Capítulo 100 ¡Ven conmigo!Emma giró la cabeza, sorprendida al ver al multimillonario Javier Ortiz, muy cerca de ella y con una sonrisa irónica. Lo conocía por fotos y entrevistas que había buscado para saber más de Felipe Ortiz. En la búsqueda de información aparecía en las fotos de este hombre relacionado con él.Ambos hermanos tenían un físico increíble, pero este hombre tenía un físico impresionante y un aire de chico malo, al verlo de cerca estuvo a punto de salírsele el corazón del pecho. Él le hacía surgir, su lado femenino de una manera inimaginable.Aunque si era sincera, este hombre se veía más peligroso que Felipe, parecía un mafioso. No obstante, optó por devolverle la sonrisa a pesar de que estaba nerviosa…«Tranquilízate, nuestra tu belleza».Respiró hondo antes de responder de un modo coqueto, casi insinuante, mientras se colocaba una mano en el cuello del uniforme, llamando la atención sobre el inicio de sus senos, visible a través del mismo.—No es así, Señor. Solo e
Capítulo 101 Un secreto a punto de ser reveladoJavier se puso de pie. Al ver que Felipe, después de decir estas palabras, la agarró del brazo, tratando de llevársela con él.— ¿Qué sucede, Felipe? ¿No ves que ella está conmigo? —preguntó Javier, frunciendo el ceño.— ¿Qué pasa, Felipe? —le replicaba Daniela, fulminándolo con la mirada.— ¿Lo has estado viendo a mis espaldas? No te advertí sobre este sujeto.—Por si no lo recuerdas, es tu hermano, y hermano de los niños.—A él no le importan los niños para nada. Solo quiere seguir con su tonta competencia conmigo sin importar a quién daña en el proceso. Sabe lo que siento por ti y está tratando de hacerme daño a través de sus mentiras. Ya te lo expliqué.— ¿Por qué te sientes tan importante, Felipe? ¿Quieres hacer entender que yo no tengo una vida? Incluso crees que mi vida está centrada en ti.La discusión había llamado la atención de las personas que estaban allí presentes.— ¡Dios mío! —murmuró Daniela—. De nuevo estoy en medio de e
Capítulo 102 ¿Puedes entenderme?Felipe había vivido treinta y cinco años, estaba casi cerca de los 36 años y hasta hace poco era un hombre decidido, firme. Sin embargo, en este momento, se sentía nervioso.Pensó que el tiempo que trascurrió para la llegada del ascensor a la planta baja le daría una idea de cómo comenzar a explicarse.¿Le diría que nunca tuvo intención de ocultarle la verdad?No, eso no era cierto; después de conocerla, esa fue siempre tuvo su intención.Tal vez podría decirle que nunca quiso que los niños vivieran en la miseria o que ella tuviera que trabajar de sirvienta en su casa mientras él omitía la información de que los niños eran herederos de su padre.No. Tampoco podía decir eso. eso se le ocurrió casi inmediatamente después de conocerla.—Daniela, escucha… —comenzó a decir, pero ella ya estaba frente a la puerta del ascensor…Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver el rostro de Daniela encendido de rabia, ella presionó el botón varias veces para llamar
Capítulo 103 ¿Volvió a convencerte?Daniela apretó los puños y parpadeó para contener las lágrimas. Se concentró en su respiración para disminuir el dolor que sentía en el pecho, y retiro de la cara un mechón de cabello inexistente.—He tratado de entenderte, pero se me hace muy difícil —dijo con un suspiro—. Eres un hombre muy complejo, y llevas a cuestas muchas cargas y responsabilidades.Él bajó la mirada, como si esas palabras le pesaran.—Tú… estás acostumbrado a cuidar y defender a Eugenia; es casi una adicción para ti —respondió, con un tono de resignación. —A veces, la presión de proteger a otros puede dificultar la conexión entre dos personas. Por esa razón, es que veo que cualquier relación entre nosotros es más que imposible—No es cierto —replicó, levantando la vista—. El amor puede hacer posible lo imposible.Daniela movió la cabeza asintiendo.—Es una idea poderosa —asentí—, pero también debemos considerar la realidad. Estar juntos es un desafío. No solo por la diferencia
