Início / Romance / Vuelve conmigo ex-esposa / Capítulo 41 - Capítulo 50
Todos os capítulos do Vuelve conmigo ex-esposa: Capítulo 41 - Capítulo 50
63 chapters
41. Caballos
—¡Mami! ¡Despierta mami! Los chillidos llenos de alegría de Alejandro podrían ser capaces de mover una montaña. Levantarme resultaba complicado debido a que Alexander me envolvía como un gran oso con sus abrazos. Pude escuchar su leve risa tras la situación y agradecía que ambos hubiéramos dormido con pijama. Alejandro brincaba en la cama, provocaba que nos moviéramos de un lado a otro. —Alejandro, ten cuidado, te vas a caer. ¿Podrías dejar de brincar? —¡Por favor, mamá, despiértense! La abuela nos dijo que nos llevaría a montar caballo. —Campeon tu madre dijo que no saltaras. —Hablaba de manera serena pero seria. Alejandro detuvo sus saltos como por arte de magia al escuchar a Alexander. —Papá. —Movía ligeramente la cabeza notando a Anastasia dejar a cookie en el suelo y alzar la mano para que la subiéramos a nuestra cama. Alexander levantaba a Anastasia para ponerla en la cama. Una escena sumamente familiar que aunque no quisiera admitirlo me gustaba. —Tío Alexis nos dijo qu
Ler mais
42. Jaque mate
Mientras regresábamos al vehículo, caminaba tomado de la mano de los niños. Alexander permanecía adelante de nosotros como si fuera el protector, guiándonos hacia su vehículo. Margaret logró convencer a Harry para que la acompañara para irse más temprano, ya que le había mencionado que tenía una cena importante con una amiga. Mientras caminábamos se escuchaba un intenso galopeo algo que hizo que mis hijos se detuvieran y saltaran de emoción. A mi lado, se había acercado Frederic el cual al jalar su caballo para detenerse me observo, revelando una radiante sonrisa. Su presencia derrochaba elegancia. —Dorothea, al final si pude verte antes de irte. —Sus ojos se posaron en mi con su tono de voz plausible. —Tenia algo importante que preguntarte. —Revelo una sutil sonrisa. —Se acerca la boda de una de mis primas y me gustaría adquirirle un obsequio... ¿Recuerdas lo malo que soy en eso? Mientras escuchaba, me vino a la mente las escasas ocasiones en las que salíamos juntos... él co
Ler mais
43.Buscando a mamá
POV Alexander Lennox Los celos me invadían al ser consciente de que, si alguien más descubriera tus encantos como los descubrí yo, se enamoraría perdidamente de ti. Tendría la misma sensación de estremecimiento y alegría al verte sonreír, perdería su cordura, como lo que me paso a mi al conocerte. Tenía que ocultar los intenso celos que recorría mis venas. Estos celos me destruían y me enloquecían, dándome a entender que nunca lograría vivir sin ella. Quería retenerla, la deseaba para mi pero no quería asustarla. Por ahora, solo camuflaría mi obsesión por mi exesposa. Mientras me dirigía la palabra, solo lograba fijar mi mirada en sus labios rojos carmesís, completamente hipnotizado. Mientras conversaba, su melena se balanceaba al compás de sus palabras, cayendo sobre sus hombros. Las flores en su vestido ceñido despertaban en mí el deseo de despojarla de él. —¿Alexander? —¿Qué? —¿Has prestado cuidadosa atención a mis palabras? —Un gesto de disgusto se formó en sus labios. —Ya
Ler mais
44. En todo excepto en poseer
Desde el instante en que Frederick tomó mi mano supe que algo no estaba como debía estar. Sus ojos me habían atrapado firmemente en el suelo como si hubiera ejercido un encantamiento sobre mí. Justo estábamos a punto de juntar nuestros labios cuando de repente, algo me arrastró con tanta fuerza que nos separó de golpe, impidiendo que pudiéramos besarnos. Mi espalda impactó contra una sólida pared, generándome un leve impacto. Me giré rápidamente, casi perdiendo el equilibrio. Al toparme con Alexander, mis ojos se abrieron completamente. Su mirada era como un rayo que podía cortar cualquier objeto en esos momentos. Su mera presencia derrochaba la arrogancia que siempre lo caracterizó. El ambiente se había tornado pesado. Mientras Frederick me agarraba la mano, cruzó una mirada con Alexander que parecía ser un enfrentamiento silencioso entre dos hombres que buscaban afirmar su poder. La tensión se sentía en el ambiente, como un fino y delicado hilo que estaba a punto de quebrarse en
Ler mais
45. No regresaré a este casa
