Mis amores, la historia de Ivan sera corta, igual que la de Kieran. Un abrazo.
C197-YO, SOLO TE TOCO.Madison removió su café con la cucharita, tratando de parecer relajada, Henry la miraba con una sonrisa tranquila, como si no notara lo nerviosa que estaba.—¿Azúcar? —preguntó él, tomando el pequeño sobre blanco de la mesa.—Ah, sí, gracias —respondió, intentando no tambalearse con las palabras.Henry vertió el azúcar en su taza y la revolvió con cuidado, como si fuera lo más natural del mundo. Su atención la incomodaba, pero al mismo tiempo era reconfortante. Siempre había sido así con él, atento, amable… demasiado perfecto.—Entonces, ¿por qué volviste a Chicago? —preguntó, apoyando los codos en la mesa y fijando sus ojos en ella.Madison tragó saliva. No había preparado una respuesta para esa pregunta, y mentir no era una opción. Sus dedos tamborilearon contra el borde de la taza antes de decidirse.—Voy a divorciarme de Iván.Los ojos de Henry brillaron por un instante, pero fue tan rápido que Madison casi no lo notó. Él se recargó en el respaldo de su sill
C198-NO SOY MENTIROSO.El beso entre Madison e Iván fue como un choque de mundos. Intenso, lleno de todo lo que no se habían dicho en años. Sus labios se encontraron con una desesperación que ninguno de los dos pudo controlar, como si ese contacto fuera lo único que pudiera sanar las heridas que llevaban cargando. Iván la pegó a la pared, como si temiera que pudiera escaparse de nuevo.Madison, por su parte, quiso resistirse, pero no pudo. Sus manos se aferraron a la camisa de Iván, y aunque su mente le gritaba que lo empujara, su cuerpo se negaba a obedecer. Había algo en ese beso que le recordaba todo lo que alguna vez tuvieron, todo lo que habían perdido.Y cuando el finalmente rompió el beso, sus manos subieron a su rostro, sosteniéndola con delicadeza, pero su mirada seguía siendo intensa, fija en la de ella.—Deborah estará aquí en media hora —dijo, controlando su respiración—. Quiero es que me creas, malishka. No porque lo diga yo, sino porque vas a verlo con tus propios ojos.M
C199- SOLNYSHKO.Madison removió su cuchara dentro de la taza de café sin mucho interés. Su desayuno estaba casi intacto, pero su mente no paraba de dar vueltas. Aun no procesaba del todo lo que había descubierto el día anterior: Iván no se había acostado con Deborah. No debería importarle, pero la verdad era que la aliviaba saberlo.Aun así, esa sensación de alivio no opacaba el resentimiento que llevaba dentro. Porque él la había dejado. Se había ido sin una palabra y, después había reaparecido de la nada para obligarla a casarse con él. Como si su abandono nunca hubiera pasado, como si tuviera derecho a reclamarla de nuevo.El sonido de la puerta principal al abrirse de golpe la sacó de sus pensamientos. Dos guardaespaldas entraron a la casa sosteniendo a Iván.Pero contrario a lo que cualquiera pensaría, él no estaba borracho. Estaba sangrando.—¡Dios mío! —se levantó de la silla y corrió hacia ellos—. ¿Qué le pasó?Iván alzó la mirada con un ojo amoratado y le dedicó una media so
C200- UN MAFIOSO CELOSO Y UNA NOCHE SIN ESCAPE.Había pasado una semana desde que Madison curó las heridas de Iván, pero la distancia entre ellos seguía intacta y ella extrañaba sus caballos, la naturaleza, su vida. Necesitaba salir de allí, y por eso ahora estaba delante de Iván, decidida a encontrar una solución.—¿Cuándo iremos a la dichosa reunión? —soltó, su tono deliberadamente hostil.Iván terminó de firmar un documento con calma antes de levantar la mirada hacia ella.—¿Tan deseosa de completar el divorcio?Cada vez que Madison mencionaba la separación o lo insinuaba, sentía un nudo en el estómago, como si se hubiera tragado una mosca.—Quiero empezar mi nueva vida, Iván.—su voz fue fría, sarcástica, como si le divirtiera la situación. ―¡Dios, si tan solo lo entendieras!El apretó el documento entre sus dedos.—Cuidado... parece importante.Iván soltó el documento con brusquedad y se puso de pie.—El viaje se ha retrasado por unos asuntos, pero no veo que te falte nada aquí pa
