Lukyan sobaba sus manos sobre su regazo. Las tenía incómodamente húmedas, el único signo que denotaba su nerviosismo. Era temprano y en su habitación había un enorme bullicio de las personas caminando de un lado a otro.
-Futura reina, ya es hora- su hombro fue tocado por un lobo vestido simple y él lo siguió hacia el baño donde le hicieron entrar en una enorme tina de agua caliente.
Dos lobos más restregaron sus brazos con esponjas mientras otro lavaba su cabello de forma agradable. El aroma con que había sido perfumado el baño era ligeramente fuerte pero relajante y se impregnaba en su cuerpo.
Su piel fue secada minuciosamente y acostado en una camilla donde le dotaron de un masaje reparador que casi lo deja dormido. No supo cuánto tiempo fue hasta que sacudieron su hombro.
-Lukyan, es hora de que te alimentes- Bastian le sonrió.
El ritual antes de la
Lukyan miró frente al espejo, su imagen y podría decirse que se vio apuesto. Gracias a la buena alimentación de los últimos días había ganado el peso necesario para estar en un peso adecuado,La túnica que Lucian le había regalado le quedaba bastante bien. Una pieza larga de tela roja que se ajustaba al cuello cubriendo sus hombros y brazos Diversos patrones de hilos de plata se fundían con la rica y detallada textura de la tela haciendo que con cada movimiento pareciera que tuviera vida propia. Simplemente hermoso.Se giró para apreciar la leve cola que se arrastraba que terminaba en un completo tejido con diferentes patrones. Sonrió complacido con su aspecto. Le encantaba la vestimenta que no dejaba de ser masculina dado el fajín alrededor de su estrecha cintura, Lucian se había lucido. Solo se aseguraría de quitárselo cuando estuviera con Dante, no fuera a
Lukyan avanzó tomado de la mano de Dante, por la alfombra que terminaba a los pies de la pequeña tarima. A ambos lados los miembros de las dos manadas se fusionaban como una. Los rostros de los lobos del Consejo se alzaban alrededor de la tarima, mientras arriba esperaban dos personas que Lukyan no reconoció al primer momento, pues no recordaba haberlos visto antes, pero analizando a detalles había rasgos que le parecían familiares, como los ojos plateados del macho de la pareja y el cabello muy oscuro de la mujer menuda y hermosa a su lado.-¿Ellos son tus padres?-le preguntó en voz baja.Dante asintió con la cabeza y una sonrisa en sus labios orgulloso de a quien llevaba consigo. No podía negar que estaba extrañamente emocionado, pocas veces se sentía así. Sintió la mano de Lukyan apretar la suya y él le respondió el gesto dándole apoyo.El ome
Dante pareció oler la incomodidad de su pareja pues lo tomó de la mano y apretó los delgados dedos con delicadeza. A su lado apareció el padre de este, que con una sonrisa comenzó a retirarse la camisa. El resto de la manada lo copió para después convertirse todos en lobos.Lukyan se quedó fija en Kaiser por unos segundos. Al parecer la mayoría de sus atributos los había sacado de su madre pues mientras Dante era un lobo negro, el pelaje de su padre se extendía entre el cobrizo y el marrón. Eso sí, su estatura era por encima de la media con creces, incluso de Dante y los músculos caninos se detallaban por encima del manto peludo.-¿No nos vamos a trasformar también?- la voz del omega salió vacilante, a decir verdad y aunque sentía que su cuerpo estaba prácticamente recuperado no estaba seguro de aun convertirse, hacía mucho que no
