—Tengo una llamada en breve. —Se encogió de hombros. —Dice que es importante.Comprobé que tenía todas mis notas y datos para la llamada listos en mi escritorio para cuando volviera. Lueg
Katy Punto de VistaFruncí el ceño mientras pasaban los minutos y mi jefe aún no había vuelto a su despacho. Me había ido un momento a rellenar mi café y cuando volví, ya no estaba. Y todavía continuaba fuera cuando en pocos minutos tenía programada una videollamada con un distribuidor europeo. No era propio de él llegar tarde o hacer cosas de última hora. Ronny Hush era un hombre centrado y meticuloso con su trabajo. Entonces, ¿qué le había sacado de su oficina, especialmente justo antes de una reunión tan importante?Andi, la asistente de la matriarca y jefa de Hush Incorporated, Margaret Hush, entró en mi área de trabajo.—¿Qué ocurre? —preguntó.—Tenemos una llamada importante en unos minutos y mi jefe está ausente. Tiene que cerrar este negocio hoy —dije, revisando mis archivos por enésima vez para que, cuando llegara, estuviera preparada para reunirme con él—. ¿Lo has visto?—Margaret convocó una reunión de última hora, así que está en la sala de conferencias con sus hermanos. A
Ronny Punto de Vista Había perdido la cabeza. Acababa de sugerir que me casaba con mi asistente para cerrar un negocio. La estaba tocando de manera personal. La señora Nichols seguro que me demandaba por acoso sexual.Pero necesitaba este trato y seguramente habría una manera de hacer feliz a Christian LaMont sin tener que casarme. Podía comprometerme, cerrar este trato, y como LaMont experimentaría una gran relación comercial con Hush Incorporated no importaría si estaba casado o no. En ese momento, la señora Nichols y yo podríamos cancelar tranquilamente la boda.—¡Felicidades! —exclamó LaMont—. Tengo algo más que celebrar con mi esposa esta noche. Somos unos románticos empedernidos.Me pregunté si eso estaba en el ADN francés. Miré a la señora Nichols, que estaba a mi lado, con la esperanza de que estuviera de acuerdo. Tenía los ojos muy abiertos y estaba seguro de que iba a desenmascarar mi mentira. Dios, solo podía imaginar lo que LaMont pensaría de mí entonces.—No esperabas que