Es viernes en la tarde, la lluvia no cesa y comienza a sentirse el frío húmedo e inestable del otoño. Las calles están desiertas, es obvio que todos prefieren meterse en sus casas antes que caminar bajo la lluvia que oscurece la ropa a pesar del paraguas. Lamentablemente yo tenía que asistir a mi última sesión de terapia de la semana, por eso no pude enroscarme en mi cama para dormir una buena y merecida siesta hasta que el hambre sea el despertador que me obligue a abandonar mi cálido nido.
Por lo menos esta vez mi cerebro no recibió una sacudida como otras veces, solo tuve que pensar más de una vez cómo explicar la manera en la que decidí tomar la aparición de alguien ligado a Callie, que hasta ahora me cuesta llamarle madre.
Un tirón de mi brazo me hace voltear hacia un lado. El principito juega con las hojas amarillentas de un pequeño árbol. Detengo mis p
—Brody, ¿sabes que Liam ya conoce a Margot, la amiga de Callie? —digo apenas piso la cocina.El principito parece haber sido tocado por un fantasma, se eriza en su silla y presta atención a todo lo que hay a su alrededor. Mi tutor, en vez de sorprenderse, bosteza.—Lo siento, estoy sorprendido, pero también agotado. —Restriega su rostro un par de veces—. ¿Por qué me lo mencionas, diablillo?Dejo la gabardina de Liam en la mesa y arrastro una silla vacía.—Porque estuve pensando que podríamos hablar con ella.Hago flotar la idea hacia la conciencia de mi tutor que apenas mantiene los ojos abiertos, pero su mandíbula se abre un poco.—¿Quieres hablar con ella? ¿Estás seguro?—Ahora que lo pienso mejor, no creo que debas esforzarte demasiado. Apenas están sanando las heridas en tu mano —opina el princi
—Mason.Miro hacia un lado del sofá y encuentro a Liam.—¿Seguro que estás bien? —pregunta, acariciando mi mejilla—. No has dicho mucho desde que despertamos esta mañana.—No hay mucho qué decir. ¿Sabes? Desde que pasé arrastrándome como babosa rociada con sal, no me reconozco del todo, pero ya no siento que tenga ganas de sacar algo de mi sistema. Solo hay paz, o bueno, algo parecido.—Mmm, quizás necesitabas que algo empujara todo eso que guardabas dentro, y ahora que está fuera, sientes que has renacido.—Tal vez —murmuro, volviendo a mis pensamientos. De pronto alguien patea la puerta un par de veces—. Esa debe ser Irina.Me levanto del sofá hasta la puerta. Al abrirla, hay una chica tiritando de frío.—¡Apártate que me congelo el culo! —Irina me empuja para pasar—
—No hay muchas presentaciones qué hacer porque tengo entendido que ellos dos ya se presentaron solos ante ti. —Les doy una mirada a Liam e Irina—. El único que no conoces es a Brody, el que me mantuvo vivo en medio del infierno que viví.Margot pasea la vista hacia mi tutor que apenas extiende la mano hacia ella.—Un placer, también ayudé a Callie cuando Mason nació.—Entonces eres como el padre que nunca tuvo. —La mujer de ojos profundos le sonríe y acepta el saludo—. Gracias por haberlo cuidado, estoy segura de que no fue fácil.—No hice mucho. Mason tuvo que lidiar solo con peores cosas.Después de esa pequeña charla, de nuevo el silencio me obliga a pensar cómo seguir a esa pequeña introducción. No se me ocurre hacia dónde dirigir las cosas ahora que todos están esperando por lo que sigue. Pron
Irina toma una respiración profunda.—Ella debía protegerme y ayudarme a salir de las garras del tío; a cambio, la acercaría al hijo de la amiga que perdió. Si Keelan no podía contener a los perjudicados, Margot pondría un poco de su parte. Ese es el trato. Lo siento, te usé, tal vez. No me sentí muy bien por eso, pero me consolé en el hecho de que sabrías entender mi situación. Todo se me fue a la mierda cuando no soportaste la verdad y empeoró, por supuesto, porque Liam me comenzó a perseguir para sacarme información sobre ti y me estaba volviendo loca.Sabía que Liam estaba tratando de averiguar qué pasaba, pero imaginé que ellos se llevarían lo bastante bien como para hablar y no querer matarse uno a otro.—Quemé mi culo para salvar el tuyo, maldito mono de mierda, y ni siquiera me escuchaste cuando quise adv
