¿Por qué Marcos saldría como un loco corriendo?¿Dónde iría? Por su culpa ahora me tengo que ir sola, aunque pensándolo bien siempre caminaba sola, solo yo lo podía ver.Se detuvo un coche bajando los vidrios delanteros.—Nos vamos? —pregunta un sujeto de gafas negras.—No, gracias, prefiero caminar, es más saludable para mi, además mi casa queda cerca.—¿No me reconoces, Silvia?—No, en realidad no sé quién eres y ¿Cómo sabes mi nombre?—Cómo pasa el tiempo, aún recuerdo cuando jugábamos por las calles de tu cuadra.—¿Perdón?—fruncí el ceño.Bajó más los vidrios del coche y se quitó las gafas.—Soy Robert,?tu vecino de infancia.—¿Robert Smith?—El mismo de siempre, Silvia, vamos sube.—¡Cuánto gusto me da verte!—A mi también, Silvia, tenemos muchos años que no nos vemos, ¿creíste que era uno de esos pervertidos? Por eso no querías subir al auto.—La verdad si, tú sabes que andan muchos de esos hombres por ahí y no quiero salir en las noticias, pero cuéntame ¿Qué has hecho? ¿Qué hac
—¡Silvia! —la voz de Marcos me hace ponerme rígida de inmediato. Me remuevo de mi cama y abro los ojos un poco soñolienta. —¿Qué quieres? —recordé lo de ayer, su trato. —Necesito hablar contigo. Anoche no pude decirte nada porque cuando vine ya estabas dormida —comentó, se notaba un poco preocupado. —¿Qué cosa? —al parecer queríamos actuar como si nada de lo de ayer había pasado. En parte lo agradecí porque me sentía con algo de vergüenza. Si Marcos quería actuar así entonces yo también. Y podía hacerlo mucho mejor. —Es sobre Emma. En cuanto dice eso me reincorporo, sentándome en la cama. Era sábado, pasadas las diez de la mañana. Sí que había dormido mucho hoy. —¿Qué pasa con ella? Marcos suspira profundo para después contarme: —Anoche la encontré en el parque escribiendo en su diario, me desconcertó un poco lo que leí así que la seguí a su casa. Silvia, su padre le pega —confesó. Fruncí mi ceño sin entender mientras que un escalofrío recorría mi cuerpo— Como lo oyes, el padr
Regresamos a casa, la tarde había sido especial, el hecho de que Marcos había hecho su primera acción buena y de corazón me llenaba de paz, él estaba cambiando, se estaba transformando en el hombre que siempre imaginé tener. No podía negar que me estaba enamorando de él, todo el tiempo que hemos convivido juntos ha hecho una unión fuerte, tan solo se puede ausentar un poco y ya lo extrañaba, sé que todo lo que sentía era una arma de doble filo, pero no podía restringir mis sentimientos, al menos estando conmigo tenía que valorar ese tiempo.Emma venía en el asiento delantero con Damián hablando de cosas que tenían en común, mientras que yo venía en el asiento trasero recostada al brazo de Marcos. El venía acariciandome el cabello y parte de mi rostro. Damián era un poco cursi que todo el camino venía poniendo música romántica. En el fondo también me sentía feliz por Emma, verla sonreír, verla contenta. Eso no tenía precio y saber que en la universidad la tienen como rara, tan solo es
El teléfono de casa suena una y otra vez, me remuevo en mi lugar sintiéndome un poco incómoda; luego de eso también suena otro y otro. Abrí los ojos un poco soñolienta, aún seguíamos en la casa de Nathaly, estábamos de Pijamada así que como era domingo queríamos dormir hasta tarde. Pero parecía que ahora sería imposible. Me levanté de la cama en busca de mi celular, al igual que las demás. —¿Quién molesta tan temprano? —me preguntó Daphne. Cada una tomó su celular, al igual que yo, y contestamos: —¿Hola?—Silvia, te estamos llamando de la universidad. Necesitamos a los alumnos aquí a las diez de la mañana. Hoy tenían una excursión con el profesor Martín y se nos ha pasado por completo avisarles. —¿A las diez? —me quise asegurar. Escuché cómo las demás se desconcertaban por lo sucedido. —Así es. Te esperamos aquí. —Gracias. Corté. —¿Excursión? —Laura se levantó— ¿Por qué no nos avisan antes? Emma se dirigió a mi, tomando sus cosas. —Silvia, ¿nos vamos? No quiero llegar tard
