Cuando llegamos al hospital, lanzo un candado hacia Irina para que asegure la bicicleta mientras yo busco a los padres de Liam. Ella protesta, pero no tengo tiempo para discutir. En la recepción, Aria está esperando en las sillas en frente del escritorio de la recepcionista.
—¡Mason! —La mamá de Liam llega corriendo hasta mí y me abraza tan fuerte como puede—. Me alegro de que estés aquí. Katya me dijo que te esperara.
—Lamento no haberme dado cuenta antes.
—No pasa nada, ven conmigo.
Caminando a grandes zancadas por los pasillos detrás de Aria, mando un mensaje a Irina para decirle dónde puede encontrarme una vez que acabe de asegurar nuestras cosas. Llegamos el segundo piso, andamos por un pasillo solitario y doblamos a la derecha donde veo al señor Hundson hablando con una enfermera. Cuando nos acercamos, la enfermera sonríe a Aria y se retira haci
Los padres del principito toman asiento frente a ella y yo a su lado. Aria alcanza la bandeja de comida ligera para su esposo, pero ella solo toma un té en un pequeño vaso descartable.—Grayson podría haberse llevado a nuestro hijo sin que lo hubiéramos notado —dice Aria, colocando una mano en su pecho—. No tienes idea de lo aliviados que nos sentimos cuando alejaste a Liam de Shepard. Pudimos más o menos controlar la situación, seguros de que nuestro pequeño estaba en buenas manos.Connor toma la mano de su esposa, asintiendo hacia mí.—Al frustrar de ese modo el accionar de Shepard, es lógico pensar que también estarás en sus planes; por eso te pido que consideres la posibilidad de irte con nuestro hijo. —El señor Hundson sonríe—. No solo porque confiamos en que lo cuidarás, también porque, de algún modo, te metimo
De pronto entran a la habitación Connor y Aria entra de repente en la habitación. Irina se despide de nosotros, de los Hundson y se va tan rápido que imagino huele algo en el ambiente que desconozco. Los padres de Liam le preguntan cómo se encuentra, si tiene frío, si se siente mejor, cosas típicas que todo padre le preguntaría a su hijo a pesar de que lo ha visto hace menos de cinco minutos. Posterior a todo eso es cuando parece aproximarse la conversación seria debido a la postura que adopta el señor Hundson y al repentino cambio de humor en sus expresiones. —Liam, este fin de semana irás a Aspen hasta que resuelva las cosas por aquí. No hay posibilidad de negociación, es por tu seguridad. —El señor Hundson suspira, sosteniendo el puente de su nariz. El cansancio seguro está tomando lugar en su cuerpo. En comparación, Liam permanece en si
Margot expresa muchas veces su preocupación por saber que más o menos volví a estar involucrado en asuntos mafiosos. La tranquilizo diciéndole que de algún modo lo resolví por mi cuenta y le pregunto si acaso ella conoce a los Shepard. Tal vez haya una forma de también ayudar al señor Hundson.—Se habla mucho de él por aquí. —Margot bosteza sin disimulo—. Perdón por eso, fueron días agitados.—Lo resumo a una sola cosa importante: con Liam tenemos que salir de la ciudad porque estamos en peligro. Liam por ser el hijo del cuñado de Shepard y yo por haber frustrado sus planes, pero tampoco me gustaría pensar que la familia de él quedará vulnerable.—Ya veo, ¿necesitas ayuda con algo?—Brody y tú tendrán que hablar con los Hundson, si decido irme, para arreglar algunos asuntos y…<
