Ella se había quedado como tonta mirando a su marido, hasta que reacciona.- ¿Qué estás haciendo aquí Leandro? - Ni bien la pequeña mujer termina de expresar aquellas palabras, se percató de la perfecta y a la vez perversa sonrisa de su marido.— Cállate y vamos de aquí - Ordena Leandro logrando que Genesis abriera sus ojos, pero no estaba dispuesta a obedecer a su esposo. — Lo siento Leandro, pero no pienso irme a ningún lugar contigo - ella estaba dispuesta a cerrar la puerta, pero Leandro no se lo permitió. — ¿Te mandas sola? Déjame darte la respuesta - sus ojos avellana eran penetrantes - no lo haces, porque eres mi esposa eres Genesis Sousa de Betancourt, pero aquí está más claro - el hombre dejo ver una tarjeta de identificación - ¿Qué dice aquí? Quiero que lo leas para y para que te sirva de recuerdo toda tu vida.— Genesis Betancourt- murmura ella en voz baja agachando la cabeza. — Me alegra saber que por lo menos sepas leer, además al estar casados según tengo entendido de
La pequeña mujer que estaba denuda ante las palabras de su marido había puesto mala cara, Leandro había tomado sexualmente su cuerpo con mucha rudeza, ella lo había sentido en ada embestida, el hombre tal parece utilizar toda su fuerza para perderse en el interior de ella, sus labios se encuentran, sus manos se entrelazan, sus cuerpos brillan por el sudor, después de aquel intenso y dominante encuentro sexual ella se había dado cuenta de que Leandro se estaba apoderando de todas de sus primeras experiencias aunque aquello al hombre no le importaba en lo absoluto.— Leandro ¿Por qué tengo que irme yo? te aclaro que no conozco a nadie de tu familia, en todo caso es mi hermana quién debería de acompañarte - el hombre endureció sus facciones al escuchar aquello dedicándole una mirada fulminante y avasalladora a la mujer que se había sonrojado de inmediato. — Ya te he dicho lo que tienes que hacer ¿Qué sigues haciendo en el auto? Ponte la maldita ropa y sal del vehículo - Leandro tenía
Varias horas más tarde, el Vehículo de Leandro Betancourt se detuvo en mos terrenos de una aviación privada, incluso Duke iba con ellos, el cachorro parecía un niño consentido de Leandro, Genesis descubrió que Leandro apreciaba bastante al cachorro, tanto que antes de que el viajará por un mes el cachorro fué enviado por Leandro para que este con Genesis, los Guardaespaldas se aseguran de que el Hombre y su esposa estén seguros, 10 minutos después el avión había despegado, Genesis no tenía nada agradable que hacer más que estar allí callada.El viaje fue tranquilo, la joven se había quedado dormida rápidamente por el aburrimiento, mientras que su marido como de costumbre estaba trabajando, cuando llegaron al sitio en donde debían de tomar el Yate eran las 6 de la mañana, Genesis no tenía teléfono, de hecho el día que Manuela la había corrido y mandó a golpearla el celular se había quedado allí, después no quiso volver tener algún gasto y se la pasaba disfrutando sin ninguna red móvil,
Había llegado el momento de llegar a la isla, varios guardaespaldas se encargan de la seguridad de Leandro, su esposa se había quedado sorprendida por todos los agentes de seguridad que Leandro mueve, ella siguió los pasos de su marido, ya resignada de que aquel matrimonio seguirá hasta cumplirse el tiempo establecido y aquel trato en dónde Leandró le deja en claro el tiempo que queda de contrato ellos lo cerraron teniendo sexo nuevamente aquel encuentro los hizo llegar tarde exactamente una hora más tarde habían llegado y aquellos encuentros, dejar que el hombre la tome esta dejando que su cuerpo se vuelva codiciosa por aquel hombre y pensar en el miembro que se carga su marido ella se estremece, Leandro Betancourt tenía una bestia de aproximadamente 26cm y era una locura, ella no sabe como lo puede soportar, como logra abarcarlo.Genesis miraba el suelo hasta que su cabeza se golpeó con algo duro, la chica levantó el rostro encontrándose con las facciones masculinas más perfectas qu
