«Un aullido se escuchó, y fue el inicio del fin»
Alpha Ikender
•Cerrando Ciclos•
Una semana después:
Desperté desorientada, me sentía bien, un poco somnolienta. Me incorporé lentamente en la cama donde estaba recostada, los rayos del sol entraban por un par de ventanillas al fondo.
—Al fin despiertas linda- volteé la cabeza encontrándome con una mujer de edad avanzada recargada en el marco de la puerta.
-¿Cómo estás?, ¿te duele algo?- negué con la cabeza.
-¿En dónde estoy?
-Bueno, yo y mi esposo te encontramos a las orillas del río
«Pensé que moriría»
-¿Tienes familia?- interroga.
-No, yo, solo paseaba por allí y...
-Linda- la señora me toma de las manos, sonríe de manera tierna.
Hola hermosas criaturas. No olviden dejar su reseña y seguirme si les a gustado como va la historia. Recuerden que es el segundo libro independiente de una saga. ¿Ya leíste el primero? Esta aquí.
Alpha Ikender•Bienvenida•Respiré profundo, era la segunda vez en el día que vomitaba con frecuencia. Me puse de pie bajando la cadena del escusado. Cepillé mis dientes y arreglé un poco mi cabello.Hoy me iría de Alemania, Anel y Mark fueron lo más parecido a unos abuelos de los que pude haber tenido.Ambos tuvieron a Dalia a una edad algo avanzada, su hija tenía veintiséis, después de terminar su carrera decidió ir a cumplir su sueño.En este tiempo, y después de sentirme realmente apenada, Anel me había comprado varias prendas y artículos que pudiese necesitar. Terminé de hacer mi maleta. El invierno tocaba la puerta de hoja en el bosque, me coloqué un abrigo y bajé.~*~—No sabes cu&aa
«Y ambos bebimos de ese vino llamado amor»Alpha Ikender•Un terco corazón•—¿Entonces qué color es mejor? — me quedé observando las telas que estaban regadas en el suelo.—Creo que esté— tomé el azul entre mis manos.—Si quizá funcione, la esposa de Christopher es de piel blanca, casi tan pálida como la tuya—. Empezó a dibujar en una hoja, lo hacía tan rápido y preciso.—Busca una caja de pedrería que tengo en ese gabinete por favor— me apuntó a un lado. Asentí y busqué lo que me pidió.—¿Le pondrás piedras?— pregunté.—Si, en la parte del corpiño, tambi&eac
Alpha Ikender•Sin aliento•— ¿Qué haces aquí?— pregunté de mal forma cuando se acercó.—Esperaba un, Oh Rosel cuánto te he extrañado, me alegra verte— entrecierro los ojos y me doy vuelta buscando a Dalia con la mirada. Pero el lugar es tan grande que no logro dar con ella. No doy más de dos pasos cuando el pelirrojo me tomo del brazo dándome la vuelta, en ese instante la música empieza a resonar y varias parejas se toman de la mano para bailar.El vampiro coloca sus manos en mi cintura impidiéndome marchar, me arrastra a la pista de baile colocando mis manos sobre sus hombros.—Aún no entiendo porqué...— pero no termina la oración, baja su mirada y después observa mis ojos como si se hubiese perdido por un instante. P
Alpha Ikender• Reconciliación•Llegué lo más rápido que pude a la cabaña, olía a vampiro y lobo, entre otras sustancias que de imaginarlo es desagradable. Seguramente Jonathan y Alan la habían usado. Eran la única pareja de sus especies en la manada de Christopher.Abrí la puerta de una patada."¡Te dieron llaves Animal!"Rodé los ojos..*No es el momento para joder Hagret, y aquí el animal eres tú*Coloqué a Eider sobre la cama, su respiración lenta y pausada sincronizaba a perfección con los latidos de mi hijo.Pero ella era humana, y eso me tenía bastante preocupado, una niña."¿Y porqué no pensaste eso cuando la estabas follando?"&nbs
Alpha Ikender•Hadas del bosque•«Embarazada»No podía ser verdad, no estaba lista para ser madre, y la idea jamás se había planeado en mi mente.—¿Estás seguro?— Aunque no tenía porque mentir. Su sola expresión me indicaba que era verdad. Estaba embarazada.— Sé que te sientes abrumada. No voy a dejarte sola en esto, Eider, tú y ese bebé son mi vida entera— no pude evitar llorar. Aunque prometí no hacerlo más, esto me superaba.Estaba atada a este mundo irreal, estaba destinada a vivir lo que otros solo imaginan.—¿Qué pasará?—Por ahora ustedes son mi prioridad, cuando la tormenta pase, regresaremos a Alemania, voy a darle caz
Esté es el último capítulo independiente. La próxima actualización será un maratón de tres capítulos incluyendo el Epílogo. Yo les estaré avisando cuando lo subo. Gracias a todos por llegar hasta acá.Alpha Ikender•Verdad•Arreglé mi cabello, Ikender salió a conseguirme algo de ropa, después de dos días en esta cabaña por fin nos iríamos. Aunque me llevaba excelentes recuerdos.—¿En Alemania hay moras?— Cherry estaba jugando con mi cabello.—Les encantan las moras ¿Cierto?—Claro, son deliciosas, la última vez no me dejaron comerlas— baja su cabecita afligida.—¿Por qué las demás no teaceptaban?— se encogi&oa
Alpha Ikender•Inevitable•«Mi madre»No podía ser cierto, era imposible, ella no podía, no debía.—Aclarraremos esto después— levanté la espalda del suelo dándome la vuelta. No podía desviarhme de lo que haría, no ahora que estaba tan cerca de vengarme por la traición de Max.—¿Cuál es el juramento de un guerrero?— le pregunto levantando la espalda al aire.—Serle siempre fiel al Alpha y proteger ha la manada— Responde y sé que toda la culpa no es de él. Aún así, a mí nadie me traiciona.—Fuiste un noble guerrero. Que la diosa luna se apiade de ti— volteo ha ver a Rosel quien ya sabe que hacer, a una gran velocidad se lleva a Eider y a
Esta es la canción de Alpha Ikender. Me encantaría si pudiesen leer el final con ella. |In My Veins de Andrew Belle| Alpha Ikender •Destino• En algún punto de nuestra existencia llegamos a sentir el rechazo, el no encajar. Pasamos por distintas etapas la mayoría del tiempo, en donde la desilusión de nuestras familias, los falsos amigos, o un corazón roto nos marcan de por vida. Dejando así la confianza a manos de la vida misma. Al nacer, nuestra alma, mente y corazón son puros, inocentes y buenos. Un ladrón no nace siendo ladrón, un asesino no nace siendo un asesino. Las circunstancias, el tiempo, sobre todo las enseñanzas se encargan de crear grietas en nosotros mismos, son como pequeñas fibras emocionales, sin dueño, sin sentimiento alguno. Nos miramos al espejo día tras día, tratando de aceptarnos ha nosotros mismos, nos ahogamos ante