Javier Ortiz sonrió de inmediato.—¿Quiere decir que...?Daniel le indicó con un gesto del mentón y entrecerró los ojos, su expresión asemejaba a la de una serpiente sigilosa.—¿O necesitas que te diga lo que hay que hacer?—Entendido. —Javier Ortiz asintió.Una vez acordada la estrategia, Daniel despidió a Javier. Para él, lo primordial ahora era asegurar el proyecto de Altamira Desarrollos. Aunque le costara admitirlo, tenía que enfrentar la realidad: Inmobiliaria Panorama era su principal competidora. Necesitaba averiguar qué plan tenían entre manos.—¡Ring, ring, ring!—Daniel Mendoza tomó su celular. Era un amigo, llamando con una propuesta.—Oye, tú quieres el proyecto de Altamira, ¿no? Me enteré de que una de las herederas de la familia Vargas está metida en eso. Y bueno, dicen que es de las que caen redonditas con un poco de atención, y tú eres todo un cazador... conquistarla sería pan comido para ti, ¿o no?—De acuerdo. Si sale bien, te recompensaré.—Eso sí, Daniel, vas a ten
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