C183- HIJO.Kieran corrió tras ella, el sonido de sus pasos reverberando en los pasillos de la mansión. Al llegar a la habitación, Clara intentó cerrar la puerta, pero él la bloqueó con el pie, empujándola con fuerza para entrar.—Clara, por favor… —su voz era pura desesperación—. ¡Déjame explicarte!—¡No hay nada que explicar! —espetó ella, empujándolo con furia—. ¡No quiero escucharte!Kieran cerró los ojos un segundo, tratando de mantener la calma.—Escúchame, por favor.—¿Para qué? —soltó con frialdad—. ¿Para qué me sigas manipulando? ¿Para qué sigas usándome?Él sintió el golpe de esas palabras como un puño en el estómago.—No… no es así. ¡Estás equivocada! Yo…—¡Claro que sí! —gritó ella, su voz quebrándose—. ¡Lo supiste todo este tiempo y me engañaste! ¡Sabías la verdad y te callaste! ¡¡ERES UN DESGRACIADO, KIERAN! ¡UN MENTIROSO!Él negó ansioso.—No lo sabía, joder —su voz tembló—. No lo supe hasta hoy.Clara soltó una risa amarga.—¿Y se supone que debo creerte? ¡No puedo! ¡N
C184- ES EL PAPÁ DE LEO.Leo se aferró a la pierna de Kieran como si su vida dependiera de ello. Enterró la carita en la tela de sus pantalones, no quería mirar a su madre. No lloraba a gritos, no hacía berrinche; solo sollozaba bajito, temblando como una hojita.—No, mami, no… —repetía entrecortado, las palabras apenas audibles— aquí… Kieran…Clara tenía la cara roja, los ojos le brillaban, pero no de emoción, sino de rabia… y de cansancio. Tiró del brazo de Leo con fuerza.—¡Leo, nos vamos! ¡Suelta a Kieran!—¡NO QUIERO A KIERAN!—¡LEO, OBEDECE! —espetó Clara, perdiendo la calma.Kieran se agachó, intentando tocar a Leo, acariciarle el pelo, algo… Pero Clara lo apartó de un manotazo.—¡No lo confundas más! Ya está decidido, ¡nos vamos!El corazón de Leo, ese corazoncito de cinco años, pareció romperse de verdad. Sintió la mano de Kieran alejarse, y sus deditos se quedaron en el aire, como buscando algo que ya no estaba. Soltó un gemido, un sonido ahogado que le salió de muy adentro.
C185-UNA OPORTUNIDAD. —Es verdad —dijo Kieran con voz firme—. Yo soy el padre de Leo. El aire pareció volverse denso. Cassio cerró los ojos por un instante, conteniéndose, pero cuando los abrió de nuevo, su furia estaba al rojo vivo. —Eres un maldito —gruñó con rabia contenida—. Un poco hombre que ni siquiera tuvo los cojones para decir la verdad desde el principio. Kieran apretó los puños y negó. —No lo sabía. No lo supe hasta que... —intentó defenderse. —¡No me vengas con excusas! —Cassio avanzó un paso, listo para destrozarlo—. ¡Voy a hacer que te reconstruyan la cara, infeliz! Pero Luna intervino antes de que Cassio pudiera asestar el primer golpe. —¡Basta! —gritó—. No pueden hacer esto delante de los niños. Cassio se giró hacia ella. Su respiración era agitada, pero al ver a Leo y Jared mirando con ojos grandes y asustados, cerró la boca con fuerza y se contuvo. Su esposa tenía razón. Luna lo sostuvo con la mirada y luego se giró hacia Kieran, con tristeza en los ojos.
