en aquellos tétricos bosques, una pequeña lloraba por su madre, lloraba a gritos, pidiendo ayuda, pues su auto había sido atacado y sus protectores se habían quedado a luchar mientras ella lograba escapar, pero con lo que aquella niña de solo seis años no contaba es que se perdería, pero solo era un pequeña, una niña, que a pesar de su inmenso poder, no negaba que solo era un ser que no había vivido lo suficiente, sus mejillas estaban rojos y sus lágrimas no dejaban de salir, de sus bellos ojos azules, en el que sus sollozos eran los más lastimeros que nunca nadie jamás había escuchado, ella no imaginaba, que después de ir a visitar a su padre de crianza, los atacarían y que tendría que salir huyendo, pero en cuanto vio a esos horribles hombres de ojos color rojo, que los ataban a ella y a sus protectores, hizo lo que su madre siempre le decía. Y aquello era correr, correr como nunca y eso había hecho, ahora estaba perdida, con el mayor temor de no lograr ser encontrada por su madre.
Durante el camino sombrío y decorado en arboles enormes, que demostraban la magnificencia de aquel esplendido bosque, encontró un tétrico castillo hecho ruinas, encerrado en las profundidades de lo que parecía ser el corazón de aquel lugar, ¿Cómo haría para adentrarse en dicho lugar? No podía, temía por ella, temía por lo que pudiese albergar aquel lugar, pero también había algo más, y aquello era sus posibles perseguidores, no tenía seguridad de estar protegida fuera o dentro del castillo en ruinas, pero algo que tenía más que claro, era el saber que debía tomar una decisión, ella solo era una pequeña niña, ¿por debía hacer tal alto de madurez a tan corta edad?
Se debatía una y otra vez cual decisión tomar, pero entonces escucho un doloroso llanto, el cual no dejaba de transmitir dolor, y desasosiego, aquel extraño jadeo de dolor se encontraba dentro del castillo, algo muy dentro de ella la llamaba, algo muy dentro de ella suplicaba por su ayuda, aquel sentimiento en su interior le aseguraba que era lugar seguro, que la ayudaría,
que estaría protegida, por lo que sin pensarlo más, así lo hizo, se llenó de coraje y se adentró temerosa, en lo que sus piernas temblaban como gelatina, y su cuerpo estaba completamente helado de aquel escalofrió que recorría de arriba abajo cada parte de su ser, aquella sensación tan extraña solo la provocaba aquellas heladas y frías paredes, pero no retrocedería, ella ayudaría a quien lloraba, ese era su deber, o al menos aquello decía su madre siempre, ella al ser de la realeza de las brujas, su deber más sagrado es ayudar a todo el que lo necesiten, sea brujo, lobo o vampiro, su deber como uno de los seres más poderosos es ayudar al más débil, ya que por alguna razón, las brujas se habían unido tanto a lobos, como vampiros por generaciones con ese único cometido--¿Hola…? ¿Hay alguien hay…? —los llantos cesaron ahora solo había silencio, la verdad era que se podía confundir fácilmente con alguna jugarreta de su imaginación, pero no era de aquella manera, Louis podía percibirlo con solo encontrarse en el lugar, había mucha energia allí, había magia por los alrededores, pero ninguna era conocida, ninguna era como las que ella ya había percibido desde el comienzo de su corta vida, por lo que camino a un más hacia el corazón del lugar, con la esperanza de lograr encontrar que era aquello que demostraba tanta fuerza y a la vez tanta melancolía
-- ¿Quién eres…? ¿Qué haces aquí…? –un pequeño respingo casi involuntario, fue dado por la pequeña, en el que observo a sus alrededores, pero la voz provenía de todos los rincones del arruinado castillo, parecía venir de cada paren y cada pasillo de los alrededores, se escuchaba con un leve susurro, el cual era ayudado por el eco del lugar, que se emitía al arreador
-- ¿Dónde estás…? – en medio de tropiezos y algo temerosa, llego a lo que parecía ser un gran trono, ahí pudo ver la figura de una hermosa mujer sentada en el trono, esta tenía un rostro perfecto, su cabello parecía ser largo y cada facción en ella era completamente simétrica, parecía ser hecha con mucha precisión, pero lo que más inquieto a la pequeña Lois, fue el hecho de parecer estar llorando, pues esta tenia lagrimas saliendo de sus ojos, lo cual solo le indicaba que tal vez aquella voz provenía de aquella hermosa y perfecta escultura— ¿eres tu…? –la pequeña acaricio el magnífico rostro de la mujer de yeso, pensando que aquella era realmente hermosa, no tanto como su mami, pero era preciosa, pero entonces unos pasos adentrándose en el interior del castillo la alertaron, por lo que decidió esconderse en la parte trasera de aquel enorme trono y rogar a no ser vista
