Ajá! Ahora sí se prendió esto
Roshwell La arena entre mis pies se siente algo fría por el invierno, la brisa es fuerte, pero a mi pequeña parece no importarle. Corre hacia la orilla de la playa con una sonrisa enorme. Su larga cabellera rubia se balancea y sonrío al ver que si parece a Rapunzel. Aun le gusta que la llame princesa rapunzel, sigue teniendo la inocencia de cualquier pequeña, y me gusta ver todas las películas de las princesas de Disney con ella. —Papi, mira un cangrejo— señala al pequeño animal que camina a esconderse en la arena —Se parece al de Ariel— me tenso cuando se a que se refiere —La sirena que vi hace tiempo y ya no volví a ver. —Si, es bonito. ¿Nos vamos a comer?— pregunto para cambiar de tema. Siempre es lo mismo, desde aquella vez, Charlotte no ha olvidado a Lily. Siempre la nombra y pregunta cuando la volverá a ver. —Si papi. La tomo de la mano y nos vamos al auto, donde le coloco sus sandalias azules que combinan con su vestido playero. Una vez por semana venimos a este lugar, porq
Lily Los nervios pueden hacer que cometas burradas, quizás hasta que no piensas bien, por ejemplo como ahora que estoy debajo del escritorio de Steve mientras veo los pies de Brad que no ha parado de perseguirme, no quiero encontrarme con el a solas, me sigue afectando. Gateo cuando se que se fue, para salir del escritorio, pero la puerta se abre de golpe mostrando a un Brad con la sonrisa sarcástica de siempre. Se cruza de brazos y cierra la puerta dejándonos a solas —No soy estúpido ¿Sabes?— me levanto sacudiéndome la ropa y tragando grueso al verme atrapada —Sabia que estabas aquí, solo quería saber que tan valiente eras para darme la cara, pero veo que sigues siendo la misma cobarde de siempre —No sé de que hablas— camino hasta la puerta donde él está apoyado intentando huir —Estaba buscando un pendiente que se cayó— suelta una risa que nunca había escuchado de él y me escanea las orejas —No usas bomboncito— me estremezco cuando usa ese apodo que desde hace mucho no oía. Me ag
Lily El amanecer me agarra con resfriado. Parezco el reno de Santa, el de la nariz roja, carajos. Los estornudos son fuertes, estoy temblando por la fiebre y siento que mi cuerpo no puede ni levantarse. Le escribí hace cinco minutos a Steve para avisarle que no podría ir, el comprendió porque sabia que ayer me Mojé. Se escuchan las gotas de lluvia sonar, y solo quiero dormir. Cierro los ojos y no se cuanto tiempo pasa, pero la puerta de la pequeña habitación suena, intento con todas las fuerzas levantarme, y no me preocupo porque lleve mi bata de seda, no tengo ánimos ni de cambiarme, cuando paso por el frente del espejo me doy cuenta que no llevo peluca, así que me toca regresarme para buscarla, no puedo exponerme. Tocan de nuevo y cuando abro hay un chico con unas bolsas en las manos —Buenos días señorita— hace una mueca al verme —Esto lo mandó el señor Roberts— me la extiende y no dudo en tomarla, la abro y hay aspirinas, una tasa con sopa y medicamentos para la gripa. —Gracias
LilyEl olor a salsa Boloñesa llega hasta mi nariz y aspiro lo delicioso que se siente. El hombre que cocina para mi se ve también delicioso y provoca comerlo, pero no puedo volver a cometer los errores del pasado, no quiero volver a ser lastimada. Brad no ha cambiado, y no quiero que jueguen con mis sentimientos.—Listo— viene Brad con un plato humeante de pasta que sé, me comeré gustosa y otro para él, se sienta frente a mi en la cama y me extiende el mio —No tenias frutas, sino lo hubiera acompañado de jugo.—No he podido ir al súper, así que…—Esta bien, cuéntame.Ni siquiera sé por que tiene tantas ganas de saber, se supone que yo ni siquiera le importaba, antes de desaparecer de todos, el se dedicó a buscar otras mujeres, me las restregó en el rostro, y siempre me recordaba que no tenia compromisos con nadie.—Todo lo de la boda fue idea de mi padre, y aunque yo no quería, el me decía que de alguna manera, me obligaría, mi hermano descubrió unos días antes de la boda, que mi pad
