Barbra. Habían pasado algunos días desde aquel encuentro con Travis Masson en el restaurante. No le dije nada a Ricardo. Digamos que aún lo estoy procesando. Mi jefe me descubrió. Fue quien me folló mientras yo tenía la vista vendada, y ahora para pagar lo que hice con su carro, quiere que sea su bailarina exclusiva. Así es la cosa. Travis me dijo que nos veríamos en el lugar donde iré a “mover mi sexy trasero” para él. ¿A caso siempre es así de directo para decir las cosas? Yo no me lo creo aún. Pero si eso haré. Yo le pondré algunas reglas. —El domingo haré una cena en mi casa —dijo Naomi —. Quiero que asistan. Será por el ascenso de mi esposo. Nos encontramos disfrutando de nuestros almuerzo, antes de que la hora de irnos a trabajar nuevamente acabe. —Claro, allí estaremos —dijo Scarlett. —Yo… quizás no pueda —refiero mirando mi plato vacío. Los tres me observaron de inmediato. —Estaré algo ocupada. —¿Trabajarás de noche? —inquiere Scarlett quien sorbe otra vez de su piti
Barbra.Minutos después…. Edward llegó a la casa de Vivian en su lujosa limosina blanca. —Vivian, Vivian. Salid princesa, Vivian —dijo él a todo pulmón. Vivian de inmediato salió y se asomó por la ventana con una inmensa sonrisa. —¡¿Tenía que ser el último piso?! —¡Es el mejor! —exclamó Vivian. Con el ramo de rosas rojas. Edward subió y Vivian soltó su cabello meneándolo de un lado a otro con delicadeza y elegancia. Esperando que Edward llegara hasta ella. —¿Y dime que ocurrió, cuándo el subió a la torre y la rescató? —preguntó Edward. —Que ella le rescató a él —dijo Vivian. Y acercando sus rostros, se dieron un intenso beso apasionado. The end. —Me encanta esa pareja —digo para mí misma y vuelvo a meter un poco de helado. A las 20h termina la película y con pesadez después de comerme toda una parte de chocolate, me levanto del sofá para dejarla nuevamente en el refrigerador. He irme a mi habitación para iniciar mi ducha. Tengo una hora para estar lista así que comienzo a
Travis. Días antes. Veo como se acerca Mary mi secretaria. Sólo se escucha el sonar de sus tacones y el bamboleo de su ancha cintura al caminar y acercarse a mi escritorio. —Señor Masson. Aquí tiene los documentos sobre la asociación con el señor Cox —Mary extiende la carpeta hasta mi lugar. La tomo y la miro a sus ojos cafés. —Gracias, Mary. Mary con un asentimiento sonríe —De nada, señor. La sujeto y ella se va. Lo único que hago es abrir la carpeta del demonio esta, y leo los documentos con calma. Al terminar la cierro y ya entiendo todo el interés de Pamela en ir al restaurante con Cedric. Es que maldito sea el día en el que mi padre se la cogió. Es una desgraciada. Me levanto de mi cómodo sillón y me giro para mirar por la gigante pared de vidrio. Observo toda la pequeña ciudad frente a mi. La luna brilla más que nunca y mi padre aún no llega ya es lago tarde. Ahora Cedric va meter sus narices en todo lo que tenga que ver con la línea de restaurantes de Boston. Pero me
Barbra. Me tengo que incorporar nuevamente en el restaurante ya que falté un día. Ya quiero escuchar que estarán comentando y cuchicheando sobre el nuevo jefe. Estaciono a Miss pink, me quito el casco y después de guardarlo, agarro mi bolsito y me voy a mi lugar de trabajo. Al entrar me dirijo en dirección al la habitación donde están los lokers. Es imposible no ver a mis compañeros. Cómo de costumbre, parecen una granja de pollos. Todas las mañanas es así. Un alboroto antes de iniciar nuestra labor. Comienzan hablar sobre los chismes que ya comentaron por los grupos de WhatsApp o Messenger. Bueno, los comprendo, el chisme se siente mejor cuando lo hablas en persona. No los saludo, porque al parecer la ayudante nueva lava platos, que Rupert escoge para probar sus recetas secretas, no les agrada mucho. Y bueno tampoco es que ellos me interesen. Sólo vengo a trabajar no hacer amistad con gente equis. Me encamino justo al fondo en donde se encuentran Ricardo, Naomi y Scarlett. Está