-- ¿Estás seguro que está aquí...? —aquel Vasquer, hablaba dudando de las habilidades de su compañero, pero no era de menos después de acabar con los protectores de la princesa quienes le habían dado verdadera pelea, se encontraban irritados y cansados, ellos deseaban de una buena vez por todas acabar con el trabajo, los Vasquer eran seres insensibles, aterradores, pero sobre todos eran conocidos por su extrema falta de paciencia, aquellos era humanos convertidos en vampiros, o simplemente vampiros sangre pura antiguos guiados por la oscuridad y la maldad. Fieles enemigos de los vampiros puros, licántropos y brujos, aquella era una guerra eterna en la que siempre buscaban hacer el mal, y la destrucción de sus enemigos sin importar el precio, o quien interfiera en su camino, una guerra que había acabado con infinidades de vidas de cada bando
--Estoy seguro, no dudes de mis habilidades de rastreador… es más ya sé dónde está… ven aquí pequeña, no te haremos daño…--aquel hombre pálido, vestido completamente de negro, se acercaba al escondite de la pequeña, quien lloraba al saber que había sido descubierta, pero justamente en el momento de ser sujeta por una de sus muñecas dio un inmenso grito, pidiendo ayuda y alertando a aquello, quien jamás habían logrado semejante presión de poder en ningún otro ser con magia como lo era aquella niña
Para sorpresa de sus enemigos, una enorme rama se levantó del suelo de aquel viejo castillo y arremetió contra uno de los Vasquer, de los que se encontraba reteniendo a la pequeña, lanzándolo contra una vieja pared, que al impactar contra aquella logro escucharse como sus huesos crujía al ser impactados de aquella manera tan increíble, mientras su compañero fue sujeto del cuello por una liana, haciendo que fuese elevado, e intentara luchar con aquella fuerza invisible que luchaba por destruirlos, aquello era aterrador para aquellos sombríos seres, jamás habían sentido tanto temor, como lo era en aquel momento, pero es que hasta donde tenían entendido los poderes de la princesa no habían despertado, aún no ella no podía hacer invocaciones, justo en el momento en que los dos Vasquer se habían liberado de sus atacantes y se disponían a volver hacia la chiquilla, pero un ruido externo los saco de sus pensamientos, algo que a los ojos de aquello vampiros impuros, era completamente nuevo. aquella mujer la cual se encontraba completamente hecha de yeso, simplemente se le levantaba y poco a poco su cubierta blanca caía, demostrando así la vitalidad de aquel ser y no podía ser verdad, todos los seres místicos habían quedado dormidos hace millones de siglos, estos según la leyenda habían quedado en forma de estatuas, después de la muerte de la antigua reina de todos, pero justamente ahora ante sus ojos, un místico estaba siendo despertado, era increíble, pero a la vez era algo terrífico en verdad y justamente cuando estos planeaban huir de allí, aquella mujer, ahora de cabello rubio, unos enormes ojos verdes, con un cuerpo escultural y una belleza única, los detuvo he hizo un rayo de sol, que era técnicamente imposible, pareciera dentro del castillo, aun en las más oscura noche, logrando hacer que los Vasquer se desintegraran de inmediato
La pequeña pelirroja no sabía que sería de ella, así que de nuevo empezó a llorar, al notar que aquella estatua se movía en su dirección, pero lo que más la sorprendió, era que aquella increíble y bella mujer, se postro ante ella, sin permitirle ver su rostro, eso sí que era una sorpresa, pero ella no entendía el porqué, por lo que se llenó de coraje y se acercó a ella, con mucha cautela, en caso de aquel aquello solo fuese una trampa y quisiera atacarla, por lo que cada paso en su dirección, era pausado y temeroso, en el que rogaba a los destinos que saliese intacta de aquella oscura noche y pudiese ver a su madre en el próximo iluminar
-- ¿Quién… quien eres…? --la niña solo la observaba con cierto brillo de inocencia y curiosidad, algo que para la reina de las ninfas y madre del bosques. Le pareció realmente tierno, ya que no veía aquella inocencia hace tantos siglos no había logrado ver o percibir en algún ser mágico
--mi nombre es ahnaria majestad… soy su fiel súbdita… y la protegeré a toda costa mi reina… ¿puedo saber el nombre de mi reina…? ¿Si me es permitido…? --aquella niña no entendía muy bien de lo hablaba, pero algo en ella le dio seguridad, además la había salvado, así que sin más se lanzó encima de la ninfa muy feliz agradeciéndole una y otra vez el hecho de haberla salvado. En ese instante decidió que nadie la separaría de su protectora y que estarían juntas hasta el final
--nana… gracias… me llamo Lois… Lois Atamira... y sé que estaremos juntas hasta el final… nana…--para la ninfa aquello era nuevo, y es que al parecer su nueva reina, era solo una pequeña bebe, pero aquello le causo ternura, ella protegería a su reina, porque el solo hecho de haberla despertado de aquel tan largo, y eterno sueño, era poco si ella ofrecía su vida al servicio de su reina, ella daría su vida por su reina, y la ayudaría a cumplir su profecía, aquella profecía, en donde los seres místicos, volvían a resurgir, y acabarían con aquel ser malvado que los había impuesto en aquel largo sueño
