Mientras tanto, Claus revisó minuciosamente todos los libros de cuentas de los proyectos de colaboración del grupo Burgos, sin dejar ninguna sucursal sin examinar, ya fuese grande o pequeña. Pensaba que la liquidación se había llevado a cabo sin problemas, pero descubrió una irregularidad en los registros más recientes.

Inicialmente, Claus creía que las pérdidas sufridas por el grupo no eran tan significativas. Sin embargo, al darse cuenta de los problemas en estas dos sucursales, notó que se había equivocado y se enfureció. Tomando en cuenta estas nuevas complicaciones, las pérdidas del grupo representaban la mitad de los ingresos de la empresa matriz. Es decir, esas sucursales apenas habían generado ganancias…

¿Cómo era posible que Claus no se enfadara?

Llamó a Javier e interrogó enojado:

—¿Qué sucedió durante la liquidación en el departamento de finanzas?

Mientras hablaba, arrojó todos los documentos sobre la mesa.

Javier los recogió y revisó rápidamente, luego respondió:

—El depar