El principito levanta mi mentón para que nuestras miradas estén alineadas. No hay nada diferente en él. Aun tiene una suave sonrisa dirigida hacia mí y su expresión no parece forzada.
—Ya tomé mi decisión hace tiempo y sigo convencido de que no me he equivocado. Tampoco pienso que me vaya a arrepentir. Además, cuando te hablé por primera vez en lo único que pensé es que esta era mi oportunidad para poder acercarme al chico por el que había estado suspirando desde hace un tiempo.
—¿En serio? —Se me escapa una risita —¿De un chico problemático?
—No, de un chico tranquilo, maduro y con una mirada tan profunda que es difícil decir si está en la tierra o ha viajado a un plano intelectual superior.
—Lamento romper tu burbuja.
—¡Pero si eres más de lo que esperaba! —Ríe,
Keelan deja caer ambos brazos, desviando la mirada hacia mí.—No me digas que planeas ayudarla. —Él se acerca lentamente, manteniendo el desafío en sus ojos—. Insistías tanto en querer una vida en paz, pero volviste a la mierda que tanto quisiste evitar. ¿Y ahora qué? ¿Sacrificarte otra vez por alguien que queres?—Deja de pretender ser bueno, ambos sabemos que esa actitud tuya no dura para siempre.—Claro, había olvidado que el único que puede cambiar eres tú. Los demás siguen siendo una bolsa de mierda que es mejor tirar a la basura. —Keelan me empuja con su hombro antes de avanzar hacia el elevador—. Tienes encima el perfume del querido por el que volviste a caer en un pozo. Quizás por eso no estás pensando con la cabeza que tienes arriba.Irina suspira con fuerza cuando Keelan abandona el apartamento.—Ese i
Se supone que volví a ser un sabueso de la mafia porque necesitaba que ella me hiciera un favor. Con el tiempo me di cuenta de que podría hacer más por el eslabón perdido solo por el hecho de que me agrada y llegué a tenerle cierto cariño. Me vi en la obligación de apoyarla cuando todos los demás la dejaron sola.No pensé que mi acto de amor estaba tan mal ejecutado por donde quiera que se vea. No estaré observando una película de acción desde la comodidad de una silla, tendré que cargar un arma y cuidar de no terminar agujereado por las balas que vayan a lanzar contra nosotros.Tengo que volver a vivir lo que hace unos años me dejó tan descolocado que casi cedí al impulso de tomar una pistola y hacerme el bendito favor de insertar una bala en mi cerebro ya putrefacto. Esa vez Keelan y yo debíamos matar a la familia de un sujeto que ni recuerdo qu&eacu
El escenario se acomoda tan bien para lo que tengo que hacer, que en parte me asusta. Al momento en que todos se van, corro hacia mi habitación, saco mi mochila del armario y llamo a Irina.—Estoy listo.—Iré por ti en seguida —responde ella.Apago el celular sintiendo que un puñal atraviesa mi alma. La última vez que hice algo como esto no resultó nada bien, pero ahora todo es diferente. No estoy atado a un loco psicópata, solo a una reina sin suerte que hará todo lo posible para que salgamos vivos de allí.Tal vez sí debí mencionarle al principito que el trabajo con Irina suele ser un poco peligroso.La bocina de un auto me devuelve a la tierra. Resignado, salgo de la casa directo al auto de Irina.—¿Listo?—Sí —respondo sin voltear para verla.—¿Liam está en casa?Liberando
Margot apenas puede contener el dolor y la amargura. Su respiración comienza a agitarse tanto que parece alguien que acaba de ser soltado al espacio exterior.—Un día, cuando volví de comprar algunos víveres, mi hogar estaba destrozado y había algo escrito con sangre en la pared justo encima de… tu madre. Estuve a punto de matarme, pero lo único que me devolvió la cordura fue saber que todavía quedabas tú, que no podía permitir que alguien te hiciera daño, pero si quería llegar a ti y destruir a esos sujetos, debía volverme como ellos.—Margot —hablo por primera vez desde que escuché la historia—. Yo también me volví uno de ellos.Sus labios se tensan en una línea y su mirada es casi la de alguien que acaban de partirle algún miembro y no puede descargar el dolor.—No fue porque quisieras. Era e
