Rebeca Benítez
Cansada de los abusos de su tío violento, Diana toma la decisión de escapar de casa antes de los dieciocho. Ha encontrado ese anuncio perdido en el periódico: "Se busca compañero de cuarto"... Esa podría ser su salvación. Solo tiene que mentir sobre su edad, diecisiete años, y esperar que el tiempo transcurra, hasta que su tío pierda por completo su custodia.
Para eso, es necesario mentirle a dos hermanos, Marco y Eric. Uno es encantador, extrovertido y está completamente feliz de creerle todas sus mentiras. El otro es severo, duro como una roca; tan atractivo con su personalidad fría que Diana no puede dejar de pensar en él, a pesar de que es mucho mayor. Pero Diana nunca ha sido una niña, la vida la obligó a madurar muy rápido; su mente es demasiado vieja para su joven cuerpo.
Eric piensa lo contrario y está en contra de sus deseos, pero los sentimientos verdaderos pondrán en riesgo todo aquello en lo que cree firmemente. Él es un hombre que tiene todo bajo control, enfocado en el trabajo y en el cuidado de su hermano menor Marco; sus cicatrices y sus traumas no son las cualidades que busca una mujer en una pareja estable, pero es muy fácil vivir sin una, si hace mucho renunció a ese tipo especial de amor. "Demasiado dañado para un cuerpo tan fuerte", solía burlarse su madre. Eric es más que capaz de lidiar con sus problemas, lo ha hecho desde siempre, pero son los ojos de Diana los que despiertan anhelos que él es incapaz de controlar y le roban la fuerza que lo mantiene en línea recta.
Diana y Eric son dos almas que ocultan un pasado doloroso, pero la diferencia de edad es solo uno de los obstáculos que dividirá su amor.