Javier llevó a su equipo al almacén número ochenta y nueve.Esta vez solo fue con unos pocos hombres para explorar la situación.Para su sorpresa, cuando llegó al almacén número ochenta y nueve, encontró que Walter ya estaba esperando allí.Al ver que Javier llegaba con su equipo, Walter se quejó: —¿Por qué tardaron tanto en venir?—¿Cuánto tiempo has estado esperando aquí? —preguntó Javier, indiferente, parado frente a Walter.—Desde las seis —se quejó Walter.En este lugar desolado y despoblado, ni siquiera sabía a cuántos mosquitos había alimentado mientras esperaba que los hombres de Claus llegaran.Al escuchar esto, Javier sonrió. —¿Quién te dijo que vendríamos hoy?Esta operación se mantuvo en secreto porque temían que Walter estuviera preparando una trampa. Pero su rastro no estaba bien oculto. Walter ha confesado todo. Una persona tan estúpida solo era adecuada para estar con el segundo tío abuelo y el tercer tío abuelo.Walter se sintió un poco tenso. Estaba ahí porque Jonat
El haber recuperado la mercancía era una buena noticia, aunque eso también significaba que Claus había cometido un error. Había robado descaradamente las pertenencias de otra persona. Claus había recibido una buena educación desde pequeño, y siempre trataba a las personas como correspondía. No tomaría las cosas de los demás sin motivo. Además, sus secuaces habían golpeado a un grupo de personas inocentes. Claus rara vez experimentaba un sentimiento de malestar, pero ahora sentía una fuerte voluntad de devolver la mercancía. Sin embargo, recordó que dos grupos diferentes participaron en el robo de esa caja de medicinas. No estaba seguro de si el dueño de la mercancía era el primero en llegar o el segundo grupo. No era de extrañar que Claus pensara de más, ya que las personas generalmente tienden a tener ideas preconcebidas. Pero el almacén costero de contrabando estaba destinado a esconder cosas que no deberían ser vistas. Tal vez, la caja de medicinas había sido recuperada de forma
Estrella regresó al hotel antes que Claus. Había salido y entrado sigilosamente y nadie lo había notado. Quizás los dos guardaespaldas de Claus se habían descuidado, pensando que Estrella era solo una mujer, y por lo tanto, bajaron la guardia.Cuando Claus regresó a casa, encontró a Estrella acurrucada en el sofá, mirando su teléfono.En ese momento, Claus sintió una extraña sensación. Sin importar a dónde fuera, siempre había alguien esperándolo a la vuelta. Se sintió lleno de emoción en su corazón y su cansancio disminuyó un poco.Claus colocó su abrigo en el sofá y se sentó junto a Estrella. —¿Qué has hecho hoy? —preguntó.Estrella ni siquiera levantó la cabeza. —Nada —respondió.No había nada más que hacer en el hotel.Además, se sentía molesta porque Claus le había arrebatado las hierbas medicinales. Ya era un logro que pudiera contenerse y no exigir que Claus las devolviera.Al ver a Estrella apática y sin ánimos, Claus se preocupó de que estuviera enferma. Extendió su mano y
Claus pensó que el comportamiento inusual de Estrella era consecuencia de haber estado aburrida en el hotel durante mucho tiempo, ya que normalmente ella siempre era una persona activa y enérgica. Preocupado de que esto continuara así y los ánimos de Estrella decayeran aún más, al día siguiente Claus sugirió llevarla a un parque de atracciones cercano para divertirse.Los ojos de Estrella se iluminaron al escuchar que el parque de atracciones tenía emocionantes atracciones que estaba deseando probar. Sin embargo, con Claus a su lado, no podía permitirse desmelenarse y disfrutar al máximo. Tendría que esperar otra oportunidad para divertirse plenamente. Lo que no esperaba era que Claus se ofreciera a acompañarla.—¿No tienes mucho trabajo que hacer? —preguntó Estrella, aunque realmente tenía muchas ganas de ir.A pesar de su apretada agenda de trabajo, Claus podía encontrar tiempo para un día. —Entonces, ¿quieres ir? —En realidad, Claus estaba preocupado de que en ese viaje Estrella
