Alpha Ikender
•Hilos del pasado•
¿Qué es el amor? En ocasiones, en aquellas noches oscuras y frías, solía hacerme esa pregunta. Mi mente daba tantas pero, tantas vueltas entre recuerdos, momentos que había visto, y me preguntaba, ¿qué diablos era ese sentimiento? ¿Mi padre lo habrá sentido por mí alguna vez? Sé que mi madre me amó hasta sus últimos días de vida, y yo a ella pero, hay amores diferentes, algunos son con el alma, otros con el corazón, y los más bajos, con la mente. Amas a tu familia con el corazón. ¿Entonces? ¿El amor que sientes hacía alguien es con el alma? ¿Por qué?
Alpha Ikender•Amor, solo amor•El tiempo es un ladrón, que te quita lo que más amas. Estar aquí, vivir, respirar y crear tu propio destino es complicado, se puede decir que no es suficiente con existir, se necesita tener una esencia capaz de hacerte destacar quien eres, lo que te define, aquello que te hace ser único, diferente a los demás, esa esencia es lo que se va creando con actos buenos o malos. Se necesita tener conciencia porque somos seres temporales, sin conocer el día ni la hora llegará el momento en que la muerte llegué y, lo único que quedará serán los recuerdos, esos que crean las personas al pasar tiempo juntas, por eso es importante tener una esencia con la cual todo individuo se identifique, algo que puedan recordar. Unido a la existencia se encuentra el tiempo dividido en tres,fases, estas nos ayudan a ir form
Alpha Ikender•Impulsos•Empezó a desabrochar el camisón que me cubría, el ambiente se había vuelto un tanto pesado, mi nerviosismo y temor no ayudaban demasiado. Cerré los ojos tratando de concentrarme en él, en él solamente, porque era Ikender quien estaba desnudándome tiernamente, era él y nadie más.—¿Estás segura?, puedo esperar un poco más, Eider no tienes que— su mirada, podría perderme inmensamente en esos ojos azules.Ikender era un hombre frío, alguien a quien los demás le tenían miedo, pero yo llegué a él, tan rota y devastada, lo cambié en pocos días.Me abrió su corazón, cuidó de mí como si fuese lo más valioso en su vida. Me falta mucho por saber en este mundo tan, mág
Alpha Ikender•Engaños•Entré sigilosamente a la casa, era una linda residencia, me atrevería a decir hogareña, y así fue, en la sala había varias fotografías de una “familia”, el padre de Eider estaba ha un lado de una mujer rubia, está en sus brazos cargaba a un bebé. En otras fotos se notaba como el pequeño se había convertido en un chiquillo de no más de once, varios reconocimientos y recuerdos estaban alojados en la pared.«Mi tesoro tiene un medio hermano»Subí las escaleras lentamente, detecté el olor a alcohol por toda la casa, así como varios narcóticos. Una vez arriba abrí la primera puerta, era una habitación pequeña, la de un niño, al parecer le gustaba la guitarra ya que tenía un par a un costado d
Alpha Ikender•Convivencia•Caminé con la mirada baja hasta los rincones más alejados del bosque, arrastraba el cuerpo de un hombre que, alguna vez en su vida fue bueno. Y es que de hecho, las personas nacen puras, con el alma completamente limpia, es la vida, las circunstancias y el tiempo, quienes se encargan de inyectar oscuridad en cada una de ellas.Dejé lo que quedaba de él al aire libre, almenos le serviría a los animales para alimentarse.Mis ropas estaban empapadas de sangre, jamás olvidaré su mirada al ver cómo bebía de él, como lo disfrutaba, quizá fue el momento, pero, vi en sus ojos un reflejo pequeño, como una chispa de arrepentimiento.Me dí la vuelta soltando un pequeño susto de miedo.—¿En serio tienes que ausustarme as&i
Alpha Ikender•Convivencia y Secuestro•Los jardines estaban llenos de lobos, me sorpendió ver la cantidad de vampiros que iban llegando, todos tan diferentes y a la vez tan parecidos. Ikender estaba a un lado de mí, mostrándose imponente ante todos, la mayoría usaba atuendos deportivos, otros diseñados como uniformes. Rosel estaba charlando con una chica pelirroja muy hermosa, tenían cierto parecido a él. Logré identificar entre ellos a Lort Ashton, me llamó la atención notar que no le despegaba la mirada a la acompañante del pelirrojo.Respiré profundo, el momento en que lobos y vampiros se conocieran llegó.Algunos de ellos ya estaban platicando, riéndose entre sí, pero también había quienes se rehusaban a tratar con otra especie que no fuese la suya.&n
“La traición es uno de los golpes más dolorosos que existen"Alpha Ikender •Engaño•Me acerqué hasta donde se encontraba Ciannel, era una de las mejores organizadoras que conocía.—No esperé verte aquí, la verdad creí que no vendrías— la rubia se dió la vuelta con una enorme sonrisa.—No me perdería esto por nada del mundo Alpha— comentó bebiendo una copa de champagne.—¿Y ya encontraste ha algún vampiro que se sume a tu lista deconquistas?— río ligeramente rompiendo la copa en sus manos.—No soy una cualquiera Claster— reí amargamente. Claro que lo era.«No pensabas eso cuando te acostabas con ella»*Hagret C&aac
Alpha Ikender•Rendirse•Creí que había escapado del infierno, ahora veo que me equivoqué. De un momento a otro, la rabia, el dolor y el odio empezaron a dominarme.—Por fin, después de todo, volviste a mí.—Yo jamás seré tuya de vuelta Rixton, ya no más— hablé con furia. El hombre frente a mí solo sonreía, se paseaba de un lado a otro por la habitación.—Volverás ha someterte a mi quieras o no Eiderin— negué con la cabeza aparentando mis manos en puños.—¡Eiderin ya no existe!, Eiderin era esa niña de trece años, una pequeña que tenía sueños, ilusiones, que deseaba ir al colegio, ser como cualquier otra— lágrimas de rencor caen sobre mis mejillas.&nbs
Alpha Ikender•Sangre Pura•Miraba la sangre en la copa que tenía sobre mi mano, la movía de un lado a otro en una fina danza. No dejaba de pensar en esa vampiro pelirroja, sus ojos, sus labios, tenía que volverla a ver. El hecho de que fuese muda me daba una especie de fascinación delirante. Por ahora el Rosel estaba bastante ocupado buscando a la luna de la manda Aertom, me preguntó si ella también estará en esa búsqueda.Me puse de pié y bajé las grandes escaleras de mi castillo, en esa enorme pared del recibidor, estaba el retrato de mi amada, solo las estrellas saben cuánto la adoré, cuanto la extraño. Jamás volví a poner mis manos en otra mujer, me dediqué a ser un líder, un rey para los de mi especie. Muy dentro de mí aún ese monstruo, esa creatura de oscu