Estos años que estuve tratando de no ceder a la solución fácil y rápida, un maldito tiro en mi cabeza, no son nada en comparación a la cruel verdad que supe de Margot. Hubo un momento en mi maldita vida en el que las cosas podrían haber resultado mejor, podría haber sido un chico normal. Quizás alguien que se esforzaría en sus notas para poder ver una sonrisa y tranquilidad en el rostro de Callie. Mis días estarían llenos de planes con amigos o ya habría tenido más de una oportunidad de salir con chicos y experimentar más que un maldito círculo vicioso donde herir y ser herido eran el equivalente a amar y ser amado.
Tal vez habría desarrollado mi gusto por la cocina al observar a Callie preparar el almuerzo y la cena todos los días y sé que le habría ayudado en todo porque no habríamos podido contar con nadie más. Bueno, podr&iacut
Vuelvo a contemplar a mi tutor, la única persona que en algún momento pude igualar a un padre, pero ahora me cuesta siquiera reconocerlo.—Todo el mundo me dice que no pudo. Margot no pudo, tú no pudiste, Callie no pudo. —Me enderezo, sintiendo la sangre resbalar por mi mano—. Nadie pudo escapar de esos locos, pero aquí me tienes. A pesar de haber vivido una vida de mierda, tuve las pelotas para apartarme de ello.Brody frunce el ceño, negando con la cabeza.—¡Pude hacerlo! —le grito, odiando que me diga que no—. ¡Aunque haya tenido que arrastrarme para salir de ahí!—¡Casi mueres!—Sí, pero estaba dispuesto a eso antes que a convertirme en un monstruo más.—Lo siento —murmura él—. Desde niño has tenido que vivir al borde del peligro y aunque he tratado de sacarte esa costumbre, no he podid
—Iré abajo a buscar algo para comer. —En la puerta de mi cuarto, Irina me señala con un dedo—. Volveré cuando hayas arreglado el desastre que dejaste, mono de mierda.Quería ocultar ciertas cosas porque no deseaba perder este pequeño pedazo de felicidad, pero parece que no es mi destino ni lo que voy a conseguir en esta vida.—No puedo enojarme contigo, me duele verte así, y ya me habías advertido que sería complicado estar contigo—. Liam pellizca el puente de su nariz mientras el silencio es la única respuesta que puede dar. Evito encontrarme con lo que me hace daño, agachando la cabeza. No quiero ver el momento en que él ni siquiera se molesta en seguir preguntando—. Tampoco pareces confiar demasiado en los demás, pero eso puedo dejarlo pasar porque no es como si hubieras tenido muchos de los que fiarte.No entiendo por qué de repente
—Un día le pregunté a mi tío qué había sido de la vida de mi mamá. En ese momento tal vez estaría en los seis años, siete como mucho, pero me taladraba la cabeza el hecho de que nadie quisiera decirme nada acerca de ella. —Tomo una respiración profunda, tratando de no detenerme a mitad de camino a pesar de que quiera hacerlo. Por un momento casi puedo escuchar las voces de esos demonios—. Maxwell me dijo que ella huyó de casa y no quiso llevar mierda extra. Luego se lo pregunté a mi padre. Él también dijo algo parecido, solo que agregó el extra de que ella me odiaba y por eso, antes de irse, les dejó como tarea matarme lo más pronto que pudieran. Nunca pudieron conmigo. A pesar de que dejaron huellas que difícilmente desaparezcan, los enfrenté hasta casi agotar mi último aliento. Al menos uno de los dos logró salir de ese infie