Cuando salieron del parque de atracciones, ya había anochecido. Por la noche, toda la ciudad estaba bien iluminada. Al salir a la calle, se podía ver un vasto paisaje abierto.Estrella se apoyaba en el brazo de Claus, sintiéndose muy relajada y contenta. La brisa hacía volar su cabello y lo hacía caer sobre el brazo de Claus, como si quisiera enredarlos a los dos.Paso a paso, llegaron al centro de la ciudad sin darse cuenta. Había mucha gente y un ambiente animado, incluyendo muchos espectáculos callejeros. Un joven artista tocaba la guitarra y el viento llevaba su melodía a todos los rincones de la calle. Animada por la curiosidad, Estrella le echó un vistazo al chico, pero Claus se acercó y la detuvo inmediatamente.En su fuero interno, ella no pudo evitar poner los ojos en blanco… ¿Acaso no tenía ni el derecho de apreciar el arte? Qué hombre tan celoso…—Vamos a comer algo —propuso Claus, mientras tomaba la mano de Estrella y caminaba hacia delante. Había demasiada gente y estaba
Después de la cena, Claus y Estrella regresaron dando un paseo. Estar en el extranjero era una oportunidad preciosa para ellos y podían experimentar tranquilamente la cultura y las costumbres locales.La brisa de la noche era fresca y alivió la vergüenza que Estrella había sentido. ¡Nunca se había dado cuenta de que Claus era una persona tan seductora! Qué mundo más ridículo, la belleza se había convertido en un “peligro” ...Claus notó que Estrella estaba absorta en sus propios pensamientos, así que agarró su mano firmemente para protegerla y evitar que tropezara con las piedras del camino. Cuando Estrella se dio cuenta de su gesto, se sintió un poco conmovida.Era agradable sentirse protegida por otra persona. Desde la perspectiva de sus subordinados, ella era una persona capaz de cumplir con cualquier tarea difícil y, como jefa, asumía la responsabilidad de protegerlos. Sin embargo, ellos habían olvidado que todavía era una chica joven que acababa de pasar la mayoría de edad. A vec
Al principio, Claus se las arregló solo. Sin embargo, los atacantes estaban muy bien entrenados. Mientras peleaba con ellos, Claus también tenía que proteger a Estrella, por lo que poco a poco comenzó a agotarse y a sentirse cada vez más incapaz de manejar la situación.Al darse cuenta del peligro, había hecho en secreto una llamada de emergencia para pedir ayuda. Javier debería haber recibido la notificación, pero, ese día estaba asignado en la sucursal y necesitaría más tiempo para llegar donde ellos estaban. Sin otra opción, Claus tenía que esforzarse por resistir más tiempo. Los atacantes eran implacables. Desde el momento en que empezaron el ataque, no habían dicho nada, solo peleaban sin parar con Claus. Debían pertenecer a alguna organización que entrenaba asesinos. Para ser honestos, cuando Claus vio que todos ellos llevaban cuchillos, supo que la situación no era nada optimista.Pero lo que más le preocupaba no era él mismo, sino Estrella. Al pensar en esto, echó un vistazo a
En ese momento, Claus sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y su corazón dio un vuelco. Sin pensar en nada más, se precipitó a protegerla y la apartó, pero en el proceso, el cuchillo se hundió completamente en su brazo… La sangre corría por su piel.Cuando el atacante retiró su cuchillo, Claus no pudo evitar emitir un gruñido y se arrodilló en el suelo.Estrella estaba completamente estupefacta. En realidad, por su agilidad, podría haber evitado ese ataque, ya que había percibido el peligro cuando se acercaba. No esperaba que Claus hiciera algo así. Al ver la sangre corriendo desde su herida, le costó un momento reaccionar. Cuando volvió a la realidad, una gran ola de tristeza la inundó por completo. Sintió un nudo en la garganta y tenía los ojos llorosos. No entendió por qué… Normalmente, todos los seres humanos son egoístas, entonces, ¿por qué Claus se había sacrificado para salvarla?La voz de Estrella temblaba:—¡Claus! ¿Por qué lo has hecho? ¡Qué tonto eres!Se agachó y miró l