AJAX— Mmmnn – apreté los dientes mientras un gruñido excitado se escapaba de mi garganta.Todo mi cuerpo tenso, mis ojos cerrados y las afiladas garras arañando la pared de piedra de la mina.Me estoy perdiendo en la lujuria y el frenesí del celo, mis instintos de apareamiento tomando el control mientras la deliciosa hembra que muero por comerme está besándome, lamiéndome y haciéndome una caliente paja que me tiene al borde del precipicio.Mis caderas se mueven sin control hacia delante, aumentando la fricción de todo mi eje en su apretado puño.Bajo mi mano y envuelvo la suya más pequeña buscando más presión.— Más rápido… Sshhh joder sí, sí… maldici0n qué rico bebé… Sshh aaahhh … Martilleo intenso, desesperado, ido en el deseo que me consume, sintiendo mis testículos tensarse y mi uretra expulsa chorros de semen contra la pared y el piso de la cueva.Mis caninos de lobo salen al gruñir profundo, pican por morderla, por devorarla, su intenso olor a mar está enloqueciendo mi mente y
AJAXEs tan deliciosa, la devoro a fondo, la saliva corre por mi barbilla, chupo todo el néctar de su interior, metiendo y sacando la áspera y larga lengua, imitando la penetración.Mis bolas se tensan y mi polla escurre al suelo sin parar en mi posición, casi acostado entre las piernas de mi Amalia.Su mano agarra mi cabello instándome a comérmela más rápido.Por instinto comienza a cabalgar sobre mis labios, a martillar hacia arriba, buscando su orgasmo, perdida en la lujuria y de repente, un gemido agudo sale de su boca y mis papilas se inundan de pura delicia viscosa.Su cuerpo entero vibra de placer y trago en mi estómago el orgasmo arrasador de mi mujer, prologando su placer, sintiendo los pliegues ceder y dilatarse, para lo que vendrá a continuación.Amalia se va calmando y la coloco sobre el suelo, arrodillado entre sus piernas flexionadas, ambos respiramos agitados.La punta de mi lengua saborea los restos en mi boca y caninos, mi mano esparce el pre semen en mi polla que est
AJAXEn esta posición, cargándola sobre mis piernas, me la follo más profundo y duro, martilleo hacia arriba, más caliente que un horno.Nos besamos, abrazamos, gimiendo, maldiciendo, deseándonos como locos.Sus uñas se clavan en mi espalda y sus caderas se menean arriba y abajo, montándome con torpeza, su cintura contorneándose y no importa lo que haga, esta mujer me está llevando a la gloria.Mis manos firmes guiándola, manoseando y abriendo sus nalgas que rebotan al igual que sus tetas rozando mi duro pecho arriba y abajo.— Toma mi sangre… Amalia… toma de mi sangre…— casi le suplico, ronco, necesitado, abriendo una herida en mi cuello.Desciende la cabeza, su lengua lame mi sangre, sacándome gemidos ahogados, hasta que sus labios pecaminosos se pegan a mi piel febril.Nuestros cuerpos vibran en sintonía y mis penetraciones no paran desde abajo, una y otra vez, una y otra vez…Cuando sus dientes se cierran sobre mi herida y mi sangre nutre a la suya, su respiración cae pesada y agi
AJAXAbro mi boca y la cierro, hablar de algo tan serio metido hasta las narices dentro de su intimidad, no creo que sea una buena charla postsexo.Preguntaré por lo claro cuando salgamos de aquí.No importa lo que me diga, lo creeré, porque deseo confiar en ella y pienso que ahora mismo me mentiría en la cara y la perdonaría también, con tal de que esté a mi lado y no perderla.Nunca pensé que un polvo me iba a cambiar tanto.Resoplo pensando en mis próximos pasos, mirando hacia el oscuro agujero que lleva al exterior de esta cueva. Afortunadamente, recordé que hace años acampamos aquí luego de una cacería y dejamos provisiones por si otro día se repetía.En realidad no estoy cien por ciento curado y muchas heridas se abrieron durante el apareamiento, pero bien valió “el sacrificio”.“¿Por qué le dijiste a mi hembra que fuera a ese doctor? Ella no está enferma, ¡¿es para ver si la dejé preñada?!” Conall me habla de repente entusiasmado.Parece que se quedó pensando en ese asunto.“N