LilyPaso a mi oficina y la puerta es tocada, estoy muy segura de que es Steve, no abro porque se que no es algo laboral, se que esto me puede traer consecuencias. Y una de ellas es ser echada de la empresa.Me siento en mi silla y masajeo mi cabeza para aliviarla del dolor que tengo por la congestión. Tomo la agenda de hoy y anoto lo pendiente para mañana y la tarde de hoy y así hacérselo saber a mi jefe, que desde ahora lo mantendré lejos de forma personal, si se sigue portando como un cavernícola.Al pasar una hora y que nadie me ha venido a molestar, abro y me dirijo a la oficina de Steve, que lo veo con el ceño fruncido revisando unos papeles. Toco la puerta que está abierta y al levantar la vista, relaja su expresión—Pasa, preciosa— hago lo que dice y me siento frente a él—Para hoy tiene una reunión con los árabes y mañana un almuerzo para finiquitar lo que falta…— veo que levanta la mano para que no siga y cuando me detengo, se levanta y viene hacia mi, se arrodilla entre mis
Lily Nunca me han gustado las peleas, ni siquiera cuando estaba en primaria y me quitaban mi color favorito, creo que era y soy una de las personas mas pacificas en ese sentido. Discusiones si he tenido, pero creo que llegar a los golpes es algo exagerado. Veo como la cara de Steve está que echa fuego y en la de Brad está esa jodida sonrisa que me pone a mirarlo como tonta a pesar de que no es de las mejores que me ha dado. —¿Que sucede ahora? —Liliana, quiero que recojas tus cosas y te largues de tu puesto— abro la boca de indignación por lo que dice este hombre y por como me trata, ¿No se supone que es un caballero? ¿Que me quería? Ya se que no es así, el muy idiota. —¡No le hables así!— Brad se acerca a mi y me da la mano para ayudarme a levantar, me sorprende que coloque su brazo sobre mis hombros y me atraiga a su cuerpo, estoy tan shockeada que no reacciono enseguida —No sabia que te gustaba verle la cara a las personas— continúa desproticando hacia mi —Pensé que eras difer
Lily Rabia es poco para lo que siento, ganas de matarlos es lo que tengo, pero me van a oír, ellos no pueden simplemente tomar mis cosas y llevárselas. Y a todas estas, ¿Como carajos entraron en mi pequeña habitación? Vuelvo a leer el papel que me dieron con la dirección mientras camino hasta la parada del bus, queda a unos 15 minutos de acá. En el camino, lo que pienso son las distintas formas de golpearlos, ni crean que harán lo que quieren. Apenas llego, noto que es uno de los hoteles mas lujosos de Seattle, El Emiralt. De unos 20 pisos, gris moderno con piedras pequeñas y vidrios polarizados. El vigilante de la puerta apenas me ve, me pregunta que necesito —Mire señor…— miro su gafete para saber el apellido y el se incomoda un poco —Fisher, vengo buscando a los hermanos… Dominick Roshwell y Brad Harper, ¿Seria tan amable de comunicármelos?— el hombre me mira de arriba abajo y eleva una ceja, debe creer que soy una pobretona que solo quiere pedir. —Creo que será mejor que se ma
LilyDespués de recuperarme, me lavo la cara, y salgo del baño para dar un recorrido y averiguar donde están mis cosas. Allá quedó mi cama, solo debo saber donde esta mi ropa, comida y nevera. Casi nada pues (Nótese el sarcasmo)Echo un vistazo alrededor porque cuando llegué no pude por la rabia, el lugar es grande, tiene una pequeña cocina con un bar de madera y sus sillas. Una pequeña sala con dos muebles; uno taño individual color blanco y otro mas grande como para dos personas. A unos metros hay dos camas matrimoniales perfectamente arregladas, con sabanas blancas, las divide una mesa de noche con una lampara azul.Me acerco a ellas y una huele a Rosh y la otra a Brad. Me acuesto en la de este último que me causa paz por ahora, esperemos que no meta el pie, porque allí si me largaré así sea a California.Dos horas después la puerta se abre y cuando pienso que es Dominick y su novia, es Brad que cuando me ve, esboza una sonrisa.—Vaya, pero que sorpresa, al final si viniste— lo ful