C186- TE ESCUCHO.Clara se quedó mirando a Luna, completamente perpleja. Era como si su cerebro estuviera haciendo cortocircuito. No podía creer lo que acababa de decir Luna sobre Cassio.—¿Cómo no le cortaste las pelotas? —preguntó.No sabía si le molestaba o si realmente se sorprendía de que Luna estuviera hablando tan tranquilamente de algo tan complicado.Pero Luna sonrió ante la reacción de Clara, sin alterarse.—Bueno, confieso que tuve la idea... —rió suavemente—, pero... pensé en mi bebé. Afortunadamente, el rapacito... y... lo perdoné.Clara miró al suelo. Sus dedos jugueteaban con la flor en sus manos mientras luchaba por encontrar alguna lógica en todo eso.—¿Me dices esto para que perdone a Kieran? —preguntó, levantando la vista y mirando a Luna con una mezcla de frustración y confusión.—Lo digo para que entiendas que sé cómo te sientes. Pero, aun así, debemos seguir creyendo en el amor, Clara. —Luna giró suavemente el rostro de Clara hacia ella y sonrió—. Y tus ojos me d
C187- TENDRÁS QUE MATARME.Kieran estaba nervioso. Sentía un nudo en el estómago, pero, al mismo tiempo, algo en su interior le gritaba que debía contarle todo a Clara. Ya no quería más secretos entre ellos. Si había una posibilidad de sanar, de reconstruir lo que tenían, no podía guardarse nada.La miró fijamente, sus ojos reflejando una mezcla de miedo y esperanza.—Esa noche... —comenzó, tragando saliva mientras intentaba organizar sus pensamientos—. Fui a un club en Chicago. Estaba cerrando un trato que Declan me había pedido y, en ese momento de mi vida, estaba completamente sumido en un caos emocional.Clara lo escuchaba en silencio, sus ojos capturando el dolor que se reflejaba en la mirada de Kieran.—Una de las chicas del club... me drogó. Lo sabía, por eso me fui. No quería acostarme con ella. Así que, en cuanto llegué al hotel, me metí bajo una ducha fría, esperando que eso ayudara a contrarrestar el efecto. Pero... cuanto más tiempo pasaba, más fuerte se hacía. Y cuando fu
C188- NO ACEPTO PROSTITUTAS.La habitación parecía más pequeña de lo habitual y Kieran dio un paso alejándose de Clara, pero mantuvo su mirada fija en Declan. Su mandíbula estaba tan apretada que parecía que sus palabras podrían romperse al salir. —¿Matarte? ¿Es en serio, Declan? —espetó—. ¡¿Qué cojones te pasa?! Mientras tanto, Clara miraba entre ambos; su rostro estaba pálido, se sentía atrapada en medio de una tormenta que no sabía cómo detener. —¡Ella es la mujer que amo! —gritó Kieran de repente y la señaló con un dedo tembloroso—. Y que lo sepas, es la madre de mi hijo... Puede que no lo entiendas ahora, pero... —Lo sé —lo interrumpió Declan de golpe, su tono frío, casi cortante.Ambos, Clara y Kieran, fruncieron el ceño al unísono. —¿Qué? —Sé quién es Clara —continuó Declan, sin inmutarse—. Y sé que el niño es tuyo.El impacto de esas palabras cayó como un ladrillo. Kieran retrocedió un paso, como si hubiera recibido un golpe físico. Clara, por su parte, se llevó una mano
C189- BIENVENIDA A LA FAMILIA.Pero Kieran no parecía escucharla. Su rabia era un torrente incontrolable.—¡Por tu culpa perdí años con mi hijo! —gritó Kieran, su voz quebrándose por la rabia y el dolor—. ¡Todo porque tú decidiste jugar a ser Dios con mi vida! ¡Te odio, Declan!—¡Lo único que he hecho por esta familia es mantenernos juntos! —espetó Declan, con el rostro ensangrentado—. ¡Salvarlos, protegerlos, cargar con todo! ¡Pero tú, hermano, pareces no ver nada de eso! ¡Eres un maldito ingrato!Kieran se lanzó de nuevo hacia Declan. Su cuerpo estaba agotado, pero su rabia era un combustible inagotable. Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarlo, un tercer jugador apareció en escena.—¡¿Qué carajos está pasando aquí?! —gritó Cassio desde la puerta.Ambos hermanos se detuvieron por un segundo, pero no respondieron. En lugar de eso, Declan aprovechó el momento para darle un cabezazo a Kieran, enviándolo al suelo con un golpe seco. Kieran cayó de espaldas, aturdido, mientras la sang
C190- UNA BODA IRLANDESA.Un mes después de aquel intenso enfrentamiento, las cosas habían cambiado. Luna había dado su aprobación y, aunque Cassio había intentado imponer una boda elegante y tradicional al estilo italiano, Kieran no cedió ni un milímetro. El irlandés quería que su boda se celebrara en su tierra, con las tradiciones de su gente, y, al final, logró salirse con la suya.El gran día llegó, y las mágicas tierras de Irlanda se vistieron de gala para la ocasión. El paisaje era simplemente de ensueño: colinas verdes que parecían no tener fin, un castillo antiguo rodeado de flores silvestres y un cielo despejado que parecía bendecir la unión.Todo estaba listo para un día que nadie olvidaría.En una de las habitaciones del castillo, Luna terminaba de arreglar a Clara. La joven novia estaba sentada frente a un enorme espejo de madera antigua, mientras Luna ajustaba los últimos detalles de su vestido.El vestido era una obra de arte, un diseño tradicional irlandés que parecía s