AJAXLlevo a Amalia cargada en mi espalda porque aunque se quiera hacer la fuerte, sé muy bien que debe estar cansada.Mi sangre poderosa nutre su cuerpo y repara cualquier desgarro interior o herida, pero igual, me da mucho placer tenerla cerca, a resguardo.La nariz de mi lobo hace su función mientras caminamos por el laberinto de cueva, algunas algo peligrosas.Se cavó muy profundo en la mina y algunos agujeros enormes quedaron el suelo, rumbo a una caída mortal.— Nena, ¿vas bien allá atrás?— Sí, yo podía caminar – me responde bajo y su aliento caliente cae en mi oído haciéndome cosquillas.Voy a meterme con ella y sacarle los colores, cuando mi oído capta un sonido raro.“Ajax, alerta, huelo algunas cosas extrañas delante y escucho pasos, ten cuidado”— Amalia, no hables ahora – le advierto susurrando y la siento tensarse, yo también camino lento, agudizando todos mis sentidos.Las paredes estrechas y escabrosas del pasillo no me dan espacio para muchas maniobras.Sin embargo, l
AJAX«¡Te dije que no cerraste bien la jaula, idiota!»«El jefe… procura no fallar en esto»«¡Algo… alteró!»«Activa la máquina… arrastrarlo»Escuché algunas frases inconclusas, pero no me detuve a oír el resto.Continué buscando la salida de este sitio, sudando frío por las locuras que hicimos y con Renegados transitando por los pasillos.¿Qué está sucediendo en esta maldit4 mina que creía abandonada?No me importa ahora, solo me preocupo por el pequeño cuerpo tembloroso a mi espalda.Después de correr por un tiempo y tomar varias decisiones de qué cuevas seguir, llegamos… a un precipicio.Pues sí, la salida que tomamos daba a lo alto de una cascada por donde desembocaba el río subterráneo.— ¿Ajax, tendremos que volver con esa… cosa? – Amalia me preguntó en voz baja.A pesar de su miedo se ha portado tan valiente, sin rechistar siquiera, cooperando conmigo.— No, bajaremos por aquí – le digo calculando la altura de la cueva y la poceta abajo.Esto es parte de mi tierra, conozco el s
AJAXRuge y zarandea el cuerpo del enemigo con su fuerza descomunal. El Renegado se va debilitando, dando su última lucha de resistencia, mientras pierde su vida bajo las fauces de mi lobo Alfa.Conall lo suelta con asco, y sobre la hierba, vemos cómo se va transformando en un hombre, dando su último respiro.Sus ojos abiertos me miran fijos y solo veo alivio en ellos, como dándome las gracias por al fin liberarlo de la prisión de su propio cuerpo.He visto esto tantas veces, es la maldici0n de los hombres de mi raza.Solo una persona puede curar este gen defectuoso, la Sacerdotisa, la mujer de nuestra especie escogida por la Diosa, para sanar la violencia interna en los hombres lobos.Sin embargo, hace años que no hay una escogida y cada vez la luz de la esperanza se va debilitando más y más.¿A cuántos de los míos tendré que seguir cazando y matando? ¿Qué me salva de convertirme también en esto algún día?“Mierd4, creo que me volví un poco loco al querer protegerla, ¿piensas que me
KANE“Beta, ya todos en la manada se esconden en los refugios de las casas y los guerreros están llegando”“Dime, ¿nada del Alfa Ajax todavía?”“Señor, encontraron su rastro cerca de una mina abandonada, pero parece bloqueada y luego se perdió la pista” me responde preocupado.“¡Maldici0n Ajax!, ¡¿qué cojones está pasando aquí?!”, maldigo en mi interior, escuchando todos los insultos de Adam que está a punto de echar espuma por la boca.Mi lobo lucha por no bajar la cabeza ante sus despiadados comandos, pero claro que resistimos, yo ya tengo un Alfa que me ordena y obviamente no es él.Escucho los pasos apresurados de los guerreros reuniéndose en la plaza de la entrada, pero parece que Adam también perdió toda la paciencia.Se transforma de repente en su poderoso lobo marrón y comienza a arremeter contra la reja que cruje y se tambalea peligrosamente.“¡Todos en una línea de formación, Leo divide a los guerreros para atacar al Beta y a los otros cinco hombres de Adam!, ¡conmigo ustede