El mundo de los lobos era de por sí extraordinario, pero al ver al cachorro caminando en sus cuatro patas, sin dolor por la herida que tenía antes, ni su extremidad casi despegada de su cuerpo, fué asombroso e impactante a la vez — Papá, mamá, se ha desmayado, ella me salvó al cachorro, ya no me duele la patita, pero... qué no se muera... — ¡Lo sabía, ella se debilita cada que hace uso de su poder, ahh... iré a ver a mamá, quédense aquí con el tío Camilo, por la diosa, cuida de los cachorros y no los pierdas! — pedía el Alfa mientras encaminaba sus pasos a la sala de emergencias, ya su beta le había dado una muda de ropa qué llevaba siempre en el coche El Alfa recogió a su luna del suelo, Isabella, estaba muy pálida, pero ya estaba regresando en sí — Luciano, ¿el cachorro como está? — Como nuevo, lo salvaste de nuevo, gracias a la diosa que tienes este grandioso poder o ya no tuviéramos más que a un solo gemelo, y con suerte, eso me preocupa mucho, los hijos no son de prueba — E
Habían pasado un par de meses desde aquel suceso donde en el primer día de actividades, un cachorro fue casi asesinado por un puma, desde ese día a los cachorros les contrataron maestros de idiomas, cultura general matemáticas y tecnología Los lobeznos pasaban ocupados en sus lecciones y tareas, ya no tenían tanto tiempo para hacer travesuras Esa mediodía, Isabella, discutía con su Alfa, le había azotado la puerta del despacho, en una de las reuniones, una irrespetuosa loba se le había acercado con intenciones dudosas, eso habia puesto a Isabella, muy celosa, por el embarazo su carácter estaba muy cambiante, ella subió a su recámara El beta estaba llegando a entregarle unos documentos al Alfa, escuchó el portazo desde lejos — ¿problemas en el paraíso? ¿qué le hiciste a Isabella? Un poco más y tira la puerta — ¡Esa luna mía cada día está más insoportable, una loba me tocó el brazo y ahora creé que yo disfruté ese toque y me está acusando de ojo alegre! ¿lo puedes creér? — ¿y... l
La familia Salvatore y el beta de la manada, salieron por fin del territorio Luna de Plata, Isabella, iba muy contenta admirando todo el paisaje, Luciano, conducía, ella lo miraba de vez en vez, se miraba tan apuesto, él por supuesto sentía su mirada sobre él, eso le gustaba Los cachorros iban atrás con él tío Camilo, ellos lo observaban detenidamente, así eran ellos, un poco extraños — ¿Qué pasa cachorros? ¿por qué se me quedan viendo así? seguro que algo les está pasando por su pequeña maquiavélica mente — Tío Camilo, ¿trajiste algo para comer? tenemos hambre, queremos una golosina — ¿Qué no tienen padres? es a ellos a quienes tienen que pedirles de comer, yo solamente soy su tío y el beta de su padre — ¿Pero... traes comida? — Landers, siguió insistiendo, podía oler algo en la maleta de mano del lobo — Ahss... está bien, aquí traigo unos sandwiches de pavo y unas gaseosas A los cachorros les brillaron los ojos, esa ave les gustaba mucho, era de sus favoritas, Camilo, les dió
Isabella, entró a la habitación principal del castillo, en ella Valentina, se encontraba en cama, había dado recién a luz, la cachorra tenía un mes de nacida, más el Alfa Lizandro, no la quería fuera de la cama hasta que el médico la diera de alta — ¡Isabella, que sorpresa, mira nada más esa bella barriga! con que el Alfa Salvatore, te volvió a hacer un cachorro, ¿eh? — Valentina, amiga, me da tanto gusto verte, déjame conocer a tu cachorrita! — Isabella, fue hasta el moisés, en dónde la lobezna se encontraba — Ella está despierta, acaba de comer pero no se durmió, es muy aguerrida — !Es hermosa, y mira, tiene los ojos de su padre y también tiene el color de tu cabello como Violeta! tienes que apartarmela para uno de mis hijos — Por la diosa, Isabella, si se la aparto a Landers, se la come y si se la aparto a Lucian, ese cachorro es muy frío, no quiero que mi pequeña sufra por amor — Bueno... quizás tengas razón, apartamela solo si ellos mejoran, sabes, estoy muy incómoda, no le
