Liam entierra sus uñas en mi espalda y libera un doloroso llanto igual al de un niño pequeño que necesita el cálido abrazo de su madre.
—¡Otra vez seré un maldito problema!
Sintiendo calientes gotas caer sobre mi piel, cierro los ojos unos minutos intentando contener mis propias emociones. Él me necesita, no debo ponerme intranquilo o frustrado por estar viendo lo que le pasa y no poder hacer nada al respecto. Así debe pasar. El principito saldrá de esto, puede hacerlo, solo necesita atención, cariño y tranquilidad.
Lo obligo a levantar la vista aun si me lastima más ver sus ojos brillantes por las lágrimas acumuladas; esos lindos ojos color laurel que ahora están rojos y heridos, reflejo de todo lo que está sintiendo y no puede lograr controlar.
—Estoy contigo. Quiero ayudarte en todo lo que necesites.
—Te quiero —m
Dejo de prestar atención a todos a mi alrededor porque Agnes me sirve un delicioso estofado de cordero y mi panza ruge como si no hubiera comido en décadas.—¡Mason!, si vas a comer en esta mesa, no apoyes los codos, no te ciernas sobre el plato como si fueras un muerto de hambre. Siéntate derecho y pon la servilleta que está a tu derecha en tu regazo. —Emerson tiene la voz de un comandante—. No me importa qué tan corto sea el tiempo que permanezcas aquí, ¡aprenderás modales!—Sí, señor Hundson.No tengo otra opción que seguir sus reglas, además de que nunca me quejaría de la autoridad. He pasado años sin tenerla y me resulta un tanto tranquilizadora cuando cae sobre mí.—Mason, ¿cómo te va en la escuela? —pregunta Darlene, más calmada que antes—. ¿Tocas algún instrumento
Liam escucha con atención lo que les dije a sus abuelos en el almuerzo. A veces hace caras o frunce el ceño. La parte final es la que le saca una sonrisa, aunque no dura mucho porque aclaro que no sucederá nada entre nosotros.—O sea que seremos una pareja de ancianos que ya pasó a mejor vida. Una que no incluye portarse mal en las noches.—Sabes que lo mismo sucedía cuando me quedaba a dormir en tu casa —insisto—. Te lo dije antes, príncipe, no quiero tener problemas con tu familia y mucho menos que piensen que no respeto su casa.—Bueno, no creo que tenga muchas ganas de eso si toda la noche me molestan las pesadillas. —Mi novio suspira, echándose sobre ventana apenas cubierta por la cortina—. Supongo que debería estar feliz de tener un novio que se esfuerza tanto, pero a la vez es un poco frustrante.—Mientras entiendas que lo hago por respeto y no p
Liam no hizo cosas que enorgullecerían a su familia, eso está claro, pero que su condena sea el rechazo de todos los que decían quererlo no me parece justo ni mucho menos una solución.—Supongo que te dijeron: si te enfocaras en cosas como la música, estudiar hasta quedarte sin pestañas, tener las mejores calificaciones, practicar algún deporte elitista y ser amigo de los hijos de la realeza; serías el nieto perfecto.—Algo así. Para esta generación, la represión es la mejor educación —dice, sonriendo débilmente—. Mis abuelos me condenaron porque desperdicié mi oportunidad de estudiar en una buena institución y por haber hecho una vida de adulto sin serlo. No hice cosas bonitas, pero tampoco es como si hubiera matado a alguien. Ya sabes, aún existen familias conservadoras en extremo que piensan que es el fin de su existencia tener un h
Liam vuelve a pellizcar las cuerdas del violín y desliza furiosamente el arco, emitiendo un sonido áspero, fuerte y excitante que termina convirtiéndose más tarde en una alegre danza que podría asociar con hadas saltando sobre flores o el viento jugando con ellas.Me sorprendo yo mismo siguiendo sus dedos moverse contra las cuerdas superiores y la energía que vuelca para tocar ese no tan simple instrumento.Los minutos pasan, el rasguido de las cuerdas se hace más intenso y luego decae hasta elevarse de nuevo. El principito se desplaza un poco por la habitación. Su expresión se torna seria, firme, hasta frunce el ceño en algunas partes que quizás él sabe no le salieron bien. La increíble melodía finaliza con un suave desliz que muy de a poco va apagando el sonido.—¡No puede ser! —exclama, provocando que salte en el lugar—. Había olvid
