El aire en la habitación se tornó denso, cargado de una electricidad que parecía presagiar tormenta. Su padre avanzó hacia ella, frunciendo el ceño más en cada paso, evidenciando su preocupación.—¿Por qué tan de repente, hija? —preguntó su voz, un suave gruñido que resonaba con la autoridad paternal.—Quiero... quiero hacer muchas cosas más —balbuceó ella—, ir a la universidad, viajar, vivir...Jayden se interpuso entonces, su mano sobre su hombro, un gesto protector y lleno de pesar. La mirada que le ofreció era intensa, como si buscara conectar con su alma.—Te apoyo en todo lo que quieras, deseo que cumplas todos tus sueños, sin embargo, pienso que ahora... con el bebé... es mejor que te quedes. Además, deseo disfrutar un tiempo contigo. Apenas estás apareciendo, quiero que nos conozcamos.Ella sintió la firmeza de sus palabras, el anhelo detrás de ellas.—Entiendo —murmuró, aunque una parte de ella quería quedarse, la otra deseaba la felicidad de su padre.—Lo que no entiendo es
Roxana se adentró en el bosque, las palabras reconfortantes de su padre y hermano aún resonaban en su mente. El aroma a tierra húmeda y el crujir de hojas secas bajo sus pies la tranquilizaban con cada paso. El sol se filtraba a través de las copas de los árboles, creando un tapiz de luz y sombras que bailaba ante sus ojos.—¿Hola? ¿Me escuchas? La voz interna la tomó por sorpresa, y Roxana se detuvo en seco, tambaleante, como si una fuerza invisible la hubiera empujado. Se llevó una mano al pecho, intentando calmar el latido frenético de su corazón que parecía salirse de su pecho.—¿Quién... quién está ahí? ¿Quién eres? —balbuceó asustada, mirando a su alrededor."No busques a los lados, si no dentro de ti, me llamo Nácar y soy tu loba", respondió la voz, clara y distinta en su cabeza.—Esto no puede ser real —murmuró ella, pasándose los dedos por la sien."No estás loca", insistió la voz, con un tono que ahora reflejaba enfado. "Esto no es nuevo para ti, te has criado en este amb
Nácar corría. El bosque era un borrón de sombras y luces lunares, pero ella no miraba atrás. Los pasos resonaron, brutales y determinados. La tierra bajo sus pies se convertía en enemiga, desleal, traicionera, amenazando con hacerla tropezar. "No puedo parar," se repitió, el aliento cortado por el esfuerzo y el temor.—¡Ahí va! —gritó una voz lejana, mezclándose con el latido salvaje en su pecho. Sintió un frío sudor empapando su espalda, Nácar mantenía el ritmo, sus ojos encendidos como si fueran brasas ardientes.«Pronto, Nácar» jadeó Roxana en su interior «Necesitamos un milagro».Un destello metálico rasgó el aire, seguido por el fogonazo sordo de un disparo. La bala encontró su marca, y tanto Nácar como Roxana sintieron cómo el mundo giró violentamente. Se detuvo, el dolor desgarrador abriéndose paso a través de su carne. No quería morir, no así, no ahora. Los cazadores se acercaron, sus voces eran claras, sus intenciones mortales.“Es el fin" susurró, dejándose caer al suelo,
El gruñido de King retumbó por la habitación, vibrando a través de las paredes y deslizándose como un temblor feroz en los pasillos. "Apártate de ella" rugió a través del enlace mental que conectaba a todos los lobos de la manada y a él, por ser el príncipe heredero de todos los licántropos. "¿Qué crees que haces retando a tu futuro rey por su compañera?"Heros sintió cómo la furia se apoderaba de él, una ola de ira tan fuerte que lo dejó tembloroso. El desafío directo de King era una provocación que no podía ignorar. Con un salto ágil, sus garras listas y los dientes descubiertos, se abalanzó sobre el lobo majestuoso. Aulló su respuesta, dejando que su enojo fluyera libremente a través del enlace. "¡Así que tú eres el desgraciado que se burló de mi hija! ¡Tú la embarazaste y la abandonaste burlándote de ella, pensando que no tenía familia!"King retrocedió, sorprendido, su guardia momentáneamente bajada al darse cuenta de que estaba frente a su suegro, y sorprendido ante la acusa
