Después del periodo de exámenes, mientras regresaban a casa para cenar, Claus le preguntó a Estrella cómo le habían ido las pruebas y sus resultados.

Estrella respondió con confianza:

—Matemáticas perfecto; en inglés no escribí el último ensayo, así que no obtuve la máxima puntuación. El ensayo también...

Ella detalló las respuestas y las hojas en blanco que había dejado, calculando aproximadamente su puntaje. Javier, que estaba escuchando a un lado, pensó para sí mismo: “Realmente tienes mucha confianza en ti misma.” Desde que Estrella llegó al Palacio Imperial, él ni siquiera había visto cómo eran sus libros de texto. ¿Cómo podía obtener esos puntajes si pasaba todo el día jugando videojuegos en la sala de estar?

Javier decidió comentar algo de manera sutil:

—Sería mejor no tener demasiadas esperanzas en ti misma. La confianza es buena, pero no debe ser ciega.

Con esto, evitaría que ella se decepcionara más tarde. Estrella lo miró con desprecio. Alzó la barbilla con orgullo, dici