Ahí estaba yo, conduciendo a máxima velocidad por aquella carretera. Me podia dar el lujo de hacerlo ya que no había tantos carros y el camino era todo recto. Las curvas peligrosas las había dejado atrás y ahora solo deseabas deslizarme para olvidarme de todo. Había escuchado una vez que era muy buena terapia conducir y vaya que era cierto pues sin intención, me dejé llevar por aquel camino.El auto ayudaba mucho, era tan moderno, tan fácil de manejar, que era difícil no caer seducida ante sus encantos.Tenía un estéreo, la radio local no sonaba, la señal se perdía, sin embargo, dejaron puesta una USB con música, era muy buena selección así que el chofer se llevaba un punto por eso.El aire acondicionado también era una gran ventaja, hacía demasiado calor y recibir esa briza fría controlaba todo mi sistema. Los asientos eran tan cómodos qué podía descansar en ellos. Tenía un sensor de movimiento, el cual me hacía más sencillo estacionarme si es que en algún momento planeaba hacerlo. E
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