KYLE Con el paso de los días, mi padre tuvo la decisión de viajar por asuntos de negocios, mientras tanto yo, quede acá, sola, con mis padres bilogicos, aprendí a realizar un sin número de oficios los cuales no estaba acostumbrada en la mansión de New York, sin embargo la experiencia que estaba experimentando me gustaba, hacíamos de todo un poco y por las tardes visitaba la zona boscosa para leer libros, hasta que un día se me contó la triste y dura verdad que mi hermana menor, se vería casada con un sujeto de mucha más edad que ella, me platicaron un poco acerca de las tradiciones y costumbres que se llevaba a cabo en este país, una de las penas a pagar si no se cumplía el mandato era la mismísima muerte, mi hermano y mi padre me explicaron, la posible solución para que ese matrimonio no se llevará acabo, lo único que a ellos se le había ocurrido es que yo, me sacrificara en su lugar, me sentía aterrada porque me casaría primeramente con un hombre al cual nunca había visto y p
KYLE El llanto y el sufrimiento había cesado, de esa forma mi mente se había aclarado un poco, tuve la idea de atar sábanas tras sábanas y de esa forma escaparme a través de la ventana, sonaba un poco loco, pero era la única solución que había encontrado, sólo espero que no me atraparon en el intento. DYLAN —Me siento muy orgulloso de ti, hijo, todo este tiempo te hemos enseñado el buen camino y hasta el día de hoy has acatado todo lo que las leyes de nuestra tribu dice, hace tantos años eras un niño y hoy eres todo un hombre, eres el líder de todos nosotros y te respetamos, ahora te doy mi bendición para que, tú, seas Un hombre de bien y siempre des, el ejemplo a los demás—mi padre se había situado frente a mí dándome su bendición, como teníamos de costumbre al momento de unir nuestras vidas en matrimonio.—Yo también me siento orgullosa de ti, hijo mío— mi madre me estaba obsequiando una cadena de oro y diamante— ahora dirígete a tu habitación, tu esposa te está esperando con muc
Hola queridos lectores, en los pasados capitulos eran algunos fragmentos que habia subido para saber la aceptación de ese libro, pero aca les va uno que quizas les guste. Los quiero mucho y espero su apoyo siempre, gracias por lo que llevamos hasta el momento.- El goteo de agua me hace abrir los ojos con dificultad. Me dolía la cabeza y sentía que estaba tirada en algo duro. Cuando mi vista se aclara y logro sentarme en el cemento me doy cuenta de lo que realmente pasa: estoy en una alcantarilla. ¿Cómo llegué aquí? No logro recordar nada. Llevo una mano a la parte trasera de la cabeza ya que siento algún líquido vertiendo de ella. Cuando me veo la mano veo rojo: sangre. Intento ponerme de pie, pero al principio es inútil, me duele el cuerpo, las piernas, como si hubiera corrido un maratón. Tenía las zapatillas desgastadas y llenas de polvo. Mi pantalón estaba roto en las rodillas y mi chaqueta tenía algunos agujeros en los codos. Parpadeé varias veces sin entender lo que había
Luego de ver la letra "M" en el espejo empañado me asusté un poco ya que no había nadie más en mi casa, bueno mi mamá pero ella estaba dormida, me acerqué a la ventana de la sala pues de ahí tenía mucha vista hacia las casas vecinas para ver si notaba algo sospechoso pero no pude distinguir nada más excepto niños jugando con un balón. De cierta forma luego me sentí un poco aliviada porque pensé que era alguna broma de Laura el hecho de que hubiera una M en mi espejo, pero no creo que ella sea tan capaz como para jugar con eso. Así que respiré profundo y me dispuse a comer los restos de la pizza que se estaba enfriando.Subí a mi habitación y busqué en mi ropero algo que ponerme, en ese aspecto yo no era tan selectiva como ciertas chicas, pues yo me ponía lo primero que encontraba. Así fue, me puse una camisa que me quedaba un poco debajo de mis rodillas, color naranja y de textura muy suave.Tenía la costumbre de hacer té por las noches ya que ayudaban mucho a mi calidad de sueño y e
