— ¡Genesis! - la joven que estaba disfrutando de un buen sueño en el sofá saltó inmediatamente cayendo al suelo, se sobó la frente por el golpe recibido por la caida - Genesis, maldita sea dónde estás - Escuchar la furiosa voz de su marido la hizo despertarse por completo, era cómo el rugir del Rey León. Cuándo miro hacia arriba se percató de la presencia del demonio, Genesis se mordió los labios, Leandro se veía aterrador, era una clara amenaza para ella. — ¿Qué ocurre? - Preguntó la joven con un toque de temor. — 10 segundos para que muevas tus pequeños pies y te dirijas a la habitación, no me hagas repetirlo por segunda vez, porque ten por seguro que no seré muy gentil contigo Genesis. La pequeña mujer lo obedeció, no quería tentar a la muerte en una noche lluviosa como esa, ella había subido hasta la habitación, no se dio la vuelta, pero escucho la puerta cerrase y el clic de seguro, fue allí que se dio la vuelta para observar a Leandro sosteniéndose por su mano derecha por la
El retorno de Genesis a la Mansión se produjo, ella apagó el motor del Ferrari dejó reposar su cabeza por el volante, tenía las manos temblorosas, cuando tomó la decisión de entrar en el interior de la Mansión, ni siquiera Duke se había acercado a ella, fue escuchar como Leandro tose aquello que la devolvió a la realidad, entonces entonces se armó de valor y avanzó hasta en donde estaba su esposo, cuando abrió la puerta se encontró con la palidez apoderándose del rostro de su esposo ella cayó en cuenta de que esto puede ser más que gripe, más bien parece que Leandro esta envenenado, pero aquello no puede ser ella es testigo de cómo equipo de salubridad de su esposo analiza cada alimento del hombre, ella se acercó a él.— Eh, hola Leandro ¿Me escuchas? - Genesis se acercaba con temor al hombre, lo agarró de la muñeca para palpar su pulsación que se sentía bastante baja, la mujer acercó su rostro al del hombre, sus pestañas eran bastante largas, incluso ella le tenía un poco de envidi
Despues de escuchar lo dicho por Leandro, Genesis no supo qué respuesta dar, esta vez las palabras del hombre cruzaron otra línea más y lo único que ella puede hacer es quedarse callada. — Maldición Genesis ¿Por qué demonios no te defiendes? - Leandro se acercó a ella con pasos lentos, pero derrochando peligro con su cercanía. — No tengo nada que decirte Leandro - ella sentía temor, el cielo nuevamente dejaba en evidencia que estaba por llover, las cortinas no estaban extendidas y las ventanas estaban abiertas, Genesis las había dejado abiertas para que el aire entrará teniendo en cuenta de que su marido estaba con gripe, fue como si el momento fuera escrito por algún guionista de película, puesto que una centella se vislumbró justo cuando Leandro pasaba por cerca de la ventana iluminando su rostro aún estaba un poco pálido, pero aún estando mal de salud Leandro es apuesto e intimidante, y sentía que podía desplomarse ahí mismo con cada paso que daba era un paso más a la muerte; sin
Después de aquella conversación tediosa Leandro se había quedado dormido, pero Genesis se percató de la llegada de su hermana.— Pensé que ya estarías dormida - Genesis al escuchar aquello arruga la frente ¿Acaso su marido y su hermana se encontraban después de que ella se dormía?, aquel pensamiento generó malestar en ella.— ¿Porque pensaste eso? - Preguntó Genesis abriendo la puerta para que su hermana entre. — Solamente lo decía de todos modos, tengo la llave, Leandro me los había dado, incluso el diseño de la casa es mía, a mí me había encantado y él lo hizo realidad - Gisele había sonreído mínimamente. — Oh - Genesis no sabe cómo reaccionar ante eso, si fuera hace 2 meses aquello en lo absoluto podría preocupar a la joven, pero ahora sentía una pequeña llama de Fuego ardiendo en su interior al escuchar las palabras de su hermana - ¿Y dime que te trae por aquí? ¿Quieres tomar algo?. — ¿Te molesta mi presencia? - Preguntó Gisele pasando por alto la pregunta de su hermana y enfo
