Por un momento Isabella pensó que la estaba echando a ella, estaba a punto de correr hacia la habitación cuando la voz gruesa del lobo la llamó— Ven aquíLa luna dudó un poco pero al final caminó hacía el escritorio de su Alfa, el no parecía estar de muy buen humor que digamos— ¿Qué... qué vas a hacerme? — Isabella sintió como las fuertes manos de Luciano la tomaban de la cintura para sentarse la en las piernas— ¿Te has dado cuenta como bajaste vestida? ¿por qué estás por la mansión mostrando lo que es solo mío? ¿quieres hacerme enfadar a propósito? — rugió bajó el Alfa mientras pasaba sus gruesos labios por el cuello de Isabella— No, yo... no me dí cuenta, me siento un poco mareada, tengo mucha hambre, el estómago me está doliendo — Isabella se deshacía en explicacionesLuciano se sintió mal consigo mismo, había agotado a esta mujer hasta su límite y no había procurado que se alimentará apropiadamente— Lo siento, he sido poco considerado, no volverá a pasar, vamos, te llevaré al
Artemisa recorrió la figura de Isabella, la odiaba más que a nada en el mundo, creía que si no fuera por ella, habría podido seducir a su cuñado y así él la habría convertido en su luna, la loba trató de disimular, más su furia interna era intensa— Bienvenida a la manada Isabella, soy Artemisa, Luciano y yo somos muy... cercanos, él me cuida y me protege de todo, algunos lobos de nuestra manada supusieron que seríamos pareja en el futuro...— Que tontería, fuiste la prometida de mi hermano, jamás le faltaría a su memoria ni en mil años — Eso mismo les respondía, aunque entre el anterior heredero al Alfa y yo no pasó nada por qué queríamos esperar a estar casados, la manada es muy conservadora — Artemisa por supuesto que mentía, ella si se había acostado con su Alfa incluso había quedado embarazada de él, pero con la ayuda de su madre lo había abortado pensando en que Luciano podría convertirla en su luna y así le daría cachorros solo a él — ¿Entonces ustedes son cuñados, menos mal q
Los días pasaban, el Alfa Luciano Salvatore y su luna pasaban los momentos del día después de sus actividades dándose cariño, Isabella, estaba conociendo más a fondo a ese lobo que se imponía en dónde quiera que se parara Isabella pasaba el día en el hospital, Artemisa, no la perdía de vista mientras la luna ayudaba directamente con los lobos heridos, la inconforme Artemisa, se la pasaba en la dirección, ella se encargaba de ordenar todo desde ahí, cosa que no le correspondía a ella si no a la reina — Luciano, ¿a dónde Vas? todavía no hemos terminado de revisar este último reporte de tus bienes, ganancias y pérdidas — el beta Camilo estaba con documentos en mano llamando a su Alfa — Es la hora de salida de Isabella, del hospital, ¿qué quieres? ¿qué se regrese caminando a casa? teniendo coches, carruajes y caballos, no lo voy a permitir, iré a por ella Mientras tanto Isabella se despedía de sus compañeras, las lobas sabían que era su reina, pero la luna era tan amable que a veces s
Isabella detuvo su caminar, esa era una pregunta demasiado fuerte, pero sí, si la quería, quería su alma, su corazón, su pasión, ella quería todo de Luciano Salvatore La bella luna tenía en su corazón y su mente sentimientos demasiado intensos, a veces sentía que la sobrepasaban, sentía que no podía con tanto amor dentro de ella por ese Alfa malhumorado y de expresión temible — A ella le gustas, siempre está tratando que yo piense que entre ustedes hay algo más que una simple relación de cuñados, como si ella quisiera ser tu luna, no le creo ninguna de las sonrisas que me da, las siento falsas — explicaba Isabella, de espaldas al lobo — Son figuraciones tuyas, es normal que sientas celos por otra loba y más si es algo cercana a mí, pero te aseguro que ella y yo no tenemos nada romántico, la cuido solo por qué fue pareja de mi hermano — Eso espero Luciano, si me llego a enterar de que me mientes, no lo voy a tomar nada bien y sobre aviso no hay engaño Los esposos regresaron a la ma