Al día siguiente me desperté, pude escuchar ese horrible sonido que tenía mi despertador, en realidad no sé por qué nunca había puesto un mejor sonido, al parecer era un tanto masoquista con mis oídos. Sentía que mi cuerpo estaba con nuevas energías por lo que me levanté de la cama y observé en el piso todo lo que había regado ayer a la hora de acostarme y noté que estaba mi celular boca abajo, lo tomé, pero estaba descargado por lo que busqué inmediatamente el cargador.Escuchaba el sonido del aceite en las cazuelas de mamá, pues ella era excelente cocinando lo que sea, todo lo contrario conmigo. Esa era una de las cosas que extrañaría de mamá si me iba de casa, así que me miré en el espejo de mi habitación, me peiné un poco y bajé.—¡Buenos días, mamá! ¿Qué tal amaneces?—pregunté. En ese sentido desde pequeña me habían enseñado muy buenos modales por lo que era costumbre saludar cada vez que me levantaba y miraba a mamá.—¡Bien, cariño! Estoy haciendo desayuno, ¿comerás?—me preguntó
A la mañana siguiente me desperté sintiendo un dolor en mi nuca, había dormido mal. La noche la había pasado un poco mejor, aunque al principio me costó conciliar el sueño por estar pensando en Marcos. Hoy llegaría a la universidad y vería la falta que haría. Salí de la cama medio adormilada y me dirigí a la ducha. Cuando me quité la ropa y dejé que el agua me quitara el sueño me sentí observada; fue una sensación nueva y completamente extraña.Me duché por unos minutos para después salir. Envolví la toalla en mi cuerpo y busqué algo de ropa. Camisa mangas largas en negra y unos vaqueros negros. La ciudad de Portland estaba de luto. Me puse mis zapatos y peiné mi cabello. Las clases empezarían en media hora. Tomé mi bolso, mi celular y salí de mi habitación. Cuando bajé las escaleras no escuché nada ni a nadie, lo que me hizo entender de que mi madre se había ido a trabajar. Me dirigí a la cocina, buscando algo para comer. Había una nota pegada en la nevera. La tomé y la leí: Silvia
DOBLE VIDACuando llegas a la universidad te das cuenta de que no era lo que pensabas cuando estabas pequeño, yo solía jugar con mis amigas e incluso con niños que ni conocía, a medida que iba creciendo también anhelaba ser mayor para ir a una universidad. Quizá porque tenía la imagen de la típica universidad que te venden las películas, con un ambiente muy bueno.Pero cuando ya estás en la realidad te das cuenta de que mejor era quedarse en la edad de niña. A medida que fui creciendo también se quedaron muchas cosas que ya no volverían a pasar, quizá por eso era un poco callada, pero al fin y al cabo es que me gustaba como era.Portland era una universidad de prestigio en donde habían muchos estudiantes de diferentes posiciones sociales al igual que intelectual. Era una universidad con una estructura colonial, que cuando llegabas de inicio podías ver lo colosal que era, tanto así que daba la apariencia de un castillo. Cuando entrabas por el portón principal te topabas con un lobby ll
MARCOSAbrí los ojos de golpe, sentí cómo mi respiración estaba agitada y un poco entrecortada. Mi cabeza dolía demasiado así que me llevé las dos manos a mi frente y la apreté. ¿Qué había pasado? Levanté la vista, me di cuenta de que estaba tirado en el pavimento cerca de la casa de Silvia. Mis pantalones estaban medio rotos y mi camisa era blanca, sucia. Me puse de pie con dificultad, observando para todos lados. ¿Qué hacía aquí? Era de tarde al parecer, a lo lejos veía el sol ocultándose. Busqué a alguien cerca, una persona, pero no había nadie. Giré para mirar la casa detrás de mí: era bastante grande, de dos pisos, color verde. Afuera habían unos escalones para llegar a la puerta de entrada y en el jardín habían girasoles plantados allí. Conocía la casa, era la de Silvia; pero ¿en qué momento llegué aquí? No lograba recordar nada, no recordaba haber caminado hasta aquí, no recordaba. Quizás me había emborrachado en el día y por eso no recordaba del todo; solía pasarme seguido.