UN GUÍA DE ENSUEÑO POR LONDONAutobuses de dos pisos, piba y rojas cabinas telefónicas, son algunos de los símbolos de la capital británica.Mila solo había estado una sola vez en su vida en Londres, así que estar allí, junto a su esposo era una total novedad.Neck sería su guía privado, y como tal actuaria hasta que al final del día retornaran a la cama de aquel ático que ya le habían avisado que existía.Esa casa vendría siendo el terrible departamento de solteros al que le teme toda mujer casada. Allí Neck de seguro había bajado más bragas, que ayudante de vestuario.Salieron de las oficinas del conglomerado, que por cierto estaba ubicado en una de las zonas de mayor urbanización, allí donde la ciudad se hace moderna.Enseguida tomaron un auto con chofer que los guió por las principales avenidas de la ciudad. Ella estaba fascinada, pues, aunque Londres no era como Atenas, a ella le parecía que aquello era un pedazo enorme de historia universal hecho calles.Recorrieron todos los si
UNA VISITA SORPRESAEn la mañana un toque a la puerta los despertó de improvisto. America no llegaría temprano. Nadie sabía que estaba en Londres, o si… toda la empresa, pero nadie se atrevería a aparecer en el apartamento del mismísimo Nickolau Kronos, y su carácter insufrible.Neck se sorprendió y alcanzó una bata, Mila se acurrucó aún más en la mullida cama. Estaba exhausta, pues Neck la había tenido despierta la mayor parte de la madrugada.Aun así, sin tener la más mínima idea, Neck camino hacia la puerta principal, ya que quien fuera que tocará lo hacía, con verdadera autoridad, como si fuera el dueño de aquel ático.Neck se estrujó los ojos con las manos, buscando desperezarse. ¿Por qué diablos el portero había dejado subir a alguien hasta la puerta del ático?Era increíble, se había ido a Mykonos unos cuantos meses, y ahora todo el sistema de seguridad del edificio fallaba. Haría despedir al portero… y ..Neck se quedó pensativo instantáneamente.¿Y si era una mujer?…Maldijo
UN MILLÓN DE SORPRESAS—¿Crees que estará bien?— preguntó Mila preocupada de ver a Vincent en ese estado.Se había rasurado la barba, y se había bañado, pero allí dormido en el asiento del jet privado, se veía tan cambiado que le costaba creer que era el mismo chistoso y payaso que había conocido meses atrás.—Estará bien— musito su esposo, pues conocía la fuerza interior de su mejor amigo.—Es que jamás creí que la boda de Ivette le pegaría tan fuerte— acotó ella, u hizo un gesto de creciente malestar.El avión había comenzado a descender sobre las Islas Cícladas y en unos minutos estarían en Mykonos.Él no perdió detalle del rostro de su esposa, y se sorprendió al encontrar que ella no hacía un gesto por ponerse de pie, o por vomitar.—¿Estas bien?— le preguntó a Neck preocupado, y sacando la funda de papel para pasárselo.—Estoy bien,— respondió Mila con una sonrisa,— solo estoy un poco mareada. ¡Sabes que volar no es lo mío!…— terminó bromeando ella, y Neck que ya se estaba cans
EMBARAZADOSMila tomó la prueba y la vio, el corazón le latía desbocado como si el resultado que esperaba era el más importante de su vida y en parte lo era; la vio con los ojos muy abiertos y acto seguido sin decir nada ni emitir un solo sonido de la paso a su esposo, que en vez de mirar el pequeño rectángulo de plástico, no perdía detalles explícitos en la cara de ella. Sus expresiones lo decían todo.Estaba pálida, blanca como un papel, y prácticamente temblaba. Bastante nerviosa como para ser solo un resultado negativo, así que si, tal y como había sospechado, Mila Kronos llevaba un heredero, o una heredera del imperio más grande de toda Grecia.Él observo las dos rayitas, sin estar claro si significaban positivó o no… pero no tenía que saberlo. La cara de Mila era bastante explícita, estaban embarazados, y él estaba demasiado feliz, solo que no sabía por qué ella no.—¡Mila!— llamó y ella aún no reaccionaba, era como si se hubiera frizzado. Estaba en shock , y era comprensible.
