Todos los capítulos de CONTRATO DE APAREAMIENTO CON EL ALFA MALDITO: Capítulo 81 - Capítulo 90
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C81- BATALLAS.
C81- BATALLAS.Odette permaneció inmóvil por un momento, procesando las palabras de Willow, que flotaban en el aire como algo irreal.«¿Embarazada?»No podía creerlo.Pero cuando Willow, con los ojos llenos de lágrimas, dio un paso hacia ella, Odette reaccionó automáticamente. Abrió los brazos, y en un instante, su amiga se desmoronó contra su pecho, hundiendo su cara entre sus hombros. La abrazó con fuerza, aunque aún en shock.—Lo siento... —susurró Odette, acariciando suavemente su espalda.El dolor en su pecho se hacía más grande, porque entendía lo que significaba este tipo de sufrimiento. No solo por lo que significaba estar atrapada en una situación sin salida, sino también por el peso de lo que podría venir.Willow la apretó más fuerte, casi como si temiera que alguien pudiera arrancarla de nuevo.—Odette... —la voz de Willow era apenas un hilo—. Lo que pasa es... que Noah y yo... tuvimos... tuvimos algo. En el viaje, una poción... y... y terminó pasando. Nos acostamos, pero..
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C82- ¡ELÍGEME!
C82- ¡ELÍGEME!Él se acercó más, su mirada fija en la de ella, como si pudiera arrancarle esa decisión, esa respuesta que ya temía. —Te lo pido una vez más —dijo, temblando, pero con una determinación feroz—. Elígeme. Olvídalo todo y quédate conmigo. No importa lo que la diosa diga, no importa lo que la manada quiera... solo tú y yo.Willow jadeó, el dolor surgiendo en su pecho, clavándose tan hondo que casi la ahogaba. «No puedes... pensó. No puedo. No es justo.»Ella sabía lo que su corazón gritaba, pero también sabía lo que era correcto. Noah no merecía perderlo todo.Su mano tembló al alcanzar su rostro. La acarició con suavidad y lo besó con ternura y cuando se apartó, el dolor en su pecho se convirtió en algo aún más profundo. —No —dijo con voz quebrada—. No puedo, Noah. Debes unirte a Nina. Y... y es lo mejor. Para los dos.Él sintió cómo algo dentro de él se quebraba. ¿Lo mejor? Esa palabra la odiaba. No era lo mejor. El calor de la rabia subiendo por su pecho como una lla
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C83- MALDITOS TRAIDORES.
C83- MALDITOS TRAIDORES.Willow no pudo moverse.Sentía las miradas clavadas como cuchillas en su piel, y cada una dolía más que la anterior. Un murmullo creció como un veneno entre los asistentes, rápido, punzante, imparable.“¿Está embarazada…?”“Y no es de Ryland…”“¿Entonces de quién…?”“¡Qué vergüenza!”“¿Y aún pensaba unirse a otro?”Las voces se volvían cuchillos. Algunas llenas de burla. Otras, de desdén.Willow retrocedió un paso, con las manos aún cubriéndose la boca y los ojos inundados. Quiso gritar, correr, desaparecer. Pero no podía. Estaba atrapada. Expuesta.“¡No puede ser!”“¿Qué clase de loba hace eso?”“¡Es una vergüenza para la manada!”La palabra "vergüenza" se repitió como un mantra cruel. Bajó la cabeza. El pecho le dolía, por todos los que ahora la miraban como si fuera una mancha. Como si llevar dentro de ella una vida fuera motivo de asco.«No es justo… No es justo…»Zayden se había quedado sin palabras.Pero fue Noah quien se movió.Bajó del altar sin decir
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C84- LO JURO POR MI SANGRE.