Capítulo 104 Un hombre que no se permitía tener emocionesDaniela, ante las palabras que escucho, se puso rígida. Las palabras de Javier fueron expresadas en un tono muy brusco. Lo único que le faltaba a él fue gruñir y golpearse el pecho a continuación.—Javier no puedo hablar en este momento. Estoy bastante ocupada. No te preocupes, todo está muy bien.— ¡Espera! No creas en nada de lo que dice. Él es muy astuto, te puede engañar fácilmente.— ¡Debo trabajar! Vete tranquilo y no te preocupes por mí!—Te recogeré a la salida—No es necesario. Felipe vendrá a buscarme. Vete tranquilo.«Vete ahora. Solo hazlo»Corto la llamada y continúo con sus asuntos sin prestarle mayor atención. Los hermanos Ortiz terminarían por volverla loca o al menos harían que la despidieran.A la hora de salida, contemplo desde la puerta principal el cielo, este estaba gris y brumoso. Busco a Felipe con la mirada. Lo observo recostado en su vehículo de lujo. En cuanto él la vio camino hacia ella.Su cuerpo
Capítulo 105 Verdades amargas — ¡Ni muerta o loca te apoyaré en esa estupidez! —gritó Eugenia, su voz temblando de indignación—. Dejando de lado el hecho de que esa mujer es la hija de la amante de tu padre. Es una pueblerina, sin educación, sin prestigio, sin estatus. Una mujer que no vale nada. ¿Te imaginas el escándalo en el que nos veremos envueltos? Todos hablarán de la tenebrosa historia de los hijos de tu padre. Dirán cómo el hijo ahora anda con la hija de la amante. Eso me salpicará; seguiré siendo humillada por todos. ¡Será mejor morirme!Eugenia se pasó las manos por el rostro, sintiendo que la rabia y la tristeza se entrelazaban en su pecho. La angustia le nublaba la mente.—Te he formado para que seas el hombre que eres. Eres admirado por todos los que te conocen. Todos te envidian. Eres inteligente, adinerado. ¿Cómo podría aceptar que la hija de una amante se presentara al lado de mi hijo en sociedad? ¡Qué vergüenza! Dios mío, es que mi humillación no tendrá fin algún día
Capítulo 106 Devuelve esas accionesPasaron dos días y Eugenia seguía encerrada en su habitación con la única compañía de Georgina. Felipe, lleno de remordimientos, no pudo irse de nuevo dejándola en ese estado. Por momentos llamaba a Daniela y hablaba con los niños, sintiendo que la conexión con ellos era lo único que le traía algo de paz. Sin embargo, no tuvo más remedio que decirle a Daniela lo sucedido con su madre, compartiendo su angustia.—Te repito, Felipe, busca la manera de devolver esas acciones. No las necesitamos, no quiero ese desafío sobre mis niños—le seguía diciendo Daniela.—Fue una decisión de papá. No sé si lo sabes, pero en vida, papá no le heredó nada a Javier. Eso fue lo que más me asombró de que les dejara ese capital a los niños.—Eso es porque consideró que él era lo suficientemente capaz de hacer su propia fortuna. Los niños aún están pequeños y él se hacía muy viejo.—Es posible que tengas razón… pero por ahora quiero que conserven las acciones.—No me gust
Capítulo 107 ¡Sabes quién soy!Felipe se volvió hacia Gianina, sintiéndose asqueado.—Gianina, deberíamos hablar a solas. Creo que aquí hay una gran equivocación —dijo Felipe, su voz tensa.Eugenia sonrió llena de confianza.—Los dejaré a solas. Me iré a desayunar en mi habitación. Hablen, hablen todo lo que quieran. Eso será extraordinario. ¡Se acerca una nueva fase de nuestras vidas! ¡Ya verán que bonito es!— ¡Déjanos a solas, mamá! —Felipe exclamó, frustrado. — ¡Pero no te hagas ilusiones! No soy un niño de pecho. Soy un hombre con la edad suficiente para tomar mis propias decisiones, así que ve sacándote eso de la cabeza.—Habla con Gianina hijo. —Eugenia insistió, su tono ahora más suave. — Sé que sus argumentos te convencerán. Ya verás. Confía en mí.Felipe tomó un respiro profundo, buscando las palabras adecuadas. Gianina lo miraba expectante, pero él sabía que debía ser lo bastante honesto para evitar conflictos. Conocía de sobra a esta mujer y sus métodos comerciales.—Giani