El cielo gris, el repiqueteo de la lluvia contra el techo del taxi que había tomado, brindaba paz a mi mente, me recosté sobre el asiento trasero y me permití cerrar los ojos, últimamente el cansancio es el dueño de mis tardes, tal vez por el estrés que he sentido desde mi matrimonio.Hacía apenas unos días que me había convertido en la esposa del CEO y sentía que habían pasado años. Estaba convencida de que debía anular el matrimonio pero cierta parte de mí, estaba aterrada, sé que intentar algo desatará su furia aun más y mi subconsciente no deja de pensar en ello, pero no podía dejar que el miedo gobernara mi vida por más tiempo.—Hemos llegado, señorita. —Me dijo el taxista con voz áspera, interrumpiendo mi momento de reflexión interna.Luego de pagarle, lo que para mí era una cantidad exagerada, salí del carro. Tengo que admitir que en otra situación no habría podido darme el lujo de pagar dos taxis el mismo día pero la única ventaja de ser la esposa de un CEO era todo el dinero
Ler mais