De regreso a la universidad íbamos todos callados, solo podíamos escuchar la música que llevaba el conductor, en mi cabeza siempre estaba el pensamiento que había visto a Marcos, no podía estar loca, no entiendo qué estaría haciendo ahí y tampoco entiendo por qué se habían peleado, noté que Emma iba dormida, sabía que lo que nos esperaba en la uni en verdad era malo, los reproches y las sansiones por parte de la dirección era inevitable e incluso nuestros padres sabrían de esto, pero ya qué, más cosas he pasado como para preocuparme por lo que vayan a decir.Laura y Nathaly iban hablando de algo, pero no les ponía atención, lo que si me molestaba era ver el descaro y la hipocresía que tenía Nathaly con Laura sabiendo lo que hace con su novio. Algo que detestaba en las personas eran las mentiras.•Llegamos a la universidad, era extraño un domingo llegar a la universidad, al parecer ese día estudiaban personas mayores que nosotros, creo que se debe al trabajo. Todos los estudiantes de
—¡Silvia! —es Emma, viene hacia mí con su rostro preocupado. —¿Qué pasa, Emma? Se ve cansada por haber corrido quien sabe por cuanto tiempo. —Me llamó mi madre y... ella sabe todo —dijo. —¿Todo? ¿Qué cosa? —Todo. Sabe que mi padre me ha estado maltratando desde hace ya varios años. No sé que hacer —se veía preocupada. Marcos yo yo estábamos saliendo de la universidad para dirigirnos a casa, pero Emma nos había interceptado. —¿Y ahora qué pasará? —quise saber, cruzándome de brazos. —No lo sé, mi madre quiere que haga mis maletas y me vaya con ella. Pero no sé qué pasará con mi padre. Tengo que ir a casa y enfrentar toda esta situación. —los tres empezamos a caminar por la acera, Marcos iba en silencio escuchando lo que Emma tenía para decir— Creo que sin ti esto no hubiera pasado. Ayer fuiste y enfrentaste a mi padre, las cosas pasaron a cómo debían de pasar. Me alegraba por ella de que su vida se estuviera solucionando y que ya no tendrá que sufrir ningún maltrato más de part
—Salgamos ya, Silvia, creo que esas luces que se ven venir son del auto de Travis. Vamos deja todo en orden, tómale fotos rápido.—Cállate, que estoy muerta de miedo, solo espero que Travis no sospeche nada de lo que revisamos.—Iré rápido hacia la cochera, quiero asegurarme que no hay nadie por acá, de lo contrario estamos acabados.—Estoy, dirás, a ti no te ven.Marcos salió corriendo con desesperación, mientras tanto yo arreglaba las cosas como las había dejado Travis. Si él era el asesino de Marcos seguro era un tipo astuto y lo más mínimo le parecería algo sospechoso. Tomé las fotos para cuando vino Marcos.—¿Listo?—Sí, ¿tú como miras? ¿Crees que deje todo a como estaba?—Claro, ya deja eso y salgamos por la puerta trasera, quítate los zapatos y sígueme.Marcos tomó de mi mano con seguridad, éramos esa pareja osada, en realidad solo con él me sentía una mujer valiente, capaz de hacer todo tipo de locuras. Todo esto para mi era una nueva experiencia en donde podía sentir el amor
Cada quien había vuelto a sus casa, me había parecido impresionante lo que Laura había hecho con Travis y Nathaly, pero en el fondo sentía que se lo merecían. Marcos entró detrás de mí a casa, iba pensativo. —Jamás creí que Laura fuera capaz de algo así —me dice, sentándose en el sofá. —Una mujer dolida es capaz de hacer muchas cosas —le respondí, sentándome a la par de él. Me sentía agotada, pensativa y un poco estresada. —Ya veo —pone su mano en mi pierna— ¿cómo estás? —Bien, es solo que me quedé pensando en algo —lo miré, algunos de sus cabellos negros caían por su frente. —¿Qué cosa? —frunció el ceño. —Laura habló de que los tres se irían al infierno o algo así —recordé— Se me vino a la mente la conversación en la cabaña. —Tienes razón. Esa conversación se veía demasiado sospechosa y acalorada. —Ya lo sé —suspiré profundo, recostándome en el hombro de Marcos— Muero de sueño. —Duerme tranquila, aquí estaré yo para cuidarte. —Gracias —le susurré mientras el sueño me vencía