Al llegar al hospital, el ambiente era frío y clínico, pero Alice trató de no dejarse abrumar por ello. Caminó hacia la sala de espera del ala de oncología, donde sabía que su madre estaba internada. A medida que avanzaba por los pasillos, podía escuchar el murmullo de las enfermeras y los pacientes en habitaciones cercanas. Cada paso que daba aumentaba su nerviosismo; no sabía exactamente qué esperar.Finalmente, llegó a la habitación. La puerta estaba entreabierta, y pudo ver a su madre recostada en la cama, con una manta sobre las piernas y una expresión serena en el rostro. Su corazón dio un vuelco al verla; aunque estaba allí físicamente, sabía que el tiempo transcurrido había dejado marcas en ambas. Alice tocó suavemente la puerta antes de entrar. —Mamá— Dijo con voz suave mientras entraba en la habitación. La mirada de su madre se iluminó al verla.—¡Alice!— Exclamó su madre, sorprendida y emocionada. —No esperaba verte hoy, aunque hace días que estoy pensando en ti.—Quería v
8:00 AM.Mientras Alice visitaba a su “madre” en el hospital, Dalton iba de camino a una reunión improvisada con los Colman. Hacía ya demasiado tiempo desde la última vez que estos tres se reunieron a discutir sobre los planes para la nueva sociedad y ya era hora de aclarar ciertos detalles, sin dejar de lado la amenaza que Edward le había hecho al castaño de romper la sociedad, él había dicho que lo pensaría y Dalton ya le había dejado demasiado tiempo para pensar; Porque a pesar de querer mantener esta sociedad, Dalton no podía permitir que nadie jugara con sus capacidades profesionales.Con elegancia, Dalton bajó de su auto y se adentró a la Mansión Colman, en la que de inmediato fue recibido con suma cortesía. Una joven empleada de servicio con uniforme de mucama lo guio hacia una sala contigua en la que ya lo esperaban sus socios.—Buenos días, señores— Saludó el castaño con cordialidad.—¡Dalton, Querido! ¡Ven toma asiento! —Farfulló Katherine sonriéndole con amabilidad.—Qué bu
MordazaAl terminar la presentación del proyecto, Alice no podía creer que lo había logrado, lo había hecho bien. Después de iniciar la transmisión fue como si automáticamente se hubiera transformado en una persona diferente. Malek y Dalton estaban maravillados con ella, incluso pensaron que se había equivocado de carrera y que en realidad debió ser reportera o animadora de algún show exitoso.Apagaron las cámaras y las luces, el equipo de televisión comenzó a recoger las cosas y Alice salió de la sala antes de que Dalton o Malek se le acercaran. Ya no solo estaba enojada con Dalton como de costumbre, sino que también estaba enojada con Malek por haberla llamado para venir engañada en este día tan agobiante para ella.La castaña se dirigió a la oficina que habían transformado en camerino y con pesadez se sentó junto a la misma peinadora en la que la habían arreglado y con fastidio comenzó a quitarse el maquillaje con tanta brusquedad que su tez comenzaba a ponerse roja, luego tomó una
—Quiero que te quedes aquí conmigo por un tiempo, no te conozco en lo absoluto. Tu tía Lizzie fue la única mujer que he amado y te prometo por ella que no te haré daño— Musitó el hombre mientras desataba a la joven.—¿Qué tienen que ver tus sentimientos hacia mi tía con tenerme aquí en contra de mi voluntad? —Preguntó la joven confundida.—Sé que no lo justifica y que puede parecer una locura… Pero por mucho tiempo pensé que tenía una hija a la cual me habían arrebatado injustamente y ahora simplemente no quiero quedarme con ese vacío en mi vida. Quiero que me consideres como tu padrino, como ese padre que quizá nunca tuviste. Yo puedo protegerte, puedo darte lo que siempre has deseado— Explicó el hombre con su voz profunda la cual hacía que su acento fuese más aterrador para Alice.El hombre se alejó de ella mientras comprobaba la hora en su reloj y luego se volteó hacia ella y le sonrió inesperadamente.—Se acerca la hora de cenar, le pediré a mis hombres que te lleven a tu habitació