Los días transcurrieron en el hospital, cada uno cargado de esperanza y ansiedad para aquellos que esperaban noticias sobre la salud de Roxana. Mientras tanto, Harvey apenas salía de la habitación a hacer algunas necesidades, pero se mantuvo allí en su forma lobuna, dedicado a cuidar a su compañera y a los bebés que llevaba en su vientre. La soledad del hospital no perturbó su vigilia; su mente anclada a Roxana y a su recuperación. La noticia de que había encontrado a su compañera les llegó a sus padres. Fue Ilan cuando el teléfono sonó, quien contestó y se encargó de darles la noticia. —Harvey está aquí porque encontró a Roxana, ella es mi hermana, hija de mi padre —explicó a los reyes y padres de Harvey.Cuando la majestuosidad de los reyes inundó el espacio aséptico del hospital, un aire de tensión los siguió. Brad, con el peso de su linaje en cada paso, se aproximó a Jayden. Sus ojos buscaban respuestas, con una mezcla de enfado y frustración en su mirada, reclamando respuestas
Con los ojos llenos de una intensidad feroz, algo dentro de ella pareció calmarse por un instante. Parpadeó cuando donde estaba King vio aparecer a Harvey, su cuerpo se tensionó, como si estuviera lista para atacar. Pero en su lugar, soltó una risa amarga.—¡Vaya sorpresa! ¿De verdad creen que me importa quién de los dos esté a mi lado? Me da igual quién de los dos esté, porque son lo mismo, y no quiero estar con ninguno de los dos —sus palabras estaban llenas de veneno—. No quiero nada de ti. ¡Nada! Ya dejaste claro que no me querías en tu vida… que me rechazaste, que preferiste a Rania antes que a mí.King se quedó en silencio durante un momento, su expresión sombría.—Mi amor entiendo tu molestia, pero te juro que Rania no significa nada para mí—dijo lentamente.—, tú eres la mujer que amo, con quien quiero pasar el resto de mi vida… yo estaba dolido, pensé que me habías mentido… que solo querías burlarte de mí, pero cuando vi cómo te lanzaste por allí sentí cómo mi mundo se desmoro
Harvey frotó su barbilla, mirando los documentos esparcidos sobre el escritorio de caoba. El despacho de Jayden destilaba poder, con sus altos estantes llenos de libros antiguos y el aroma a madera y cuero. Pero toda esa fuerza parecía insuficiente para resolver el dilema que atormentaba a Harvey. —Simplemente, no sé cómo hacerlo —murmuró, la frustración tiñendo su voz de desesperanza. —¿Cómo qué, amigo? —preguntó Ian, levantando la vista de los papeles que revisaba. —Para ganar el corazón de tu hermana, —suspiró Harvey, su postura rígida, delatando la intensidad de sus sentimientos. En ese momento entró su padre y Jayden. —Es muy sencillo —interrumpió Brad, apoyando casualmente un brazo en el respaldo de un sillón de cuero. —Organicemos una fiesta en el palacio. —¿Una fiesta? —repitió Harvey, escéptico. —Sí —afirmó Brad con convicción—. Es más, creo que podría ser una ceremonia de unión. Invitamos a todos los alfas de las manadas con sus lunas e hijo, será grandioso. —¿Crees q
Días después.Roxana, sentada en un taburete, recibía los últimos toques del maquillaje, acompañada de Nubia, quien se había convertido de cierta manera en la persona más cercana a ella, Yara y Estrella. La joven inquieta y ansiosa esperaba que pronto terminaran con su maquillaje.—¿Cuánto falta? —preguntó fastidiada, no estaba acostumbrada a durar tanto tiempo sentada y menos mientras era atendida en su aspecto personal.—Espera, no seas ansiosa, además, debes acostumbrarte, porque ahora tu vida será así, lucir hermosos vestidos, maquillaje, ser atendida —expresó Yara con paciencia.—Lo sé, pero es difícil acostumbrarse a esto, siento que es como un sueño y a veces me da temor despertar —dijo con tristeza.—Yo siento mucho por lo que pasaste, y sé que de nosotros somos culpables de eso, pero ahora nunca más estarás sola —respondió Estrella.En ese momento, Nubia terminó.—Lista —preguntó Nubia, su voz apenas un susurro.—¿Me puedo ver? —respondió Roxana, el corazón golpeándole en el