Nunca he tenido algo serio, mucho menos quise involucrarme tanto con alguien hasta el punto de descubrir que tengo más inseguridades que certezas sobre mí mismo.Nadie me ha hecho descubrir sensaciones tan intensas y bonitas como las que me provoca Liam por eso suelo detenerme para pensar qué es lo que me está pasando porque por momentos llega a ser abrumador. A pesar de todo, siempre es la misma respuesta a todas las preguntas: él me gusta, me hace sentir bien, quiero explorar este sentimiento un poco más.—¿Qué? —Liam sacude nuestras manos unidas—. Te quedaste pensando.Humedezco mis labios que parecen fijados con pegamento.—Pensaba que… pensaba que ya es tiempo de que tome una decisión. —Hago una pausa que se siente eterna y Liam parece igual de expectante que yo—. Me gustaría ser tu novio —confieso, atrapando su mirada ju
—¡Liam, no voy a permitir que te comportes de manera caprichosa y arrogante! —Darlene aparece tan imponente y fría como una tormenta de nieve—. La próxima vez que me evadas de ese modo te costará un castigo. No creas que tu padre no me dio autoridad para hacerlo.El principito continúa quitándose las capas de ropa abrigada.—¡Mírame cuando te hablo!—Sí, abuela, lo siento —susurra, apretando los dientes al final.—Como siempre, tengo que ser la villana de la película. Quiero que esto quede claro desde un primer momento —Darlene nos mira a ambos—: no son vacaciones, esto no es un hotel que va a satisfacer sus deseos, y ambos tendrán que estudiar arduamente. Me he encargado de contratar a los mejores tutores que conozco así que espero se esfuercen; sobre todo, tú, Liam. No entiendo cómo es que tus padres te pe
Liam entierra sus uñas en mi espalda y libera un doloroso llanto igual al de un niño pequeño que necesita el cálido abrazo de su madre.—¡Otra vez seré un maldito problema!Sintiendo calientes gotas caer sobre mi piel, cierro los ojos unos minutos intentando contener mis propias emociones. Él me necesita, no debo ponerme intranquilo o frustrado por estar viendo lo que le pasa y no poder hacer nada al respecto. Así debe pasar. El principito saldrá de esto, puede hacerlo, solo necesita atención, cariño y tranquilidad.Lo obligo a levantar la vista aun si me lastima más ver sus ojos brillantes por las lágrimas acumuladas; esos lindos ojos color laurel que ahora están rojos y heridos, reflejo de todo lo que está sintiendo y no puede lograr controlar.—Estoy contigo. Quiero ayudarte en todo lo que necesites.—Te quiero —m
Dejo de prestar atención a todos a mi alrededor porque Agnes me sirve un delicioso estofado de cordero y mi panza ruge como si no hubiera comido en décadas.—¡Mason!, si vas a comer en esta mesa, no apoyes los codos, no te ciernas sobre el plato como si fueras un muerto de hambre. Siéntate derecho y pon la servilleta que está a tu derecha en tu regazo. —Emerson tiene la voz de un comandante—. No me importa qué tan corto sea el tiempo que permanezcas aquí, ¡aprenderás modales!—Sí, señor Hundson.No tengo otra opción que seguir sus reglas, además de que nunca me quejaría de la autoridad. He pasado años sin tenerla y me resulta un tanto tranquilizadora cuando cae sobre mí.—Mason, ¿cómo te va en la escuela? —pregunta Darlene, más calmada que antes—. ¿Tocas algún instrumento
Liam escucha con atención lo que les dije a sus abuelos en el almuerzo. A veces hace caras o frunce el ceño. La parte final es la que le saca una sonrisa, aunque no dura mucho porque aclaro que no sucederá nada entre nosotros.—O sea que seremos una pareja de ancianos que ya pasó a mejor vida. Una que no incluye portarse mal en las noches.—Sabes que lo mismo sucedía cuando me quedaba a dormir en tu casa —insisto—. Te lo dije antes, príncipe, no quiero tener problemas con tu familia y mucho menos que piensen que no respeto su casa.—Bueno, no creo que tenga muchas ganas de eso si toda la noche me molestan las pesadillas. —Mi novio suspira, echándose sobre ventana apenas cubierta por la cortina—. Supongo que debería estar feliz de tener un novio que se esfuerza tanto, pero a la vez es un poco frustrante.—Mientras entiendas que lo hago por respeto y no p