En el interior de la casa Leandro y su suegro mantenían una conversación muy animada, Ana estaba conversando por teléfono mientras Genesis preparaba la mesa con su madre. — ¿Cómo va tu matrimonio? - Le preguntó la mujer a su hija. — Pues no sé cómo describir nuestra relación; sin embargo, tenemos muchas discusiones en un día - Genesis se sentó en la encimera con una mueca en su rostro. — Tu padre está encantado de tenerlo como Yerno - Lucía Sousa había sonreído. — De todos modos sería su yerno o de hecho ya lo era mientras estuvo con Gisele, sabes que mamá, pensándolo mejor, estoy creyendo firmemente que me he apresurado para tomar la decisión de pedirle aquel contrato de matrimonio a Leandro mi padre está bien y mi hermana ha regresado fue un mal calculo. — Ya no tiene caso llorar encima de la leche derramada y permíteme decirte algo más Génesis- La mujer tomo las manos de su hija - la leche y la mujer son traicioneros. Genesis no entendía por qué su madre le estaba diciendo aq
La madrugada en la Ciudad de Madrid se sentía fría, Genesis se encontraba con los ojos abiertos, el brazo de su esposo estaba posicionado entre su cintura reposando su mano en el abdomen de ella, no sabe que hora se habría quedado dormida, tampoco entendía como es que ahora dormía con Leandro. Cuando sintió las manos frías de alguien acariciando su cuerpo Genesis se dio la vuelta encontrándose con Leandro mirandola intensamente, sus ojos avellana eran ardientes. - ¿Que ocurre? - Preguntó la mujer aunque se sintió nerviosa ante aquella mirada que su marido estaba dedicándole. - Adivina - Leandro había sonreído. - ¿No tuviste suficiente en la casa de mis padres? - Genesis cierra los ojos, pero solo para sentir los labios de Leandro acariciar su piel - Leandro- Expuso en un murmullo la chica mientras el hombre se posiciona por encima de ella apartando el camisón que traía puesta, Genesis siente el miembro masculino en todo su esplendor en su cavidad, dándole como si no hubiera mañana
Mateo y Genesis compartieron un agradable momento — Te veré a tu regreso y no acepto un no como respuesta, y te advierto ni se te ocurra delatarme porque tu marido va a torturarme, mucho menos le digas que estoy conduciendo, aún soy menor de edad. Genesia había sonreído, le entregó el casco, segundos después la motocicleta se alejó de ella, las luces de la Mansión estaban completamente apagadas, Genesis abrió la puerta de manera cuidadosa, parecía ser que Leandro no había vuelto, de hecho ella supuso que el encuentro con su hermana había terminado en algo más entre ellos, quizás la vergüenza los había abandonado él estaba casado y ella estaba comprometida, pero había algo muy fuerte que los une y es el amor. — ¿En dónde y con quien estabas? - La pequeña lámpara se había encendido, Genesis había dado un salto por el susto que había experimentado, la luz enfocaba en el rostro de Leandro, ella supo de inmediato por la atmósfera y por el rostro hosco del hombre que estaba muy molesto -
- Vuelve a repetir tus palabras Giselle La voz de Genesis sé oyó temblorosa - Eso no puede ser así, yo - Ella estaba al borde de las lágrimas. — No se trata de que puede o no ser eres así, Genesis déjame decirte que es así, tú no puedes darle a Leandro lo más valioso para él y aquello es un hijo - Génesis sintió que su corazón se hace trizas ante las palabras de su hermana - Y él lo sabe, yo le he pedido que no te lo dijera porque no quería hacerte daño, pero viendo que estás cayendo en los encantos de él, mi obligación es decirte aquello en lo que no puedes cumplir con Leandro, puedes darle el mejor sexo de su vida, pero nunca le darás lo mas importante para su vida un hijo. Genesis ya no prestó atención a las palabras de su hermana, su mente trabaja a mil por segundo, sentía un agudo dolor en el pecho, en la cabeza, un nudo en la garganta, la chica tomó la decisión de apartarse de su hermana, Gisele no hizo nada para detenerla, Genesis sentía sus pasos y los latidos de su corazón