Brody se da vuelta y ambos nos encontramos frente a frente. Su mirada me recorre por unos segundos, pero vuelve a ocuparse del desayuno.—Lamento haber dicho que eras un cobarde… Hum, también por haberte echado la culpa de algo que nadie habría podido evitar. —Tomo asiento porque no me queda fuerza para sostenerme a mí mismo, y dejo caer mi cabeza en mis brazos ahora sobre la mesa—. Estaba desesperado por descargar todo lo que sentía en alguien y no medí mis palabras ni lo que hacía. Te lastimé muchas veces, Brody. Cuando te dije que no te ilusionaras con la idea de ser mi padre; no teniendo ni un poco de tacto a la hora de decirte sobre la muerte de Callie; en el pasado. En serio lo siento y sé que quizás tardes en perdonarme, pero si decides no hacerlo, entenderé y no te molestaré más.Al instante en que una mano se posa en mi hombro, trato de no llorar. Ni si
Irina tal vez es la causa de que mi chico parezca un témpano de hielo en vez del encantador príncipe que es la mayor parte del tiempo.—¿Qué haces? —Ella se cruza de brazos, empinando el mentón—. Puedes molestarme tanto como quieras, pero con él ni siquiera lo intentes.—Oh, claro, porque es un chico sensible, dulce y romántico. Un príncipe que no debería ser molestado por la bruja, ¿no?—No sé qué es lo que pasó entre ustedes, tampoco quiero los detalles de todo eso; lo único que te pido es que no vayas más allá de algo que no te incumbe, ¿está bien? —Sostengo la mirada desafiante de Irina —. Te considero una amiga, pero si continúas molestándolo…—El día que te enteres de la verdad que ese príncipe esconde, más te vale qu
Es viernes en la tarde, la lluvia no cesa y comienza a sentirse el frío húmedo e inestable del otoño. Las calles están desiertas, es obvio que todos prefieren meterse en sus casas antes que caminar bajo la lluvia que oscurece la ropa a pesar del paraguas. Lamentablemente yo tenía que asistir a mi última sesión de terapia de la semana, por eso no pude enroscarme en mi cama para dormir una buena y merecida siesta hasta que el hambre sea el despertador que me obligue a abandonar mi cálido nido.Por lo menos esta vez mi cerebro no recibió una sacudida como otras veces, solo tuve que pensar más de una vez cómo explicar la manera en la que decidí tomar la aparición de alguien ligado a Callie, que hasta ahora me cuesta llamarle madre.Un tirón de mi brazo me hace voltear hacia un lado. El principito juega con las hojas amarillentas de un pequeño árbol. Detengo mis p
—Brody, ¿sabes que Liam ya conoce a Margot, la amiga de Callie? —digo apenas piso la cocina.El principito parece haber sido tocado por un fantasma, se eriza en su silla y presta atención a todo lo que hay a su alrededor. Mi tutor, en vez de sorprenderse, bosteza.—Lo siento, estoy sorprendido, pero también agotado. —Restriega su rostro un par de veces—. ¿Por qué me lo mencionas, diablillo?Dejo la gabardina de Liam en la mesa y arrastro una silla vacía.—Porque estuve pensando que podríamos hablar con ella.Hago flotar la idea hacia la conciencia de mi tutor que apenas mantiene los ojos abiertos, pero su mandíbula se abre un poco.—¿Quieres hablar con ella? ¿Estás seguro?—Ahora que lo pienso mejor, no creo que debas esforzarte demasiado. Apenas están sanando las heridas en tu mano —opina el princi
—Mason.Miro hacia un lado del sofá y encuentro a Liam.—¿Seguro que estás bien? —pregunta, acariciando mi mejilla—. No has dicho mucho desde que despertamos esta mañana.—No hay mucho qué decir. ¿Sabes? Desde que pasé arrastrándome como babosa rociada con sal, no me reconozco del todo, pero ya no siento que tenga ganas de sacar algo de mi sistema. Solo hay paz, o bueno, algo parecido.—Mmm, quizás necesitabas que algo empujara todo eso que guardabas dentro, y ahora que está fuera, sientes que has renacido.—Tal vez —murmuro, volviendo a mis pensamientos. De pronto alguien patea la puerta un par de veces—. Esa debe ser Irina.Me levanto del sofá hasta la puerta. Al abrirla, hay una chica tiritando de frío.—¡Apártate que me congelo el culo! —Irina me empuja para pasar—