Barbra. Muerdo mi labio mientras en silencio miro los pasteles de piña a través de la vitrina. Hay de diferentes tamaños y con diferentes decoraciones. Pero todos se ven tan apetecibles que se me hace agua la boca. Amo todas las frutas pero mi debilidad es la piña. Me encanta. —Quiero ese pequeño, el que tiene crema batida y la cereza encima —indico a Kaly la chica de cabello rojo que siempre me atiende. Kaly de inmediato se aproxima a mi lugar. —¿Este? —pregunta y desliza el vidrio de la vitrina desde su lugar, para después señalar con su dedo índice. Afirmo —Si. Kaly lo saca con sumo cuidado y yo lo miro ya deseosa por devorarlo. —¿Para llevar o comer aquí mismo? —pregunta observándome con sus chispeantes ojos verdes. —Para comer de inmediato —comento con una sonrisa dulce mientras sostengo mi casco. Kaly se gira y se va al otro lado del lugar. Así que espero unos minutos y después observo como se acerca con un pequeño plato blanco y sobre este mi rico pastel de piña. —Po
Nora. Una semana antes. Él hombre con anteojos, de traje oscuro y corbata azul marino se encuentra de pie terminando de explicar sobre el nuevo proyecto de la corporación M&H. Inc. Es el único diferente en la sala. Sus rasgos asiáticos se conocen desde lejos. —De esa forma la venta de los productos será más eficaz. Mejor que de costumbre diría yo —explica Kim, quien de pie desde su lugar nos mira con atención. Hay varios sentados en la larga mesa de vidrio, en dónde reposan las carpetas y las botellas de agua. Nada más que escuchando en silencio lo que está explicando Kim. —La verdad me parece bien —refiere Travis a mi lado, quien observa a Kim —. Creo que es uno de los mejores proyectos que has traído desde Corea —anuncia tranquilamente. —Digo lo mismo —me acomodo sobre la sillas cruzando mis piernas y dejo caer las palmas de mis manos sobre las carpetas en donde está plasmado el proyecto con lujos y detalles —. Te felicito —hago una afirmación con la cabeza y le regalo una so
Barbra.Al llegar al trabajo me encuentro a todos mis compañeros reunidos en la cocina. Sólo llegué unos minutos tarde, por el tráfico. Pero como siempre aquí estoy.Me detengo al lado de mis compañeros y veo a Betty de pie frente a todos.—Se harán algunos cambios —dice tranquilamente.Luce un vestido rojo que da a sus rodillas y usa unos tacones blancos. Su cabello va extendido y sus labios están pintados en un rojo pasión.—Algunos de los que están aquí se irán a otro restaurante —informa mirándonos.—¿Debido a qué se hará eso? —inquiere Ricardo.—Órdenes del señor Masson —aclara Betty mirándolo.Todos se quedaron en silencio.—Él señor Masson, quiere en el otro restaurante a su mismo equipo de trabajo y a este llegarán otros integrantes. —¿En ese otro restaurante está Jon? —esta vez quien habla soy yo.La mirada de Betty se posa en mi y su rostro se frunce.—Ya llegaste —dice y después mira su reloj —. Es algo tarde ¿No crees?Sólo 05 minuto tardes. Tampoco es una hora.—Bueno...
Barbra.Al salir de la oficina y cruzar la cocina me voy en dirección al estacionamiento y antes de subir a Miss Pink, le marco a Cedric. Que rabia me da, por su culpa ahora he tenido problemas en mi trabajo. La verdad es la primera vez que tengo un problema de este tipo. Siempre he sido muy correcta con mis cosas y también en mis trabajos. Llamada.—Desde hace aproximadamente un año no había recibido una llamada del amor de mi vida. La mujer culpable de mis insomnios. Completa dueña de mi corazón. Mi próxima esposa y madre de mis hijos.—¿En serio? Que poeta —suelto una risa sarcástica, pero a la misma vez hipócrita.—¿Cual es el motivo? —Pregunta.¡¿Cual más, Cedric Cox?! ¡Me acaban de despedir por tu culpa! —¡¿Qué?! ¿Travis te despidió?! Si ese malnacido hizo eso sin mi permiso me va escuchar —vocifera con enfado. Típico de Cedric. Siempre con su mal genio. Ni siquiera me dejo hablar.Y cuando abro mi boca para seguir con la disputa. Cuelga la llamada de inmediato.Alejo el teléf