-- ¡Qué esperas soo...! ¡Eres muy lenta… una de las gemelas Luzor, te pateara el trasero...! – el maestro de gimnasia miraba indignado aquella escena, mientras la azabache luchaba, con todas sus fuerzas contra aquella gemela malvada, que siempre le hacia la vida cuadritos, ella no se dejaría vencer tan fácilmente o al menos era lo que pensaba, pero aquella nefasta rubia no se dejaba vencer tan fácilmente, cada vez era más fuerte y llena de malicia, pero claro, era lo menos que podían hacer las gemelas si su meta final era ganarle a una de las espectadoras, que observaba la lucha entre las gradas realmente preocupada, por la azabache-- ¡Vamos soo tu puedes...! ¡Soo... Soo...! qué esperas… nana, grita conmigo… —la ninfa no podía creer lo que Lois le pedía, pues ella no gritaría como loca por Soo Jung, aquella chica de ojos pequeños se lo hab&iac
En la academia Vesperum, el gran líder de los alfas, futuro rey de los lobos de fuego, el monumental y perfecto Julen Fire, se encontraba arrinconado en uno de los pasillos del majestosos lugar, teniendo una muy buena conversación con una bella omega de cabellos negros, quien se restregar contra él, para poder obtener lo que tanto deseaba y aquello era tener aquella marca que demostrara que a pesar de que el hermoso y bien dotado príncipe del fuego se revolcara con todas aquellas omegas del lugar, ella estaba por encima de todas, ella sería la omega del líder y futuro rey del fuego, que nadie podría contra ella, aunque claro estaba que para el joven lobo, sus pensamientos no eran los mismos y es que no negaba que ella era hermosa, además de que era increíble en la cama y por no decir, como le ayudaba en los celos, pero el buscaba algo más, el buscaba con desespero a su
--¡mira nana... todo esta tan colorido...! y tiene un bello cartel que nos da la bienvenida... oh... que lindos, creo que estoy enamorada...--ahnaria, la observaba de manera neutra, mientras que Soo, se encontraba igual de emocionada que la pelirroja; y es que aquellas jóvenes brujas, deseaban aquello con sus vidas, pero la ninfa no las juzgaba, aunque para los ojos de todos ahnaria era una joven bruja más, la verdad era muy distinta, porque debido a su naturaleza dudaba que ella tendría aquel vinculo astral de que hablaban,. Ya que estaba vinculada a su reina desde el día que esta la despertó, y según ella sabía no era un vínculo como el que era creado por las brujas, ella sabía que su vida había quedado al servicio de su reina desde el principio, por lo cual ella solo estaba allí, para protegerla, como lo había hecho desde que ella tenía seis años.Aquello fue una noticia
Durante el camino Julen, no dejaba de llegarles miles de pensamientos en segundos, la verdad él se encontraba tan ansioso, nervioso y lleno de curiosidad, que los sentimientos lo abrumaban, de hecho hacia un gran esfuerzo porque su lobo no saliera a la luz, ya que aquello arruinaría todo y era lo último que deseaba, pero es que todo iba a ser nuevo desde ahora, no sabía que le depararía el futuro y no quería ser una decepción para su padre, el deseaba el trono del fuego, al igual que lo obtendrían sus amigos, incluyendo a su amigo Thae, que a pesar de que su hermano mayor se graduó hace algunos años anteriores, este decidió que quería ser el capitán del ejército y no deseaba el trono, dejándolo en manos de su hermano menor, la verdad era que Noam Vand hubiese sido un gran alfa rey, pero aquel decía que no era lo suyo, además de que enseñaba en la misma academ
Allí estaba ellos, ninguno decía una sola palabra nadie de hecho, aquel salón que hace unos minutos, estaba plagado de personas hablando, riendo y susurrando, ahora estaba en completo silencio, nadie sabía que decir, nadie sabía de qué podía hablar con aquellos nuevos amigos, que ahora pertenecían en alma, ahora ellos no sabían cómo hacer para romper el hielo y sacar una sola palabra, pero entonces se escucharon uno que otro hablando, presentándose, conociéndose los uno a los otros, mientras que Lois, no sabía que decir, ¿qué diría? ¿Un hola?, ¿y aquel si aquel chico vestido de negro, con chamarra de cuero, no era muy charlador? aquello la atemorizaba, no quería llevarse una mala impresión de su vinculado, mientras que Julen tampoco sabía qué hacer, no quería asustarla, ¿sería mala idea decirle que ademá
Había llegado la hora de la cena, y mientras todos estaban sentados en el gran comedor, donde se encontraron los chicos y Lois, logro ver como a ahnaria y soo Jung tomaban asiento en una mesa diferente a los chicos, por lo que no dudo en separase de Julen, y acercarse a su amiga y su nana, quien se veía muy seria, mientras que soo se veía muy sonriente, algo muy normal en su amiga, Julen, sintió un gran vacío al notar que su bella mate, se alejaba de él, para ir a la mesa de sus amigas, pero no quería presionarla, solo llevaban unas horas de haberla encontrado y no deseaba que se sintiera presionada, noto a los chicos quienes lo observaban perspicazmente, y como algunos se veían tensos, mientras otros están más que rejados, así que decidió tomar asiento a su lado y saber que tal les había ido con sus vínculos