La noche llegó, Isabella no habló con su Alfa porque apenas puso la cabeza en la almohada se volvió a quedar dormida, Luciano salió de la ducha para hablar con su luna y hacerle el amor pero ella ya estaba dormida y cobijada— Si no fuera por qué sé que en verdad estás dormida, me comenzaría a preocupar por qué no quieres hablar conmigo — murmuró el apuesto Alfa antes de meterse a la cama y abrazar a su mujer, aspiró su aroma lo que lo tranquilizó a él y a Jhon*Mañana sí o sí debemos hablar con ella* — dejó Jhon como mensaje para Luciano antes de dormirseIsabella llegó al hospital al día siguiente, se preguntaba por qué se había sentido tan cansada el día anterior, Raquel, una de las enfermeras, acompañaba a Isabella al área de maternidad, había por lo menos quince cachorros que recién habían nacido, entre ellos un par de gemelos— Por la diosa luna, que cachorritos tan hermosos, hoy pasaremos el día con ellos, los vamos a bañar y a poner guapos para llevarlos con sus madres — a Isa
Isabella fue llevada a una cabaña de lujo que el peor enemigo de Luciano tenía para sus encuentros casuales, el lobo estaba dispuesto a destrozar la vida de su primo a toda costa y sabia que la principal fuerza del Alfa era su amada luna Sin duda fue una casualidad que Loreto, encontrara a su reina luna por el camino, más no iba a dejar ir la oportunidad para hacer lo que llevaba planeando por días con Artemisa Luciano buscó hasta el cansancio a Isabella, al no encontrarla movilizó a todos los guerreros y miembros de su manada, ella no podía estar muy lejos — !Búsquenla! ¡qué nadie se detenga hasta que encuentren a mi luna, ella no debe de estar muy lejos de la manada! — al Alfa se le escuchaba desesperado, Camilo, se estaba haciendo cargo de organizar a los lobos, pero por más que peinaban el bosque ella no estaba por ningún lugar la noche cayó, todos seguían en su incansable búsqueda, Luciano se veía pálido, estaba furioso, estaba angustiado, simplemente no era él mismo — Luc
Artemisa sabía el riesgo que corría si Luciano, la descubría engañandolo, pero lo corría por qué valía la pena el premio, ser la luna de la manada Luna de Plata era su más grande sueño, su único objetivo, ya si podía además obtener al atractivo rey lobo, eso era mucho más gratificante Artemisa, galopaba con Luciano, muy cerca de ella y a la vez con Camilo, muy cerca de su Alfa, al beta no le convencía para nada lo que la cuñada estaba pidiendo, ¿quién carajos que se supone que amó a un lobo, le pide a su hermano que la haga su esposa y su luna? eso estaba en contra de todos los principios lobunos Aunque Luciano, no creía que Isabella, pudiese llegar a traicionarlo, por alguna razón que no lograba descifrar, su corazón estaba intranquilo, ella no podía engañarlo, no podía haberse burlado de su amor, ¿cierto? — Es aquí — Artemisa se detuvo en una cabaña de lujo que de la cuál el Alfa no tenía idea a quien pertenecía, cosa que era muy extraña, estaba un poco adentrada en el bosque sin
Luciano salió de ahí con el corazón destrozado, confiaba en Isabella más que en nadie, pero las pruebas de su traición estaban frente a sus ojos, su luna lo había engañado de la peor manera, se había burlado de su amor Camilo puso una mano en el hombro de su amigo y Alfa, sabía lo que estaba sufriendo en esos momentos, y aunque había cosas que no le cuadraban, no podia defender a Isabella estando ella en la cama de otro lobo — Llevenla a la mansión y encierrenla en una de las habitaciones alejadas de la mía, pensaré en su castigo y después lo ejecutaré — esas fueron las órdenes del Alfa Salvatore, después se le vió partir en su caballo Artemisa estaba feliz, no se acercó al Alfa por qué la furia que emanaba era avasallánte, el miedo le recorría la espina dorsal, mañana por la mañana iria a buscarlo para pedirle que cumpliera con su promesa — ¡No...! ¡No pueden encerrarme aquí, soy inocente, llamen a Luciano, díganle que quiero hablar con él, tiene que escucharme! ¡por favor no me