Habría dado mucho por tener personas que, a pesar de mis errores, el cómo soy o qué es lo que hago, continuaran apoyándome de manera incondicional. Incluso si ellos no se llevan bien, hay desilusiones, heridas que quizás tarden más en cicatrizar; no pueden dejar de lado el amor que en algún momento los unió. Eso tal vez es el reflejo del verdadero amor.Liam se aferra a la ropa de su abuelo y esconde su rostro en ella.—Está bien pequeño querubín. —Emerson descansa la barbilla en la cima de la cabeza de su nieto—. Estás a salvo aquí y vamos a cuidarte tanto como lo necesites.—Sé que puedes con esto, querido. Siempre supiste superar los obstáculos en tu camino. —Su abuela suspira, negando con la cabeza —. No hay mucho que podamos hacer. Es tarde, y estoy segura de que el té de valeriana hará su efecto muy pron
Si al principio dudaba sobre aceptar lo que me ofrecía Darlene, ahora lo quiero todo. Al menos el primer contenedor tiene un sueño de chaquetas y jeans de diferentes estilos. Cuando acabo de decidir con qué ropa me quedaré, Darlene me pide que me coloque las chaquetas mientras ella marca con alfileres las partes que debe ajustar. Mientras ella hace lo suyo me pregunta algunas cosas que voy respondiendo a medida que pienso en ello. Así es al principio hasta que me siento lo bastante cómodo como para no analizar demasiado.Preguntas relacionadas a mi familia no son un problema porque simplemente puedo decir que vivo con el amigo de mi madre, que ella murió hace mucho tiempo, y que en realidad nunca tuve un padre. Contándolo de esa forma me siento bastante bien debido a que al fin puedo ordenar mi pasado.Como era de esperarse, la abuela de mi novio logró averiguar cada detalle que tal vez venía pregunt
Pasó un tiempo desde que llegamos a Aspen y cada día ha sido tan agitado como el anterior. Liam todavía sufre por las pesadillas, hasta tiene insomnio, lo que también ha destrozado su carácter. Se ha vuelto difícil de tratar, sobre todo cuando discute con sus abuelos y parece querer arrojar cosas por una ventana.Darlene y Emerson le han llenado la agenda de tareas, estudio e incluso horas extra de clases de música —esta última parte la odia con su alma— para de alguna manera canalizar todo ese revoltijo de emociones que constantemente están brotando a la superficie.Yo tengo toda la intención de soportarlo tanto como sea posible, pero es agotador. No voy a decir que no hay días en los que quisiera tomar mi maleta y volver a mi casa, pero lo resuelvo buscando tiempo para mí o dejo que los dueños de casa lidien con su nieto. Esos son los momentos en los que salgo al ja
Leonore no parece darse cuenta de la actitud distante de mi novio. Ella lo saluda con un beso en la mejilla. Cuando gira su cabeza a un lado repara en mi presencia.—¿Y tú eres?La sonrisa del principito al ver la confusión en el rostro de la amiga de su abuela de repente parece la del gato de Alicia en el país de las maravillas.—Él es Mason, mi novio.Leonore se queda un momento mirándonos, después pestañea y sigue observándonos sin reacción aparente. El principito contiene la risa tanto como puede, pero no lo logra. Es demasiado evidente que quiere carcajearse por los ruidos que hace. Le doy un pellizco por tratar de romper la psiquis de una pobre ancianita.—Es un gusto conocerla, señora Towsend —digo, aunque sea para suavizar las cosas.—Sí… Eres un lindo chico—. Leonore apenas reacomoda sus palabras.