Estos años que estuve tratando de no ceder a la solución fácil y rápida, un maldito tiro en mi cabeza, no son nada en comparación a la cruel verdad que supe de Margot. Hubo un momento en mi maldita vida en el que las cosas podrían haber resultado mejor, podría haber sido un chico normal. Quizás alguien que se esforzaría en sus notas para poder ver una sonrisa y tranquilidad en el rostro de Callie. Mis días estarían llenos de planes con amigos o ya habría tenido más de una oportunidad de salir con chicos y experimentar más que un maldito círculo vicioso donde herir y ser herido eran el equivalente a amar y ser amado.Tal vez habría desarrollado mi gusto por la cocina al observar a Callie preparar el almuerzo y la cena todos los días y sé que le habría ayudado en todo porque no habríamos podido contar con nadie más. Bueno, podr&iacut
Vuelvo a contemplar a mi tutor, la única persona que en algún momento pude igualar a un padre, pero ahora me cuesta siquiera reconocerlo.—Todo el mundo me dice que no pudo. Margot no pudo, tú no pudiste, Callie no pudo. —Me enderezo, sintiendo la sangre resbalar por mi mano—. Nadie pudo escapar de esos locos, pero aquí me tienes. A pesar de haber vivido una vida de mierda, tuve las pelotas para apartarme de ello.Brody frunce el ceño, negando con la cabeza.—¡Pude hacerlo! —le grito, odiando que me diga que no—. ¡Aunque haya tenido que arrastrarme para salir de ahí!—¡Casi mueres!—Sí, pero estaba dispuesto a eso antes que a convertirme en un monstruo más.—Lo siento —murmura él—. Desde niño has tenido que vivir al borde del peligro y aunque he tratado de sacarte esa costumbre, no he podid
—Iré abajo a buscar algo para comer. —En la puerta de mi cuarto, Irina me señala con un dedo—. Volveré cuando hayas arreglado el desastre que dejaste, mono de mierda.Quería ocultar ciertas cosas porque no deseaba perder este pequeño pedazo de felicidad, pero parece que no es mi destino ni lo que voy a conseguir en esta vida.—No puedo enojarme contigo, me duele verte así, y ya me habías advertido que sería complicado estar contigo—. Liam pellizca el puente de su nariz mientras el silencio es la única respuesta que puede dar. Evito encontrarme con lo que me hace daño, agachando la cabeza. No quiero ver el momento en que él ni siquiera se molesta en seguir preguntando—. Tampoco pareces confiar demasiado en los demás, pero eso puedo dejarlo pasar porque no es como si hubieras tenido muchos de los que fiarte.No entiendo por qué de repente
—Un día le pregunté a mi tío qué había sido de la vida de mi mamá. En ese momento tal vez estaría en los seis años, siete como mucho, pero me taladraba la cabeza el hecho de que nadie quisiera decirme nada acerca de ella. —Tomo una respiración profunda, tratando de no detenerme a mitad de camino a pesar de que quiera hacerlo. Por un momento casi puedo escuchar las voces de esos demonios—. Maxwell me dijo que ella huyó de casa y no quiso llevar mierda extra. Luego se lo pregunté a mi padre. Él también dijo algo parecido, solo que agregó el extra de que ella me odiaba y por eso, antes de irse, les dejó como tarea matarme lo más pronto que pudieran. Nunca pudieron conmigo. A pesar de que dejaron huellas que difícilmente desaparezcan, los enfrenté hasta casi agotar mi último aliento. Al menos uno de los dos logró salir de ese infie