Claus también recibió la noticia y se presentó en la comisaría.

Toda esta situación no tenía nada que ver con Estrella. Como testigo, incluso recibió algunos elogios por parte de la policía. Por lo tanto, Claus pudo llegar y llevarse a Estrella directamente.

Cuando Estrella pasó por la sala de interrogatorios de Zared y Hada, estos la miraron con rabia y deseos de hacerle daño. Estaban furiosos de que su elaborado plan, hubiera sido arruinado por Estrella y que ahora estuvieran en la comisaría. La suerte definitivamente no estaba de su lado.

Claus llegó a la entrada de la comisaría y preguntó: —¿Estás bien?

Estrella encogió los hombros y respondió: —Estoy perfectamente.

Al escuchar su explicación, la expresión de Claus se oscureció un poco, pero no dijo nada.

Estrella notó que algo no estaba bien con su expresión y preguntó: —Claus, ¿acaso estás enojado?

Se rascó la cabeza, sin entender del todo.

—Y como por que he de estarlo—respondió Claus con voz apagada.

—Lo dices como si no estuvi