24

Al día siguiente cuando llegue a la empresa ya Claudine estaba allí, y en mi escritorio había un enorme ramo de rosas blancas.

Claudine se levantó de su silla y corrió a mi, se puso de puntillas y me dió un beso en los labios.

— ¿Te gustan? — Me preguntó emocionada.

— Están preciosas — Le contesté.

Ella se separó de mi y me presumió su bolso. yo me reí un poco.

— Te queda precioso — Le dije.

Hoy ella se veía más feliz, más resplandeciente más hermosa.

— Deberías comprarme un Birkin, o otro Mini Kelly en un color diferente — Me sugirió.

Yo volví a mirar el pequeño bolso negro y recordé todo lo que hice y lo que gaste por conseguirlo.

— No, con ese es suficiente — Le dije.

Ella volvió a acercarse a mi y me abrazo, me miró a los ojos y batió sus pestañas.

— No vas a convencerme. no soy tu padre que te cumple cada uno de los caprichos — Le dije.

Ella volvió a ponerse de puntillas y está vez lamió mis labios.

Yo me quedé sorprendido por lo audaz de su movida, ¡pero me encantó!

— Por favor,
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo