Madison Scott
Emma ha crecido con las historias sobre brujas y hombres lobos que le contaba su madre. Por culpa de esa obsesión, vivió recluida junto a su hermano mellizo la mayor parte de su vida.
El día en que un folleto llegó a la puerta de su cabaña, Emma debió desconfiar y recordar todas las advertencias que le daba su fallecida madre.
¿Cómo pudo llegar aquel papel a su pequeño hogar alejado del mundo exterior? La idea de comenzar una nueva vida en un pueblo de Alaska junto a su hermano mellizo, era demasiado tentadora como para dejarla pasar.
Sin pensarlo demasiado, ambos hermanos abandonaron todo lo conocido para embarcarse en un viaje que los llevaría a un idílico pueblo, pero apenas llegaron, se dieron cuenta de que aquel lugar no era lo que esperaban. En especial, cuando un enorme, musculoso y atractivo hombre, apareció desnudo en la puerta de su nueva casa mientras les exigía que se marcharan y, para colmo, la llamaba bruja.
Su primer pensamiento fue escapar.
¿El problema? Quien entraba en Silvershade Summit nunca podría salir y Emma estaba atrapada en aquel lugar con ese loco hombre que no solo la exasperaba, también ponía todas sus hormonas a punto de ebullición.
Asher llevaba ciento cincuenta años prisionero en aquel pueblo junto a su manada y todo por culpa de una bruja. El alfa odiaba a las de su clase por más que, para romper la maldición, una bruja debía llegar Silvershade Summit y unirse a él como su compañera de vida.
¡Él jamás se uniría a una bruja, aunque eso significara la liberación!
Lo que Asher no esperaba, era que la mujer a la que aborrecía sin conocerla, volviera loco a su lobo y no lograra pensar en otra cosa que no fuera en poseerla.