CONFIRMACIONESAl día siguiente Mila no perdió tiempo y tan pronto llegó al hospital fue directamente al laboratorio.Neck estaría allí también trabajando como voluntario durante todo el día, así que ella esperaba poder leer juntos los resultados de la prueba de embarazo.Una enfermera le tomó prolijamente la muestra de sangre, y en un santiamén salió para preocuparse de los asuntos que tenía pendiente en el hospital, que no eran pocos después de que estuvieran varios días afuera debido al viaje a Londres con Neck.A pesar de que se negó bastante de estar al frente del hospital, se daba cuenta que le gustaba el trabajo administrativo. Además que con su experiencia en el campo de la neurocirugía, podrían hacer allí, un quirófano con médicos especializados para atender traumatismos craneales de cuidado, y otras patologías del cerebro.Eso sin dudas marcaría la tendencia con los otros hospitales de las Islas, pues solo en Atenas había clínicas que trataban dichas patologías.Mila camino
UNA ESPERADA NOTICIANeck fue al parqueadero solo, por el coche. Afuera llovía a cántaros y por ningún motivo permitiría que su esposa se mojara. Así que corrió bajo el temporal, hasta localizar el coche, totalmente empapado entrar en el, y sentarse tras el volante. Puso en motor en marcha y enseguida se dispuso a acercarse al sitio donde ella lo esperaba.Mila espero algunos minutos cerca de la puerta de urgencias, abrazó su cuerpo, presa del frío propio del torrencial aguacero. No iba vestida para ese clima, pues en lugar de llegar el piyama quirúrgico y la bata de medicina, usaba un vestido marrón estilo ejecutivo. Allí en la seguridad del salón de urgencias estuvo hasta que Neck la recogió, y cómodamente se subió en el vehículo dispuesta a marcharse a la Villa.Una vez allí, enviaría por su padre y le daría a Priapos y a Ulises, y a todo el que quisiera escucharla, la feliz noticia de que estaba embarazada de su flamante marido esposo, y que traería al mundo al primogénito de la
A DIEZ PASOS DE TI Una vez que el abuelo se calmó un poco, Príapos llego, pues la lluvia había parado. A Príapos la noticia le pareció increíble, pues su yerno no era el fantoche que él lo había creído, al verlo llegar con su ropa cara, su auto deportivo de lujo.Para él no había sido sencillo aceptar que Mila rompiera un compromiso, prácticamente a la puerta del altar, para anunciar otro en unos pocos días.Gracias a Zeus las cosas habían salido mejor de lo que esperaba el viejo Príapos, ahora era el copropietario de un negocio millonario, cosa que no creyó ni en sus sueños, la red de farmacias avanzaba a toda máquina. También era parte de la familia más rica de las Islas, y lo más importante, su hija se veía verdaderamente feliz. Había sido sabio en no anticiparse, e intervenir en el momento del matrimonio. A fin de cuentas su experiencia le había enseñado, que todas las novias se ven igual de nerviosas, con independencia de que la boda sea por amor, por conveniencia, o por otros
LA CURIOSIDADAmaneció y Neck fue el primero en despertar. Tenía pendiente varios asuntos en Mykonos, antes de llegar trabajar como voluntario de la Cruz roja en el hospital. Hoy era su turno, así que no podía darse el gusto de llegar tarde.Mila remoloneo un poco, y por fin se puso de pie. Inmediatamente sintió que el piso desaparecía bajo sus piernas, y las náuseas la hicieron marearse.Estaba en uno de esos días de su embarazo, que creía que estaba enferma y no gestando un bebé.Neck la ayudó a llegar al baño, y le sostuvo el cabello como de costumbre. Ella no mejoró, a pesar de que se lavó el rostro, así que Neck la tomó en brazos y la regreso a la cama y la arropó.—Deberías quedarte en casa hoy— propuso él algo preocupado. — No pasará nada por qué no vayas al hospital hoy. ¿O tenías alguna cirugía?—No, no tenía pacientes urgentes— respondió ella sintiendo que el mundo se la tragaría en cualquier instantes.—Lamentó no poderme quedar contigo, Mila. Sabes que es mi turno y…—¡De