C201- PERLAS.Madison intentó girar el rostro, alejarse, pero la mano de Iván en su cintura la mantenía atrapada, firme contra el colchón.—Suéltame —susurró, aunque ni ella misma sonaba convencida.Iván bajó el rostro, rozando su nariz con la de ella, su aliento cálido acariciándole la piel.—No mientas, malishka —murmuró con voz ronca—. Me deseas tanto como yo a ti.Madison cerró los ojos, negándose a caer en su juego.—No…—Sí —Iván deslizó su mano por su costado, quemando cada centímetro con su tacto—. Ambos llevamos demasiado tiempo conteniéndonos. Demasiado tiempo fingiendo que esto no nos consume.Ella abrió los ojos y se encontró con los de él, oscuros, hambrientos. Sabía que debía apartarlo, que esto no era parte del acuerdo… pero maldita sea, él tenía razón.Así que no peleó cuando Iván inclinó el rostro y atrapó su boca con la suya.El beso fue fuego.No hubo suavidad, no hubo dudas. Solo labios que se buscaban con desesperación, lenguas que se encontraban y un deseo acumul
C202- TRAICIONES Y VERDADES OCULTAS.Cuando Iván despertó, extendió la mano buscando el cuerpo de Madison, pero solo encontró las sábanas frías.Se incorporó de un salto y recorrió la habitación hasta encontrarla de pie junto al espejo, ajustando los últimos detalles de su ropa. Estaba completamente vestida, el cabello perfectamente arreglado y los labios pintados de rojo.—¿A dónde vas? —preguntó, su voz ronca por el sueño.Madison le lanzó una mirada por el reflejo del espejo, con una expresión indiferente.—Me voy.Iván entrecerró los ojos, confuso.—¿Qué?Ella se giró con una sonrisa divertida y encogió los hombros.—Fue genial y todo, pero… ya me tengo que ir.Iván parpadeó, todavía procesando sus palabras.—¿Qué demonios te pasa?Fue entonces cuando se dio cuenta de su atuendo: botas, chaqueta, bolso en mano. Estaba lista para salir.—Tengo una cita con Henry —dijo casual, como si no acabara de destruir su mundo—. Y ya que me dejaste sin celular, voy a comprar otro.La rabia gol
C203- 10 MINUTOS.Iván salió del baño con el cabello aún húmedo y las gotas de agua resbalando por su torso. Había pasado más tiempo de lo habitual en la ducha, intentando calmar el enojo que Madison había provocado en él. Pero no lo había conseguido del todo. Ella se había ido, pero eso no significaba que estuviera fuera de su alcance. El auto que se había llevado tenía un localizador, y eso le daba la ventaja. Planeaba vestirse, ir a su dichosa cita y acabar de una vez por todas con el vendedor de casas que tanto le molestaba.Mientras buscaba una camisa en el armario, su teléfono sonó. Lo tomó con brusquedad y contestó sin molestarse en ocultar su mal humor.—¿Qué? —espetó.—Señor... tengo los estados de cuenta de Deborah —respondió la voz al otro lado de la línea.Iván se tensó de inmediato, su atención completamente enfocada.—Habla —ordenó con frialdad.—Deborah ha estado recibiendo grandes sumas de dinero, señor. Todas provienen de un banco irlandés. Los montos son significativ
C204- DESQUICIADO.Madison conducía con la mirada fija en la carretera. La dirección que Deborah le había enviado estaba a solo unos minutos, pero cada metro que avanzaba hacía que su mente se llenara de dudas. Durante años, había intentado entender por qué Deborah la odiaba tanto, por qué se había dedicado a torturarla con fotos, mensajes y rumores.No podía ser solo un capricho. Había algo más, alguien más detrás de todo eso. Y ahora, finalmente, estaba a punto de descubrir la verdad.Cuando llegó, detuvo el auto frente al edificio, era un lugar viejo, claramente fuera de funcionamiento desde hacía tiempo. Tragó saliva, sintiendo cómo su nerviosismo aumentaba. Todo en ese lugar gritaba peligro, pero no podía echarse atrás. Agarró su bolso y su teléfono, respiró hondo y salió del auto.El aire frío le golpeó el rostro mientras se acercaba al edificio. Entró al lugar y caminó hacia la puerta que correspondía al tercer piso.Justo cuando levantó la mano para tocar, su teléfono vibró. M