Abelardo, Jonathan, Fermín, y Caín, durante estas horas, experimentaron altibajos bastante considerables.

Lo hicieron para hacer quedar mal a Claus.

Para obligar a los miembros de la rama familiar del hijo mayor a someterse a ellos.

Pero después de tanto esfuerzo, descubrieron que las acciones del Grupo Burgos apenas tuvieron fluctuaciones algo significativas.

Se consultaron mutuamente sobre cómo lograr arruinar a Claus.

Al pensar en la total arrogancia de Claus, Jonathan se sintió aún más desequilibrado.

En la actualidad, Claus está en la cima y ya no los toma en cuenta.

Jonathan, con una mirada bastante sombría, dijo: —Padre, debemos encontrar una manera de hacer que Claus sufra; de lo contrario, la dignidad de la rama familiar del segundo hijo y la rama familiar del tercer hijo se verá afectada totalmente.

—¡Hablas con demasiada ligereza! ¿No has menospreciado siempre a Claus? ¿Cómo es que no puedes ahora vencerlo? — Abelardo estaba furioso en ese momento.

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