Andrían había programado una cita quirúrgica con anticipación. Tan pronto como Luna llegó al hospital, la operación comenzó de inmediato. El proceso no fue tan largo y la cirugía pronto terminó. Luego trasladaron a Luna al pabellón.

A través del dolor abdominal, Luna sabía que su hijo ya no estaba en su vientre.

Para saber en qué hospital estaba Luna, Zared utilizó todos sus recursos dejando su orgullo al lado. Al enterarse el lugar, acudió al hospital junto con Hada sin demora. Sin embargo, la cirugía ya había concluido. Al ver a Luna con el rostro pálido, las lágrimas de Hada brotaron de inmediato y dijo:

—Luna, mi pobrecita Luna…

Luna estaba todavía muy débil, pero al escuchar el llanto de Hada, apretó fuertemente los dientes y dijo con resentimiento:

—¡Estrella tiene toda la culpa! Si ella no hubiera revelado la verdad, ¡esto no habría llegado tan lejos!

En su opinión, Estrella la envidiaba enormemente. Tenía miedo de que, una vez que Luna se casara con Caín, perdería todo el cari