La supervisora se quedó sorprendida de que alguien la reprendiera — Solo estamos jugando, no pasa nada, ¿cierto, Aneli? — Si pasa, no voy a seguir tolerando este mal trato, he dicho que renuncio, voy a denunciarla ante los jefes, esta injusticia no se va a quedar así — la jóven loba no se iba a quedar callada — ¿Dime dónde están los jefes para denunciar este maltrato laboral — pidió el beta — No es necesario, ella dijo que ya se va de la empresa, es solo una empleada más, es lo mejor, ella solo venía a coquetearle a los lobos — ¡Eso no es verdad, ella miente, me está acusando de algo que no es cierto, es su novio quien siempre me acosa! está loba a acusado a otras chicas de lo mismo, pero es su novio el pervertido — ¡Cállate, no difames a un hombre inocente! — ¿Qué está pasando aquí, Rosalía? ¿por qué esos gritos? — Su supervisora estaba maltratando físicamente a esta señorita, me acerqué para defenderla, no sabía que en este reino había tiendas que ejercían el malt
Camilo, llegaba al hospital junto a su mate, llevaba todas las cosas que podría ocupar un recién nacido, dentro, en la sala de expulsión, Isabella, hacía todo lo que podía para ayudar a nacer a su cachorro — Tu puedes, cariño, solo un poco más — Luciano, ya no tengo más fuerzas, he estado pujando desde hace mucho pero el cachorro no nace, ya no puedo más — La reina pegaba su frente a la de su Alfa, estaba completamente agotada y muy dolorida por las contracciones — Solo un poco más, mi amor, si yo pudiera pasaría por esto en tu lugar, pero no puedo... ¡Doctor! ¿por qué el cachorro no termina de nacer? ¡mi luna no puede más! — Ya estamos en la última etapa, se puede ver la cabeza del lobezno, tiene que pujar en la próxima contratación, luna, ayudemos juntos a nacer a la criatura — Anda, mi amor, una última vez, tu puedes hacerlo — en el nacimiento de sus gemelos, Luciano, no estuvo, fué Paolo Masherano, quien los recibió en su lugar, ahora en este nacimiento si estaba pero
Camilo, eres el beta de un rey lobo, eso es... impresionante, nunca esperé que mi mate tuviera un puesto tan importante, los betas son parte fundamental en una manada, la mano derecha de su Alfa — Aneli, seguía sorprendida — Aunque me halagas, también me ofendes, más después vamos a aclarar eso, querías poder cargar a la cachorra, ¿cierto? — la bella loba castaña se puso roja de la vergüenza, su mate la estaba echando de cabeza — Oh, sostenla, es bueno que se vayan familiarizando con los cachorros para cuando lleguen los suyos — Apenas Luciano, mencionó lo de tener lobeznos, Aneli, se sonrojó — Qui...quizás en unos años, estoy estudiando para médico en la universidad de la manada, apenas voy en mi tercer año, ha sido bastante difícil por qué entre la escuela, las prácticas y el trabajo, termino agotada — Que interesante, medicina es una carrera muy entregada y loable — Si, las guardias son bastante largas, a veces hasta treinta y seis horas, cuarenta y ocho, o setenta y d
Los cachorros fueron regresados al castillo Masherano, por Camilo, él y su mate no se habían separado desde que se encontraron, pero debían darle paso a que ella hablara con su novio, el lobo la estaba esperando en casa Así los dos emprendieron camino al departamento, él se encontraba cocinando algo para cuando ella llegara del trabajo, la castaña abrió con su llave, en menos fe nada ya estaban dentro ella y el beta — Hola Ariel, yo... tengo algo que decirte — Por fin llegas, ya me estaba preocupando, estoy preparando algo para cenar... pero... ¿quién es ese lobo que viene contigo? ¿es... un compañero del trabajo? — el lobo de cabellos azulados y ojos negros, esperó la respuesta — No, él... he encontrado a mi mate, Ariel, no quiero lastimarte, sabes que te tengo mucho cariño, pero la diosa me ha puesto en el camino a mi pareja destinada y no puedo hacer nada contra eso — ¿Tú... tú pareja destinada? ¿estás segura? — Si, estamos seguros, Aneli es la pareja que llevo muchos