Algo hizo clic en su interior despertando otra vez aquel sentimiento que hizo que sus mejillas se pusieran rojas, desapareciendo la timidez y dejando solo el deseo animal de devorarlo completo. Su naturaleza omega estaba diseñada para adecuarse a los diferentes machos y sentirse a gusto con ellos, excitándose a sí mismos.Corriéndose más al borde de la cama, tomó por la nuca a Dante y lo atrajo hacia él para tocar sus labios con los suyos. El lobo puso sus manos sobre los muslos para sostenerse mientras devoraba aquella cavidad que tanto deseaba. Su lengua logró escabullirse con ánimo, enrollándola con la del lobo menor haciéndolos gemir a ambos. Lo que más le preocupaba al alfa era que para esa altura, apenas unos toques y estaba realmente duro, no sabía si sería capaz de controlarse y menos después que el olor de él cambiara drásticamente a uno tan dulce qu
NOEl grito de Lukyan hizo a Dante separarse un poco de él con el corazón latiéndole exaltado. Apenas si lo había tocado y solo besaba su cuello y había colado su mano por debajo de su túnica hacia el muslo.-Lukyan, lo siento. No quería asustarte- se incorporó poniendo una distancia prudente.-¿Asustarme? ¿De qué hablas Dante?- él lo miró levemente jadeando y el alfa se quedó incrédulo -Es que no quiero que me rompas esta prenda, me gusta y ya te venías con intenciones-Dante alzo una ceja.-Podrías no hacer eso, pensé que te habías arrepentido de continuar--Bueno, no sería muy racional dejarlo cuando estamos a esta altura- hizo un movimiento con la cabeza como indicándoles su actual posición.-Me gusta que estés de acuerdo con mi forma de pensar- Dante sonrió y bes&o
Lukyan ahogó un grito en la almohada mientras su cuerpo se sacudía y explotaba en un orgasmo donde solo se pudo mantener en el lugar gracias a las manos de Dante enterradas en su cadera. Podía jurar que las uñas de este se incrustaban en su sensible piel. El semen salió de su miembro mucho más pequeño que el del alfa derramándose sobre la sábana debajo de él.Oyó a su esposo gruñir sobre él y supo que había llegado el momento. Corrió la cabeza a un lado dejando a la vista su nuca desprotegida. Al igual que sentía como el nudo se extendía de manera dolorosa y sofocante en su interior, un par de colmillos rompieron la piel de su cuello y las llamas recorrieron todo su cuerpo. Se quemaba por dentro y no podía hacer nada para detenerlo.Apretó sus dedos, sus ojos estaban cerrados con fuerza. Las sensaciones que la atravesaban eran abrumadoras
Decir que estaba molido era quedarse corto. Lukyan sentía que su cuerpo estaba más para allá que para acá. No era que le doliera algo. Cada músculo de su cuerpo estaba tan entumecido que el dolor apenas era perceptible. Aun así, había una molestia pulsante en su nuca que no lo dejaba descansar en calma.Pero molesto quizás no era la palabra adecuada. La sensación era... diferente. Además, el calor que acariciaba su piel era totalmente relajante ayudados de los masajes a cada uno de sus miembros.Abrió sus ojos lentamente, aunque con dificultad. Su alrededor no estaba en penumbras. La luz de las velas le daba vida a su alrededor y aunque era de día, las gruesas cortinas oscuras no dejaban que la claridad del exterior entrase por las pequeñas ventanas del baño.No se extrañó encontrarse dentro de una bañera con el agua humeante. Las grandes
Dante les dio una reverencia a sus padres mientras su nuevo esposo solo inclinaba la cabeza en respeto. Aralia se acercó a su hijo y después de darle una última inspección de arriba abajo afirmó con la cabeza y le dio un beso en el puente de la nariz.-Visítanos más a seguido o te juro que vengo yo a verte, tú hermano va al menos cada tres meses--O cada vez que se escapa- terminó de decir Dante y le devolvió el beso a su madre. Sabía que ella los extrañaba, solo que en los últimos tiempos y desde que ellos decidieron vivir una vida más libre, les era más complicado encontrarse.-Déjeme eso a mí- Lukyan pestañeó lentamente- Le pondré una rutina para irlos a visitar y de paso llevar a mis hijos, estuvieron hablándome toda la noche sobre ustedes y estarán agradecidos de poder visitarlos con regularidad--V