PánicoLa castaña lloraba sin cesar ante el cadáver que tenía a escasos metros de ella, aunque ese hombre no tenía nada que ver con ella, el simple hecho de haberlo visto un par de veces desde que llegó le carcomieron la cordura. Solo así había pasado de guiarla a su habitación a estar muerto ante sus ojos. Eran tantas las emociones que sentía que no pudo evitar vomitar lo poco que había comido durante la nefasta cena.Luego de que Moscú se fuera pasaron un par de minutos cuando unos subordinados del mafioso entraron al comedor, Alice intentó correr, pero estos la capturaron sin mucho esfuerzo y volvieron a dormirla con un pañuelo humedecido de ese químico espantoso.Horas más tarde, la castaña despertó en la habitación que habían preparado para ella. Ella estaba demasiado aturdida, entre la droga y el trauma que recién había vivido estaba deshecha. Parpadeó repetidas veces para aclarar su vista y lo primero que vio fue el acolchado de felpa de la cama en la que estaba acostada boca a
—Me tomaré un tiempo para pensar en toda esta locura y mientras eso sucede tendrás una habitación para ti— Dijo Moscú dirigiéndose a Dalton —De ninguna manera permitiré que duermas con mi ahijada bajo mi techo y menos aún si no están casados. Me importa una mierda que ya tengan un crío, bajo mi techo ustedes no serán pareja hasta que estén casados… ¡Que conste que esto lo hago por Alice y por mi nieto! ¡No por ti, maldita sabandija! —Añadió antes de salir de la habitación.Acto seguido, un par de subordinados entraron a la habitación y se llevaron a Dalton.—¡Esperen, por favor! ¡Déjenme hablar con él! —Suplicó Alice.—Lo siento señorita, son órdenes de Moscú— Respondió uno de los guardias.—¡No le hagan más daño! —Exigió entre sollozos.—Descuide señorita, estará bien. Lo mantendremos vigilado las veinticuatro horas.Prometió el otro guardia antes de llevárselo de la habitación, dejándole como despedida una mirada de decepción del castaño.(***)Dos días después.Moscú tuvo que volve
Nicholas QueenMientras que Dalton y Alice discutían en la sala para fumar, al otro lado de la ciudad, en una villa de lujo, un anciano empresario multimillonario se había tomado la tarde libre para descansar, a pesar de ser un típico lunes a mediados de noviembre y con mucho trabajo por hacer, Nicholas necesitaba tomarse un descanso luego de haber regresado de aquel turbulento viaje hacía apenas un día.Ciertamente las cosas para el Nick ya no eran como antes, había trabajado durante toda su vida sin descanso y aun a sus setenta y tres años seguía dando trotes como cuando recién empezó su carrera. Ya no podía más con tanto trabajo, deseaba muchísimo jubilarse, pero aún no tenía a nadie lo suficiente eficaz y confiable para dejarle a cargo sus compañías.Sin más energías, Nicholas se sentó aparatosamente en el sofá de su enorme sala de estar y se dedicó a ver las noticias grabadas de la semana pasada que no había podido ver a causa de su viaje, mientras tomaba un vaso de whisky en las
A quema ropa—Ahora no eres tan valiente ¿No? —Farfulló Dalton sonriendo con altivez.—Será mejor que bajes eso si no quieres morir ahora mismo— Amenazó Moscú sin inmutarse.—Si no te has dado cuenta, soy yo quien tiene el arma.Dalton lentamente comenzó a rodear el escritorio de Moscú, pensaba que estando demasiado lejos este podría escaparse, así que si lo mataría sería a quema ropa.—Entonces déjate de juegos y hazlo de una buena vez, no me hagas perder el tiempo— Sugirió el rubio restándole importancia a la situación, lo cual le molestaba aún más al castaño.—Estoy harto de ti, de tu actitud, te crees mejor que yo, mejor que cualquiera en el mundo. Actúas como si fueras el Dios del mundo, pero no eres más que un simple mortal que podría morir en cualquier momento— Respondió Dalton mientas levantaba el arma y la colocaba justo en la frente de Moscú el cual seguía observándolo con indiferencia.—Anda… hazlo, te reto— Pidió el rubio esbozando una amplia sonrisa sínica.—Vaya que está