Gianna despertó algo desorientada, tenía un fuerte dolor de cabeza, miro a su alrededor con curiosidad. Pensó que todo era en sueño, pero no, era real, Arnold la había secuestrado, debía de salir de allí lo más rápido posible. Lo último que recordaba, era cuando Arnold le había colocado un pañuelo en la nariz, luego de eso todo se volvió oscuro.Estaba en una habitación, se levantó rápidamente, camino hasta la puerta, intento abrir, pero no era posible, intento abrir las ventanas sin éxito. Estaba encerrada como un animal, no tenía a donde refugiarse, Dexter debía darse prisa. Escucho la puerta abrirse, se quedó quieta, observo a Arnold ingresar a la habitación, vestía completamente de negro y llevaba el arma en sus manos. —Que bueno que estás despierta, quiero hacerle una llamada a mi querido hermano. Gianna se mantuvo tranquila, que era lo que pretendía llamando a Dexter. —¿Ahora qué pretendes? Ya me tienes en tus manos, puedes matarme de una vez y terminar con esto. Arnold
—Se atrevió a llevar a ese mocoso a la mansión —exclamo Isabella molesta. Jimmy escuchaba en silencio las múltiples quejas de su jefa, parecía estar furiosa.—Debería de calmarse, eso le hace daño a sus nervios, lo hecho, hecho está —respondió el joven con total tranquilidad. Isabella no podía aceptar que su hijo sintiera empatía por el pequeño, mucho menos que se encariñara con él. —No lo acepto, no puedo. —Su esposo no fue el único que cometió errores y usted lo sabe, dejé todo en el pasado, ha pasado prácticamente cinco años. Isabella se molestó con las palabras de su asistente. —Mi matrimonio ni fue perfecto, ni un lecho de rosas, pero nunca tuve el descaro de ir tan lejos. Jimmy continuó leyendo las noticias sobre la desaparición de Gianna, Dexter debía de estar muy preocupado. —Deberías de estar al lado de tu hijo, te necesita. —Él prefiere a ese bastardo antes que a su madre, entonces no tengo nada que hacer en ese lugar —respondió entre dientes. Jimmy dejó de prestar
Emeth iba conduciendo a toda velocidad por la carretera de la ciudad, el lugar se encontraba en un barrio de clase media.No era muy concurrido, continuó avanzando hasta llegar al lugar indicado. Era una pequeña casa al final de la carretera, se veía algo descuidada, bajo rápidamente del coche. Dexter abrió el portón, que rechino al ser abierto, llevaba el arma en sus manos, camino hasta la entrada, la puerta estaba cerrada. Dexter le dio una patada a la puerta, para poder abrirla, al entrar al lugar se dio cuenta de que nadie vivía allí desde hace mucho. Había polvo en el piso, camino lentamente, ambos empezaron a buscar en todo el lugar, en la planta baja no había nadie, subieron las escaleras. En la segunda planta las habitaciones estaban vacías, se habían marchado, de eso no había dudas, habían estado allí. Había algunos vasos tirados en el suelo y unos trozos de pan. Dexter estaba molesto, ese imbécil se les había escapado de las manos nuevamente. —Estuvieron aquí, estoy
Isabella estaba en la habitación de su esposo, podía notar como su estado de salud se estaba deteriorando con rapidez. En el pasado había amado a su esposo, pero luego la relación se había enfriado, eran como dos desconocidos viviendo juntos. Ante la sociedad disimulaban muy bien, fingía ser felices, pero dentro de esas cuatro paredes las cosas eran diferentes. Pero nunca pensó en divorciarse, no pasaría esa vergüenza ante la sociedad, eso jamás. Tenía un apellido que mantener, lo que más le dolió, fue la traición del hombre frente a ella, eso había sido el peor golpe de todos. —Su condición ha empeorado —murmuro Jimmy. —Lastimosamente, así es, se llevará muchos secretos a la tumba. Después de unas horas en ese lugar regreso a la mansión, se encerró en su oficina a trabajar, no quería ser molestada. Ver a su esposo en esa condición era algo difícil, pasaba sedado la mayor parte del tiempo. Jimmy le ofreció una taza de café, bebió un sorbo, tenía tantas cosas en la cabeza que
