Dania.Antes de saber que Leander era mi compañero destinado, todo era más sencillo. Solo me estaba dejando llevar por la felicidad que sentía después de tanto tiempo; por la curiosidad, mis hormonas, y la idea de todo lo que podríamos hacer juntos. No había pensado que podría hacerle daño, porque en el fondo me aferraba a que no fuese algo tan serio, pero al descubrir que era mi compañero, una fuerza inexplicable me invadió, amor combinado con miedo; fue el coctel perfecto para rechazarlo y pedirle que me odiara, hasta el punto de transformarlo en algo que me hirió mucho de ver.En cuanto veo al gran lobo dorado frente a mí, pidiéndome que me vaya, no puedo más que obedecer. Me levanto del suelo y corro, pero no lo suficientemente lejos como para que todos piensen que me he ido para siempre.Estuve a punto de decirle que, a pesar de haberlo rechazado, siento que estoy atada a él, que tengo mucho amor para darle, y que quiero que me ame, como sé que no ha amado a nadie, porque todo es
Leer más