CAPÍTULO 30

Mateo y Genesis compartieron un agradable momento — Te veré a tu regreso y no acepto un no como respuesta, y te advierto ni se te ocurra delatarme porque tu marido va a torturarme, mucho menos le digas que estoy conduciendo, aún soy menor de edad.

Genesia había sonreído, le entregó el casco, segundos después la motocicleta se alejó de ella, las luces de la Mansión estaban completamente apagadas, Genesis abrió la puerta de manera cuidadosa, parecía ser que Leandro no había vuelto, de hecho ella supuso que el encuentro con su hermana había terminado en algo más entre ellos, quizás la vergüenza los había abandonado él estaba casado y ella estaba comprometida, pero había algo muy fuerte que los une y es el amor.

— ¿En dónde y con quien estabas? - La pequeña lámpara se había encendido, Genesis había dado un salto por el susto que había experimentado, la luz enfocaba en el rostro de Leandro, ella supo de inmediato por la atmósfera y por el rostro hosco del hombre que estaba muy molesto -
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