Dexter estaba algo nervioso, había recibido el mensaje de Arnold, debía de ir a un edificio en construcción. Estaba algo desconfiado, el edificio se encontraba a una hora aproximadamente, era consciente de que iba directo a una trampa. ¿Pero qué opciones tenía en ese momento? Debía de seguir las intenciones de su hermano al pie de la letra. —Hagas lo que hagas, evita provocarlo —le advirtió su tío —no quiero que pongas en peligro tu vida o la de Gianna, ¿de acuerdo? —Sí, no te preocupes, tío, evitaré que se moleste. —Iré en la cajuela, Antonio estará cerca, solo necesito que lo distraigas por 10 minutos, para poder ayudarte. —De acuerdo, 10 minutos. El corazón de Dexter latía con fuerza, necesitaba despedirse de su madre, tomo su celular, sabía que ella estaba algo molesta, pero eso era lo de menos. Era su madre y la amaba, marco su número y espero a que ella respondiera.—Mamá, llamaba para saludarte, iré por Gianna —murmuro. Hubo silencio del otro lado de la línea, sabía qu
Dexter, camino en dirección a la entrada, había dejado el arma en el coche, dos hombres bloqueaban la entrada.Eso no era bueno, Arnold tenía algunos cómplices, eso no estaba bien, escapar sería mucho más difícil en esa situación. Uno de ellos se encargó de revisarlo para asegurarse de que no llevara ningún arma oculta. —Se encuentra en el último piso, está esperándote. Dexter empezó a subir los escalones rápidamente, no tenía un plan b en ese momento, solo esperaba que Antonio y Emeth tuvieran un as bajo la manga. De lo contrario estaría perdido, dependía de ellos completamente, continuó avanzando, se detuvo en el último escalón, estaba algo agotado. Avanzó lentamente, hasta estar frente a su hermano, quien sostenía un arma y apuntaba directamente a la cabeza de su esposa. Dexter miró a Gianna fijamente, podía notar los moretes en su rostro, eso lo molesto mucho, ese imbécil iba a terminar muerto, como se había atrevido a golpear a su esposa. —Al fin llegas, justo a tiempo. —Y
—Baja el arma.—Piensas asesinar a tu propio sobrino, no puedo creerlo, adelante, puedes disparar si eso es lo que prefieres. Emeth miro a Dexter, luego Arnold, los había visto crecer a ambos, no tenía el valor de asesinarlo. Arnold se empezó a burlar de su tío, él sabía que no iba a tener el valor de jalar del gatillo, era tan débil como Dexter. —Eres un cobarde, ni puedes lastimarme no es verdad. Emeth sostenía el arma con firmeza, Dexter trato de mantener la calma. —La vida de Dexter está en mis manos, lo olvidas, si disparas yo haré lo mismo.Arnold caminó lentamente en dirección a su hermano. —Detente —le grito Emeth molesto —no temes morir. —No, esa es la verdad. Emeth disparo al suelo como advertencia, pero Arnold lo ignoro, no quería hacerle daño a su sobrino, pero no podía permitir que dañara a Dexter. —Detente Arnold, no quiero hacerte daño, acaso no lo entiendes. —Entonces piensa rápido, él o yo. Arnold apuntó nuevamente a Dexter y jalo del gatillo en tres ocasio
Gianna estaba sentada en la camilla de la habitación, los doctores se habían hecho cargo de ella, tenía unos cuantos moretes, rasguños y un par de heridas.No había nada de que preocuparse, estaba a salvo, la puerta se abrió de golpe, Salma ingreso al lugar. Tenía lágrimas en los ojos, le mostró una sonrisa, estaba feliz de seguir con vida, su amiga se acercó y la abrazo con fuerza. —Gracias a los dioses, estás bien, estaba tan asustada, pensé que iba a perder a la única amiga que tengo —sollozo —en realidad lo siento, todo fue mi culpa. Gianna seco sus lágrimas, estaba bien, no había motivos para llorar. —Estoy bien, mírame, nada de esto fue tu culpa y lo sabes. —Al menos ese imbécil está muerto, no volverá a hacerte daño. Recordó los últimos minutos de vida de su cuñado, había tenido una vida miserable, gracias al odio dentro de él. —Su odio lo llevo a ese destino tan cruel, solo quiero olvidar todo esto y volver a casa, extraño a Nolan. Gianna observo a dos oficiales ingres