Lluvia. Después de ver a Ali desaparecer en el bosque y me lanzará una mirada asesina, Dan se acercó a mí para decirme que quizás me arrepentiría de dejarla irse con vida, que Rexon no era ningún monstruo, solo hacía lo mejor que podía para cuidar de todos, y eliminar las amenazas siempre iba a ser lo mejor. Rexon había desaparecido, me senté en las escaleras de la entrada a la cabaña mirando la parte del bosque en la que Ali había entrado, en mi vida había pasado por tantas cosa, gran parte de ellas violentas, no creí volver a tener que presenciar cosas así, pero en ese momento lo que tenía que hacer era agradecerle a Rexon y Dan... si no fuera por ellos yo hubiera sido violada y en estos momentos estaría mi cadáver en el bosque, siendo comida de algún animal. Me puse de pie y recorrí el pasillo de las habitaciones hasta detenerme en su puerta, mi cuerpo temblaba ligeramente, estaba nerviosa, tenía la loca idea de que lo mejor era irme... intentar escapar, no quería que nadie de a
Estaba mirando por la ventana el lago que permanecía en calma, lágrimas corrían por mis mejillas era tan difícil el no querer irte de un lugar, pero saber que debías hacerlo porque era lo mejor, me dolía dejar atrás a todos los lobos, mi querido trueno y mi mal humorado "secuestrador", pero no tenía tiempo que perder, no parecía haber nadie al rededor para detenerme, me incliné para tomar de la cama mi mochila y maleta cuando de pronto la puerta de mi habitación se abrió, era Dan, ambos nos observamos con los ojos muy abiertos, que mala suerte la mía. — ¿Vas... a alguna parte? - entre cerro los ojos y me miraba de manera acusatoria, me puse nerviosa al instante. — Yo... - suspiré pesadamente, no tenía caso mentirle y de igual manera no había excusa alguna que pudiera utilizar, la situación hablaba por si sola - yo me tengo que ir de aquí, Dan. Él abrió mucho los ojos, miró al pasillo siendo exactos la puerta de la habitación de Rexon, espero unos segundos, al ver que no había movim
Después de llorar solo un poco me separé de Dan, él me regaló una sonrisa que sin duda me hizo sentir mucho mejor, me sentía liberada, fue bueno contarle a alguien ese secreto que mantenía oculto bajo las mangas de mi ropa, fue como quitarme un pequeño peso que estaba sobre mis hombros, ambos nos sentamos en silencio en la escalera que daba a mi habitación, observamos el lago, el sol se ocultaba poco a poco.— Sé que quizás no quieres hablar de ese tema, pero déjame decirte que te admiró mucho, humanita... eres fuerte, en tu mirada puedo notar que prácticamente escapaste del infierno, llevas huyendo quién sabe cuanto tiempo tú solita y aquí estas... sin perder tu esencia al parecer. - solté una ligera sonrisa.— No es un tema que hubiera tenido la necesidad de compartir en algún momento, nunca he tenido con quién hablar después de eso, enterré eso en el fondo de mí, queriendo creer que nunca sucedió, pero el pasado tarde o temprano nos alcanza, pera ser sincera a pesar de que no es un
Rexon. No dejaba de pensar en ella, en ningún maldito momento, en la noche al terminar de contarle al resto de la manada lo sucedido con Ryan y Ali me fui directo al lago, a esconderme entre los arbustos en la espera de que ricitos de oro saliera a observar la luna como todas las noches, pero esa vez no lo hizo. Decepcionado regresé a mi habitación, me detuve en su puerta, podía escuchar sus latidos y respiración tranquila, estaba dormida, a mi mente llegó la imagen de su rostro cerca del mío, cometí la estupidez de besarla y por culpa de eso ahora menos podía sacármela de la cabeza. Lo que en definitiva no me esperaba era que ella me besara de vuelta otra vez, juraría que jamás había hecho un esfuerzo tan grande al que hice cuando me separé de ella y le pedí que se fuera cuando por dentro lo único que quería era tenerla conmigo, en mis brazos, en mi cama. Mi celo no ayudaba, mis hormonas revueltas me incitaban a entrar a su habitación, totalmente convencido en que ella no me rechaz