Después de esa necesaria conversación, Brody habla con Margot, Irina va a tomar una siesta y Liam y yo nos quedamos sentados frente a la chimenea de la sala. El principito, recostado contra mi costado derecho, de vez en cuando toma mi mentón y me besa, sonriéndome con dulzura después de llevar mi brazo hasta su cintura.—¿Puedo pedirte que me acompañes cuando hagamos el homenaje para Callie? Sé que te he molestado mucho con mis asuntos, pero me gustaría tenerte a mi lado en ese momento.Liam se encuentra conmigo a poca distancia de un beso.—¿Por qué quieres que te acompañe? No estoy diciendo que no, solo quiero escuchar esa parte.Aparto la mirada, pero él me obliga a verlo.—Porque me gusta tenerte cerca y me gustaría que me apoyes en esto que sigue siendo complicado para mí.—Estaré contigo tanto como lo
Callie tenía unos diecinueve años. Ese fue el tiempo en el que ella y Margot se conocieron y fueron inseparables desde el primer momento. Creo que la forma en la que sonríe es un calco de mi propia sonrisa.—Aquí estás Callie, con tus padres —pronuncia Brody cuando se endereza y suspira desde lo profundo de su pecho—. Lamento que esto sea todo lo que podamos hacer. No te preocupes, nosotros permaneceremos unidos y seguiré cuidando lo que dejaste en esta tierra.Brody derrama unas cuantas lágrimas por lo que debe ser consolado por Regina quien con mucho cuidado lo aparta para que nosotros hagamos lo que tenemos que hacer.Irina suelta mi brazo y abre un paraguas al tiempo que se va hacia el principito.—Ven conmigo un rato —dice, arrastrando a Liam con ella.Margot y yo, cada uno con su paraguas, observamos a Callie. Inspiro hondo y exhalo porque aun si no tengo ganas de
Irina entendió sin que lo diga. No puedo seguir haciendo lo que antes sí, se acabaron las misiones cercanas a la muerte para mí. Al menos no estará sola, al parecer Keelan le será de ayuda y por lo visto intenta hacer cosas buenas para compensar lo que fue en el pasado. No lo culpo. A veces también pretendía ser más bueno de lo que genuinamente soy para ver si así la culpa pesaba menos.—Seguimos siendo amigos a pesar de que no esté contigo en el trabajo. —le digo—. ¿Vas a estar bien?—Sí —responde, acomodando a un lado su cabello un poco crecido—. El tío y los demonios siguen encargándose de los principales problemas. Solo tendré que lidiar con las quejas de Júpiter y ver cómo castigo a los malditos simios que me dejaron cuando más los necesitaba.Resueltas las cosas, me despido de Irina y subo a mi cu
Irina y el principito salen de la sala del cine cantando como locos una de las canciones del soundtrack de la película de Alina. Parece que he traído a mis hijos a ver su film favorito.—¿Cómo te saco de mi cabeza? —Canta Irina a todo pulmón—. ¿Cómo vuelvo a meterte en mi cama? Oh no, oh no. Dime que estás loca, dime que tienes miedo,dime que todavía amas lo que tenías. Oh no, oh no.—Cuando ya no quedan pecados de los que preocuparse —continúa Liam, sacudiéndome un poco—, y la lluvia torrencial vierte momentos oscuros. Cuando todo se ha dicho y hecho, nadie me puede salvar.—¡Oh, no me des tu testimonio! —cantan los dos al mismo tiempo —Óyeme ahora. Oh, no me des tu testimonio, dime ¿cómo tantos momentos felicespueden entristecerme tanto? Porque no importa cuántas v