Inicio / Romance / Atada a un hombre cruel / Capítulo 31 - Capítulo 32
Todos los capítulos de Atada a un hombre cruel: Capítulo 31 - Capítulo 32
32 chapters
Maldito paraíso
EMILIAEl aroma del pan tostado llenaba el aire, mezclado con un toque de mantequilla derretida y el sonido suave de los huevos chisporroteando en el sartén. Me movía con una calma, como si lo que pasó anoche fuera algo normal. Como si fuéramos solo una pareja más, despertando juntos, compartiendo algo tan trivial como preparar el desayuno.Pero nada de esto era trivial para mí.Después de cinco años de silencio, tenerlo ahí, dormido en mi cama, con mi olor sobre su piel… era surrealista.Había tomado una decisión silenciosa: vivir un día. Solo uno. Cómo si fuéramos normales. Como si no nos debiéramos tanto. Sentí sus pasos antes de escucharlos. Su energía siempre llenaba la habitación segundos antes que él.Di un respingo al sentir sus brazos que me rodearon por detrás, fuertes, seguros, cálidos. Se aferró a mí como si fuera algo valioso, como si tuviera miedo de que me desvaneciera entre sus dedos. Su nariz rozó mi cuello y aspiró mi aroma. Me estremecí cuando soltó un par de besos s
Leer más
Secretos
EMILIA Era la hija de la amante de su papá. Era lo único que pasaba por mi cabeza y las posibilidades más retorcidas se me vinieron a la mente como si fueran avispas enfurecidas atacándome. No lo podía creer. No lo quería creer. Muchas veces la ignorancia era un sinónimo de felicidad.¿Cómo me sentía? No lo sabía. Yo. . . No sabía de qué manera mirar a Brandon. . .No fue un grito. No fue una lágrima inmediata. Fue el silencio lo que me hizo quebrarme en el interior. Era aquel tipo de silencio que solo ocurre cuando se te cae el mundo de los hombros y no puedes ni hablar para pedir ayuda. Solo lo miré. Lo miré como si acabara de dispararme en el pecho con una palabra.Amante. — ¿Mi madre? —Pregunté, aunque ya lo había entendido. Lo supe antes de que lo dijera. Nunca lo vi venir. No lo había sospechado porque mi papá siempre había estado bien con ella. . .— Emilia. . .— ¿Mi madre fue ella?Él asintió. Y eso bastó.No lloré. No aún. Caminé hacia la cocina. Tomé el primer vaso que en
Leer más
Escanea el código para leer en la APP