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16 chapters
Plan.
Alexander.No sabía lo que estaba haciendo con mi vida, entre Ares y Rubí, me estaba volviendo loco diciéndome lo que no podía hacer.Poco a poco me estaban conduciendo a un callejón sin salida, del cual sabía que si continuaba no podría salir.Pero, aun así, seguía haciéndole caso, y así llegamos aquí. En este momento en el que soy encontrado, casi teniendo intimidad por quién será mi compañera.El miedo y la preocupación a perderla me invadieron, mostrándome que de veras no deseaba rechazarla. La quería en mi vida. Pero había dado un paso para perderla.Sus ojos inexpresivos me miraban, mientras yo me sentía estúpido delante de una joven de diecisiete años.No supe cómo actuar y dejé que Rubí la maltratara; yo, quien debía protegerla, estaba dejando que una loba que está de paso en mi vida la lastimara.Pero una vez más, Daría me mostró que no necesitaba que alguien más la defendiera.Con pasos firmes y rápidos, su mirada brillante, cuál luz sangrienta, se acercó a Rubí y sin esfuer
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Dar una lección.
Daría.Después de mi enfrentamiento con Rubí, mi padre me llevó a casa. Durante el camino, no hubo preguntas, solo un silencio.Sabía que ellos tendrían pregunta, pero no deseaba hacerlo, no ahora, solo deseaba encerrarme en mi habitación.Eso hice por los siguientes cinco días, tenía una oleada de sentimientos que necesitaba procesar, gracias a los cielos mis padres fueron comprensivos y me dieron mi espacio.Cuando estaba mejor, salí de mi habitación para cenar con ellos.—Qué bueno que te animaste a bajar—dijo mi madre.—¿Cómo te sientes?—preguntó mi padre.—Mejor —contesté mientras me sentaba.Ellos se miraron entre sí, sabía que estaban hablando por el enlace, sabía que tenían muchas preguntas. —Me disculpo por causarles problema —les dije.—No tienes que disculparte, sabemos cómo eres, y lo que pasó lo tuvo que desencadenar algo —dijo mi madre.—Sí, pero no era la forma —dije—. Debo aprender a controlar mis emociones.—Es normal que algo así ocurra, así que no seas dura contigo
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Avance.
Alexander.Sabía que sería difícil acercarme a Daría, ella siempre colocaba un muro entre los dos cuando intentaba acercarme o conversar con ella.Pero no estaba dispuesto a darme por vencido, lo lograría, así tenga que pasar lo que me queda de vida intentándolo.—Qué pérdida de tiempo—habló Ares, quien se había mantenido en silencio los últimos días. No respondí a lo que dijo, pues sabía que iniciar una conversación con él no llevaría a nada.Solo me limité a esperar a Daría fuera de la escuelaDaría venía cada tarde y pues yo iba por ella a la escuela.Siempre me ofrecía a ayudarlas con los preparativos, así lograba cruzar una que otra palabra con ella.Después de diez minutos de espera, pude sentir su aroma en el aire, aroma que con los días se hacía fuerte, ya no era tan ligero como el primer día que llegó a la manada.Lo pude ver salir por la entrega principal, su hermoso cabello brillaba con la luz del sol, su sonrisa era angelical.Pero era molesto saber que no era causada por
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Pesadilla.
Daría.Alexander se había esforzado para acercarse, cada día me recogía en la escuela y trataba desesperadamente de conversar conmigo.Poco a poco su cediendo, pero no olvidando lo que había pasado, le daría su lección, pero lo primero era que estuviera loco por mí, después le mostraría quién es Daría Sullivan.Pero las cosas se estaban colocando un poco extrañas, lo digo por la repentina aparición de Rubi y su hermana.Según la Luna, ellas ayudarían con la preparación; sin embargo, estoy segura de que hay algo más detrás de todo.Y lo confirmé, por la pregunta que Maira me hizo delante de todos. Ella deseaba dejarme mal parada delante de Alexander y su madre, no obstante no caería en provocación.—No tienes que ser grosera —dijo Maira al escuchar mi respuesta.—Me disculpo si fui un poco directa, es que no me gusta compartir mi vida privada con personas a las cuales no conozco —dije con una sonrisa en mis labios—. Sin embargo, si tanto deseas escuchar mi respuesta, la respuesta es no
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Incendio.
— No eres más que un inmaduro, acaso tienes idea del papel en que cumplimos las lunas en una manada —le gritó—. Solo te voy a advertir una cosa, Alexander Ivanov, ni se te ocurra rechazarla. Sin saber qué responder, Alexander solo vio la espalda de su madre alejarse. — Ella no entiende —le habló Ares—. Nuestra luna debe tener el conocimiento necesario para dirigir una manada. Daria es solo una niña, que únicamente piensa en llamar la atención del chico guapo de la escuela. Alexander lo ignoró, pues aún estaba aturdido por el golpe y las palabras de su madre. **Alexander. Mi madre nunca me había golpeado, no desde que era un adolescente y me metí en una pelea en la escuela, así que estaba aturdido por lo que acaba de pasar, por lo que no le preste atención a Ares.Subí a mi habitación, tomé una ducha y me acosté, tratando de controlar mis pensamientos, aunque sabía que mi madre tenía razón, ya no era un niño, así que debía portarme como tal.Al no lograr dormir salí de mi habitac
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Nuevo hogar.
Daría.Abrí mis ojos con pereza, hacía mucho que no dormía con tanta tranquilidad como lo había hecho. Me sentí aturdida al ver que no me encontraba en mi habitación. Miré a todos lados buscando algo que me indicara en dónde me encontraba y viendo los aparatos a los que me encontraba conectada, supe que estaba en un hospital.— Hija— dijo mi madre, rompiendo en llanto.— ¿Mamá, qué pasa, porque lloras? —le pregunté llena de preocupación, sin entender lo que pasaba.— Por fin despertaste, hija —dijo mi padre con lágrimas en los ojos.Estaba aturdida, pues no sabía a qué se refería, acaso cuánto llevaba dormida.— ¿Me pueden explicar qué está pasando?—pregunté impaciente. Ellos se miraron entre sí y asintieron. — Hija, llevadas inconscientes más de un mes —dijo mi madre. Y me quedé en shock, acaso estaba bromeando, como podía ser posible, eso. Si más, no recuerdo, anoche me acosté como de costumbre. — Eso no puede ser posible —les dije con una sonrisa en mi rostro, pensando que se t
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