C84- LO JURO POR MI SANGRE.La habitación que les dieron estaba lejos del salón de la ceremonia, alejada del bullicio, del caos… y del dolor.Willow se sentó al borde de la cama, las manos temblorosas y la mirada fija en el suelo. No podía dejar de escuchar los murmullos, los gritos, el dolor en la voz de Nina. El peso de todo lo que había pasado la aplastaba por dentro. Se sentía vacía. Rota.Noah cerró la puerta con suavidad, y el silencio entre ellos era denso, casi insoportable. La miró desde la entrada. Su espalda frágil. Su cabeza agachada. El temblor de sus dedos. Ya no era la loba fuerte que conocía. Era una mujer derrotada.—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó con voz baja, sin reproche. Solo dolor.Ella apretó los labios, y negó con la cabeza mientras unas lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas. Se cubrió los ojos con las manos, conteniendo un sollozo. —Porque... —la voz se le quebró—. Porque sabía lo que iba a pasar... Sabía lo que te costaría. Y me odio por ell
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C85- ESPERO QUE TÚ TAMBIÉN TE CONVIERTAS EN MADRE.
C85- ESPERO QUE TÚ TAMBIÉN TE CONVIERTAS EN MADRE.La noche había llegado con un silencio extraño, como si incluso los árboles contuvieran la respiración. Afuera, en el jardín, Odette estaba sentada, abrazándose las piernas, mirando hacia la oscuridad como si pudiera encontrar respuestas en ella.Zayden salió en silencio y la vio allí, quieta. Se acercó y se sentó envolviéndola con su abrazo. Ella solo suspiró y se recostó en su pecho, como si todo su cuerpo lo buscara sin pensarlo.—¿Qué va a pasar ahora, Zayden? —susurró, con los ojos perdidos en el horizonte.Él apoyó el mentón sobre su cabeza. —Lo correcto —respondió con calma—. Noah tendrá que unirse a Willow. Ya no hay vuelta atrás.Odette asintió despacio, sintiendo la verdad clavarse en su pecho. —Lo sé… pero me preocupan. Sus lobos… están enojados.Zayden deslizó una mano por su brazo, subiéndola hasta su hombro, acariciándola en círculos suaves. —A mí también me preocupan. Pero esa fue su decisión, su destino… Y la verdad
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C86- MI LOBA, MI COMPAÑERA, LA MADRE DE MI HIJO.
C86- MI LOBA, MI COMPAÑERA, LA MADRE DE MI HIJO.La ceremonia había terminado.Willow y Noah ya eran oficialmente compañeros bendecidos ante la Diosa. Sin embargo, sus lobos seguían en silencio, dormidos dentro de ellos, como dictaba la naturaleza cuando un vínculo no era predestinado.Pero a Noah no le importaba. Tenía a Willow. Y eso era suficiente para él.Ella, en cambio, no podía dejar de pensarlo. El vacío. El eco de algo que debía estar y no estaba. Y aun así, ahí estaba. De pie frente a él, con su vestido aún ajustado a las curvas, las mejillas encendidas y los ojos llenos de temor e incertidumbre.Noah la sostuvo de la mano mientras caminaban hacia la habitación. Y al cerrar la puerta detrás de ellos, todo el mundo quedó atrás.Con un solo movimiento, la atrajo contra la madera, su espalda chocando suavemente contra la superficie. Levantó un brazo y aseguró la puerta sin apartarse de ella. Con el otro, atrapó sus manos y las elevó por encima de su cabeza.Sus labios descendier
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C87- NO TE ALEJES.
C87- NO TE ALEJES.Un mes después...Había pasado un mes desde la unión oficial de Noah y Willow como compañeros bendecidos. Y aunque la manada tardó en acostumbrarse a la noticia —y los susurros persistieron durante los primeros días—, el tiempo hizo lo suyo. Las aguas se calmaron. Los rumores cesaron. Y la vida, como siempre, siguió.Noah y Willow se habían mudado a una casa construida especialmente para ellos, cerca del castillo. A pesar de que Zayden prácticamente les rogó que se quedaran dentro de los muros, ambos insistieron en que necesitaban su propio espacio. Intimidad. Aire. Y después de tantas tormentas, nadie podía culparlos por quererlo.Por su parte, Zayden y Odette estaban más unidos que nunca. Ella no solo era su Luna, su guerrera, su compañera… era su hogar. Y él, su refugio. Los cachorros heridos en el último ataque ya estaban completamente recuperados, y por primera vez la manada respiraba un poco de paz.Ahora, se preparaban para la gran celebración de la Luna d
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C88- CUANDO UNA DE LAS ALMAS DEJA DE AMAR.
