Cuendo iba a darme la vuelta para irme Domenic me detuvo con rapidez, me levantó y me sento en el escritorio, yo iba a bajarme pero el me lo impidió.— Deja de jugar conmigo de esta manera — Le dije muy molesta.— No estoy jugando — Me dijo.— Entonces deja de hacer estas cosas, tu no eres para mí, y yo jamás seré para ti — Le dije.Domenic sonrió.— De este castigo no te vas a salvar — Me dijo.Domenic bajo su cabeza y le dió un suave beso a mi garganta, yo sentí como tomo mi cuerpo tembló por completo.Sus labios se apoderaron de los míos en un ardiente y húmedo beso, sentí las manos de Domenic en mi espalda y poco a poco las sentí moverse de lugar hasta llegar a mi pecho.Yo me separé de él y lo mire a los ojos, Domenic estaba desabotonando mi camisa y yo en un intento débil de detenerlo agarré su mano.— No por favor — Le pedí.Domenic me dió esa sonrisa traviesa que me ponía de los nervios y siguió hasta que destapó parte de mi pecho.— Si por favor — Me dijo.Él bajo la cabeza y
Al día siguiente me levanté más temprano que nunca, me vesti y salí sin que mis padre se dieran cuenta, si papá se entereraba que no quería trabajar más con Domenic, el iba a insistir saber el por qué, y yo no quería mentirle, así que era mejor hacer todo a escondidas, ya despues le inventariar algo.Hoy iba a tocar algunas puertas, ya que no quería volver a trabajar con Domenic, si me quedaba estaba segura que iba a terminar siendo su amante, y no quería eso, yo quería un novio que me quisiera solo a mi, no compartirlo con su esposa.Pensar de esa manera hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo. ser la amante de un hombre casado no estaba en mis planes de vida, y menos siendo la amante de él.Cuando iba llegando a la primera empresa donde iba a hacer la entrevista, mi celular sonó.Yo lo saqué de mi bolso y mire la pantalla, era él.decidí no contestar y seguir con mi día, así que subí los escalones que daban a las enormes puertas de cristal de la empresa.Mi celular volvió a sona
Claudine se veía molesta y eso me gustaba de ella, sus expresiones eran tan genuinas que podía adivinar lo que sentía con tan solo verla.Yo le di un par de vueltas al la caja entre mis dedos, como burlándome de ella.— ven aquí — Le pedí.Claudine se levantó y camino detras del escritorio.— Siéntate en mis piernas — Le ordene.Ella se cruzó de brazos y nego con la cabeza.— Entonces no te daré nada — le dije.Ella se encogió de hombros.— No me importa, mi papá puede comprar sea lo que sea que tienes en esa caja — Me dijo.Yo negué con la cabeza. definitivamente esto no lo compraría un padre para su hija y menos Claudio Lefèvre.— Entonces creo que lo tírate — Le dijo.Claudine se mordió el labio inferior, claramente estaba tentada.— ¿Lo compraste para mí no? — Me preguntó.Yo asentí con la cabeza.— Si, los elegí personalmente — Le dije.Claudine se acercó y se sentó en mis piernas, yo la arrastre un poco hasta que su lindo culo aplastó mi palpitante polla.— ¿Que es? — me pregunt
Cuando Claudine se fue, yo fui a la oficina de Darcy, me senté frente a él y lo quedé mirando.— Quiero que compres un bolso — Le dije.Darcy que estaba trabajando me miró.— ¿Que? — Me preguntó.— Un bolso Mini Kelly de Hermes — Le dije.Darcy empezó a reír.— esos bolsos prácticamente te compran a ti — Me dijo.Yo arrugue el entrecejo sin comprender.— ¿Quien te pidió comprar uno? ¿tu padre para tu futura esposa? — Me preguntó.— Es más fácil comprar un caballo pura sangre que uno de esos bolsos, mejor regálale un perro, así no se sentirá sola cuando tú te vayas a trabajar — Me dijo.— Me estás cabreando Darcy — Le advertí.— Lo digo enserio, para adquirir uno tienes que estar en una lista de espera, Y si estás de suerte te venden uno, por qué si no eres digno para llevar la marca no te lo van a vender — Me dijo.Yo respiré hondo, Claudine me las iba a pagar por esta broma de mal gusto.— ¿No se puede conseguir de otra manera? — Le pregunté.Él quedo pensativo por unos segundos y de