Lluvia. Yo jamás podría enamorarme de una humana. Las palabras de Rexon resuenan en mi cabeza como el eco en un lugar vacío, por alguna inexplicable razón me dolió escuchar eso, porque solo me dejaba ver que su inusual buen comportamiento y acercamiento es porque quiere algo de mí, como cualquier otro hombre, y no es mi corazón, esa idea me apachurro un poco el corazón, sin duda ese tipo de amores solo se vivían en las novelas y hablando de ello recordé el libro que estaba leyendo antes de ser raptada por los lobos. Después de decirles a Rexon y Dan que el desayuno estaba listo no esperé a que me respondieran, me di la vuelta y me marché con rapidez como una hoja seca que es empujada por un fuerte soplido del viento. Sus miradas angustiadas y rostros sorprendidos me confirmaban que estaban hablando de mí. Me puse a limpiar la cocina, normalmente cuando terminaba de lavar los sartenes, limpiar la estufa y cocinar, ellos terminaban de comer y ya lavaba sus platos; el día de hoy tenía
Rexon. Llegue a casa cuando faltaba poco para el atardecer, Lluvia después de decirnos que el desayuno estaba listo desapareció, sentía la necesidad de disculparme con ella, pero ¿Qué se supone que le diría?. Después la miré sentada en la sala, su comportamiento de leer no solo despertó mi curiosidad sino la de Dan también. — ¿Qué crees que este leyendo? — No tengo idea... La portada oscura con las letras brillantes no daba mucha pista que digamos, se le miraba inquieta y la cara roja, nuestros libros solo contenían historias de nuestros antepasados y serian para educar a nuestros cachorros sobre nuestra historia, desconocía que era lo que contenía la infinidad de libros de los humanos. Me retiré de la casa, me había ofrecido para recorrer el pueblo y sus alrededores, sabía que me tomaría mucho tiempo, me pareció bueno estar alejado aunque cada vez me costaba un poco menos controlarme, aún estaba en celo y me encendía con facilidad, de solo ver el color amarillo y el azul un cosq
Lluvia. Resulta que al final de cuentas les gané a los lobos, me sentía sumamente realizada, yo, una humana ordinaria sin ninguna habilidad especial había vencido a los 5 lobos de la casa. Después de que ellos se marcharan comencé a esconder diferentes prendas de mi ropa por toda la casa, pero antes las rocíe con un poco de mi perfume, después me puse mi conjunto de pijama verde y me trepe en el árbol que se encontraba frente al lago, para mi suerte las hojas ya tenían un color verde demasiado opaco, dentro de pocos días se secarían por completo y caerían dando por terminada la época de otoño y dar la bienvenida al invierno. Escuchaba a los lobos salir y entrar de la casa, estaba demasiado lejos para escuchar lo que decían, pero sin duda alguna se estaban quejando, después de varios minutos llegue a considerar en bajar del árbol, la victoria era mía, no lograron encontrarme por su cuenta de igual manera, justo cuando me disponía a iniciar mi descenso escuché una voz algo cerca del á
Rexon Después de que se declaró a ricitos como la ganadora de su infantil juego de escondidas, los demás se fueron a la cocina para cumplir con su parte del trato, yo me marche a mi habitación para darme una ducha helada, en cuanto las manos de ricitos estuvieron sobre mi pecho y sus ojos hermosos se toparon con los míos mi celo comenzó a tomar el control de mi cuerpo y mente, deseaba con desesperación besarla de nuevo, tenerla tan cerca de mi. Con la cara agachada dejando que las gotas de agua recorrieran los mechones largos de mi frente y cayeran contra el piso blanco me quede pensando en que rayos iba hacer con estos sentimientos, cada vez se me hacía mas difícil de ocultar lo que sentía por ella, estaba seguro que hasta ricitos parecía sospechar de mi comportamiento, mis emociones y sentimientos eran como un flotador que se infló en el fondo de un profundo y oscuro océano, me asustaba la rapidez con la que se elevaban, no podía detenerlos, cuando llegaran a la superficie seria d