Reeven
- ¿Quieres que German sea normal?
-Por favor, tiene 17 años Graham. ¿Qué esperas de él?
-Que sea el mejor, no por nada le estoy pagando esa escuela tan cara.
-Sabes que, eres imposible no se puede razonar contigo y estoy harta así que señor presidente. -Tome demasiado aire y lo solté. -Renunció. -Que bien se siente eso.
-No puedes renunciar por esto, ni siquiera se trata de tu trabajo.
-Exacto, pero tú lo has hecho mi trabajo pidiendo que fuera a sus juntas, que sea tu presencia en cada juego así que tú lo has hecho mi asunto. Y no soporto ver como tratas así a tu hijo, Renunció.
-No te lo pienso permitir.
-Obsérvame. -Dejé mi agenda en su escritorio y salí de su oficina, entre a la mía solo por mi bolso, no saben que coraje traigo atorado en la garganta.
Ahí están, las enormes puertas hacia mi líber...
-Discúlpeme señora Robledo, pero tengo ordenes de llevarla a la fuerza de regreso.
-Me tocas y te mueres.
Ya estoy de nuevo en el despacho de Graham, este idiota lo pagará.
-La madre de German murió cuando nació, no sé cómo ser padre y dirigir una empresa a la vez.
-Eso me queda claro.
-Cásate conmigo y se esa madre que Germán necesita.
-Estás loco, búscate a alguien más.
-Piensa en Sofía, tendrá la mejor escuela y pagaré su universidad. -Desgraciado, sabe cómo hacerme ceder.
-Puedo arreglármelas sola, y como dije, busca a alguien más.