Al día siguiente cuando llegue a la empresa ya Claudine estaba allí, y en mi escritorio había un enorme ramo de rosas blancas.Claudine se levantó de su silla y corrió a mi, se puso de puntillas y me dió un beso en los labios.— ¿Te gustan? — Me preguntó emocionada.— Están preciosas — Le contesté.Ella se separó de mi y me presumió su bolso. yo me reí un poco.— Te queda precioso — Le dije.Hoy ella se veía más feliz, más resplandeciente más hermosa.— Deberías comprarme un Birkin, o otro Mini Kelly en un color diferente — Me sugirió.Yo volví a mirar el pequeño bolso negro y recordé todo lo que hice y lo que gaste por conseguirlo.— No, con ese es suficiente — Le dije.Ella volvió a acercarse a mi y me abrazo, me miró a los ojos y batió sus pestañas.— No vas a convencerme. no soy tu padre que te cumple cada uno de los caprichos — Le dije.Ella volvió a ponerse de puntillas y está vez lamió mis labios.Yo me quedé sorprendido por lo audaz de su movida, ¡pero me encantó!— Por favor,
Los días pasaron y Claudine cada vez se metía más en mis pensamientos, ahora todo se trataba de ella, cada pequeña cosa que hacía era para complacerla.— ¿Y si nos vamos a la playa? — Me preguntó sin más.Yo la quedé mirando.— Está semana tenemos mucho trabajo — Le dije.— El fin de semana, déjamelo todo a mi — Me dijo con una sonrisa.— Será muy romántico — Me aseguro.— Está bien, ¿entonces el domingo? — Le pregunté.Ella asintió de inmediato.— Tu no lleves nada que yo voy a llevarlo todo — Me dijo.Yo asentí con la cabeza.Ella me entrego un documento que le había pedido redactar, yo lo empecé a leer y habían algunas cosas mal.— Ven aquí — Le pedí.Ella se levanto de su silla y camino a mi, después se sentó en mis piernas y me miró.— ¿Está mal? — Me preguntó.Yo le di un suave beso en el hombro y después la mire.— No está bien, pero tampoco está mal, déjame ayudarte — Le dije.Claudine sonrió y acepto mi ayuda, yo empecé a explicarle lo pequeños errores que había cometido.— N
Cuando llegue a casa escuché a mi padre gritar, corri hasta la oficina de dónde provenían los gritos.— ¿Que pasa? — Pregunté apenas entre.Mi hermana estaba sentada frente al escritorio de mi padre y estaba llorando.— Se quiere divorciar — Me dijo él con enojo.Yo camine hasta mi hermana y me senté a su lado, ella levanto la cabeza y me miró.— ¿Estás segura? — Le pregunté.En el fondo me alegraba muchísimo su decisión, y lo primero que haría cuando papá me otorgue el título era llevarla lejos de ese infeliz, ella y Eli necesitaban estar juntas.— ¡Ella no puede traer más vergüenza a nuestra familia! Félix me hizo un favor al aceptarte y tú le pagas así — Volvió a gritar.En momentos como estos me gustaría tanto gritarle a mi padre, pero sabía que las represalias serían muy malas, no tanto para mí, si no para Paulina.— Le vas a parir un hijo pronto, no puedes separarte — le dijo papá.— Deberías pensarlo mejor — Le dije a mi hermana.Ella me miró con odio pero no contesto nada.— C
Cuando iba llegando a la casa de Claudine, me percate de que ella estaba en la esquina, así que aparque mi coche frente a ella y baje.— ¿Que haces aquí? ¿Y vestida de esa manera? — Le pregunté.Ella tenia una enorme sudadera con capucha, un tapabocas y gafas de sol.— Estoy camuflada, es que salí de casa sin que nadie me viera — Me contó.Yo me rei un poco, Claudine era como esa brisa fresca que sopla después de una tormenta.— Vamos, no quiero que tu padre nos encuentre y me de una golpiza por haber sacado a su angelito de casa a estas horas de la noche — Le dije.Claudine levanto una canasta que estaba a su lado en el suelo y empezó a caminar con ella al coche.— ¿Eso que es? — Le pregunté.Ella se detuvo y me miró.— Algunas cosas que empaque, no puede haber una salida romántica sin comida — Me dijo.Yo me subí al coche y espere a que ella también lo hiciera.— Ya he comido — Le dije.Ella me miró y respiro profundo.— Pues comes otra vez — Me dijo.— Ok, ¿y que has traído? — Le p