Después de la ida a la playa Leandro la invito a desayunar, Genesis después de eese encuentro había quedado a solas Ana aún estaba durmiendo, el día era agradable. El día de la boda había llegado.— ¿Qué estás haciendo tú aquí? Pordiosera - La tranquilidad para la pequeña mujer podría durar muy poco y más cuando se trata de su suegra Manuela - Te hice una pregunta maldita zorra - Su suegra había dado unos pasos con dirección a ella - Tu lugar no es aquí, tu lugar es en la basura por ser una sinvergüenza. — Mantenga su distancia de ella, señora, le advierto que mantenga su distancia porque no me va a importarme que usted sea una anciana para romperle la cara - Ana había venido como una mamá osa para proteger a su mejor amiga y no estaba tomando las cosas a la ligera.— ¿Y quién eres tú? - Manuela tenía la burla impregnada en su mirada y en su voz. — ¿Pensaste que ella estaba desaparecida? Que tus perros fueron muy leales y la enviaron por aquel barranco, pero no y para su desgracia
- Mi pequeña esposa, tengo el recuerdo de haberte dejado muy en claro que vamos a cumplir el tiempo estipulado en el contrato incluso si estos tienen en claro que sean 1000 años - Leandro con su intensa mirada avellana se llevó el dedo pulgar a los labios acariciandose aquella acción era estimulante para todos y Genesis no era ajena a la sensualidad de su esposo.— Pero si no nos íbamos a divorciar, yo solamente me iba, así tú cumples con el contrato, no estoy hablando del divorcio, podemos estar casados, pero estando lejos el uno del otro. — ¿Sabes qué me estás haciendo muy infeliz? Eres muy rebelde pequeña Genesis - El hombre la miraba profundamente. — y tienes que contentarme tu obligación es tenerme siempre contento y satisfecho. — ¿Cómo se supone que yo voy a lograr eso? Yo solamente quiero mi libertad, no le hace mal a nadie separarnos. — No habrá separación Génesis - la respuesta era contundente.— Con cada intento tuyo de dejarme, de escaparte de mi es un mes más al contrato
- No pienses mucho después de todo ya lo hemos hecho tantas veces - Expuso el hombre restando importancia al hallazgo de Genesis, al día siguiente habían abandonado la cabaña e Inglaterra nuevamente les dio la bienvenida.— Ven conmigo a la Empresa, después te llevo a casa - La mujer se dio la vuelta para mirarlo, su marido a veces era impredecible, en ocasiones la torturaba y en otras es amable, Genesis no vio la necesidad de negarse después de todo irían al mismo sitio, cuando bajaron del vehículo Leandro tomó las manos de ella, y con aquel tacto ella pudo sentir que algo se removió en su interior, una emoción inexistente en días anteriores parecía nacer dentro de ella ahora mismo. Genesis se quedó en la habitación con la que cuenta su Oficina, mientras Leando atendía algunos asuntos. — Señor Betancourt, la Señorita Sousa está aquí - Expuso la secretaria, Genesis no lo había escuchado porque el informe había llegado por teléfono, Leandro tenía una mirada fría, colgó el teléfono y s
- A veces falla - responde ella.- No vas a consumir ningun anticonceptivo Genesis, no vas a dañar tu cuerpo y no intentes llevarme la contra - Expuso el hombre alejándose de ella, Leandro se dirigio a la habitacion, Genesis habia suspirado ella se habia dado cuenta de qke Leandro se habia puesto rigido ante la mención de niños, no obstante no lo entiende, si el quiere hijos porque no se divorvia de ella y se casa de una vez con Gisele, la rubia observa la corbata de su esposo y lo levanta al mismo tiempo en que Leandro vuelve a la oficina.- Vamos a almorzar - Expuso el hombre, ella aún estaba aturdida, pero asintió con la cabeza sin ninguna probabilidad se negarse, la asistente y la secretaria se habían puesto de pie al verlos salir. — No estamos en un Adiestramiento Militar - La voz de Leandro era escalofriante, no había mirado hacia atrás y Genesis iba tomada de la mano de él, hasta llegar al vehículo - ¿Qué quieres comer? - Preguntó el hombre, el coche parece ser más reducido an