C88- CUANDO UNA DE LAS ALMAS DEJA DE AMAR.La cabaña del sanador estaba envuelta en un silencio tan denso que dolía. Odette sostenía la mano de Willow. La sentía fría, tensa, como si todo su cuerpo estuviera hecho de piedra. Los nudillos blancos delataban la fuerza con la que se aferraba. Como si aferrarse a ella fuera lo único que la mantenía unida a la realidad.El sanador, un hombre de rostro cansado y ojos viejos como el bosque, colocó sus manos sobre el vientre de Willow. Y cerró los ojos. Su ceño se frunció apenas unos segundos después. Y ahí, justo ahí, Odette supo que algo iba mal.—Willow… —dijo el sanador, con voz grave y áspera—. No siento a tu cachorro.Willow soltó una risa. Pero no fue una risa real. Sonó vacía, quebrada, como el eco de algo que intentaba aferrarse a la esperanza.—No… no puede ser. Tiene que estar ahí. Tiene que estarlo.El sanador retiró sus manos lentamente. Y Odette sintió el temblor en el cuerpo de su amiga antes de que comenzara a sacudirse por co
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C89- SONRISA MORTÍFERA.
C89- SONRISA MORTÍFERA.Odette caminaba con pasos lentos, la voz del sanador se repetía una y otra vez en su mente.«Odette, creo que estás esperando un hijo del Alfa…»El corazón le palpitaba con fuerza. Se llevó una mano al vientre, como si apenas ahora pudiera sentir la nueva vida que quizás latía dentro de ella. Sus dedos rozaron con suavidad la tela del vestido, y en ese gesto hubo un temblor... de esperanza, de miedo, de amor.—Hola, pequeño —murmuró apenas, con una dulzura temblorosa—. Estoy aquí… Mamá está aquí.Pero apenas dejó salir esas palabras, el miedo la golpeó con brutalidad. Su mirada se nubló, y su garganta se apretó. Pensó en sus últimos embarazos. En su pérdida desgarradora.¿Y si ese mismo destino la aguardaba?«Si no están destinados, los cachorros mueren…»Su pecho se alzó con dificultad, y los ojos se le llenaron de lágrimas contenidas. Pero no podía permitirse quebrarse. No ahora. No con esa posibilidad latiendo en su vientre.—No —susurró con firmeza, sacudi
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C90- ESPERANZAS Y LA CRUEL OSCURIDAD DEL DOLOR.
C90- ESPERANZAS Y LA CRUEL OSCURIDAD DEL DOLOR.La noticia se esparció como un incendio. Odette estaba embarazada.Los susurros llenaron los pasillos del castillo, y uno a uno, los miembros de la manada se acercaban a Zayden para felicitarlo. Algunos lo hacían con una reverencia respetuosa, otros con una palmada en el hombro y sonrisas sinceras. Él respondía con un leve asentimiento, aún atrapado en una niebla de incredulidad, como si temiera que todo fuera un sueño.Pero no lo era. Odette. Su Luna. Su compañera. Estaba esperando un hijo suyo. Un cachorro.Y cada vez que lo pensaba, su pecho se llenaba de algo imposible de contener. Una mezcla de orgullo, felicidad desbordante y una ternura que ni siquiera sabía que existía dentro de él.«Tenemos que protegerla. A ella. Al cachorro.»La voz de su lobo rugía dentro de su mente, más dominante que nunca.—Claro que lo haremos —respondió Zayden, sonriendo para sí.«Y carne. Mucha carne. Pero no venado, quizás conejo o... pato. ¿Cuál es
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