POV Alexander LennoxLa luz del despacho de mi padre generaba un clima tenso y casi surreal. Frente a la mesa, mi madre se erguía con distinción, su mirada parecía penetrante, como si pudiera ver a través de todo. —Alexander —inicio, su tono gélido como el acero—¿No estás al tanto de lo que está sucediendo? —No, madre. ¿Qué está sucediendo? —contesté, sosteniendo la mirada en sus ojos. Su rostro cambió y, de manera calculada, extrajo su iPad de la gaveta a su lado, dejándola caer en el escritorio con un impacto rápido. La pantalla se encendió, mostrando un artículo difamatorio sobre Dorothea.—Observa esto —Expresó con una voz profunda y tensa, como si cada una de sus palabras implicara una acusación sutil—. Es reconocida por ser una buscadora de fortunas sin compromisos. No solo ha tenido relación contigo, sino que también ha mostrado interés en el príncipe Frederick. Desde el principio, estaba claro que Harry cometió un error al traer a esa mujer. Y como era de esperar, una vez má
Ler mais
46. Apreciada señorita Crawley
—Mamá, ¿Crees que Cookie y yo podamos comer chocolate?—Definitivamente no, —respondí con firmeza. Tenía la certeza de que si le ofrecía un trocito de chocolate a esa hora, mi hijo lleno de energía estaría dando brincos por las paredes.—Pero mami, si no le damos chocolates Cookie se sentirá triste.Anastasia me observaba con una mirada tan dulce que tenía el poder de deshacer un bloque de hielo. Siguiendo la sugerencia de Alexis, realicé todas las compras a través de una app para luego recogerlas y llevarlas a la residencia de Alexander. Al llegar, comprendí la razón por la cual me habían sugerido esa opción.Vacia… Gris… Sin vida…La tristeza que emanaba de la casa de Alexander me inspiraba compasión. Un pent-house que proclamaba a todos que era un espacio diseñado para un hombre soltero. Era evidente que solía estar sola en compañía de muebles lujosos, aunque seguramente intentaba pasar el menor tiempo posible allí. En mi interior percibía que la residencia carecía del ambiente a
Ler mais
47. Madrina
—¿Deberíamos llevar esto a un investigador? Aunque seria mejor a la policía. —Sería lo más conveniente, —susurró apenas Alexis. —Una vez tengamos los datos de la persona que envió este email, podríamos tomar medidas legales por la amenaza.Mientras Alexis inspeccionaba mi móvil, Alexander me acariciaba los hombros para darme calor. Mi estado de nerviosismo era tan caótico que me costó levantarme. Después de ayudarme a ponerme una bata, Alexander me llevó en brazos hasta la cocina para prepararme una taza de té. Al ver mi angustia, Alexis se acercó a ofrecer su ayuda.—No..no..no…debo llevarme a mis hijos de aquí. —Hablaba sumamente nerviosa. —Le pasaran algo a mis hijos.Mientras Alexander acariciaba mi rostro con delicadeza, Alexis me miraba con una expresión muy comprensiva.—Escucharme Dory, no permitiré que nada le pase a nuestros hijos ¿Comprendes? Contrataremos servicios de protección para ellos durante su estancia en Inglaterra. Cariño, confía en mí, todo saldrá bien, escucha l
Ler mais
48.Sueltala
Alexander se había mantenido a mi lado mientras a lo lejos pude observar a Cassidy comérselo con la mirada. Aunque él no correspondía a su mirada, ella continuaba tocando su cabello, morder sus labios y realizar cualquier acción que pudiera captar su atención. Intenté no prestarle atención ya que sabía que su simple presencia carecía de importancia...hasta que la sorprendí observando detenidamente a mis hijos. La expresión de su rostro reflejaba furia y desprecio. Aunque Alexis nos aseguró que Cassidy no estaba involucrada, tenía una intuición poderosa de que había algo adicional. Su semblante elegantemente impecable adquirió una frialdad evidente, percibiendo algo que me provocó escalofríos. Observé cómo ella levantó la mano hacia su cuello y realizó el gesto de cortar mientras dirigía la mirada hacia mis hijos. Una intensa ira similar a la de una leona se apoderó de mí. ¡Era ella! La coincidencia era algo imposible de considerar. Estaba tan distraída que no note que Alexander se
Ler mais
49. Si realmente me amas
—¿Qué hiciste qué? Alexis se puso de pie del sofá mientras me miraba detenidamente con sus ojos al escuchar todo lo que hice. Alexander ponía hielo en mi mano por todos los golpes que le había dado a Cassidy que termine con la mano con moretones. Alexis voló tan pronto como se enteró de lo que había hecho. —¿Estás completamente desquiciada? —Cruzaba los brazos tratando de contener la frustración que la invadía. —En caso de que decida demandarte, te enfrentarás a una considerable sanción económica. —En ese caso, procedo con el pago. —Balbuceaba. —Ella dijo que le haría daño a mis hijos. —¿Te acercaste a averiguar si mandó los correos? —Interrumpió Alexander mientras acariciaba delicadamente mi mano. —Sí, y honestamente no creo que ella haya hecho eso. Cuando hice referencia a eso, ella pareció confundida. Alexis nos miró detenidamente a los dos. —Entiendo, aparte de Cassidy, ¿hay alguien más que le tenga odio? Digo, ustedes dos eran una pareja muy popular pero para llegar a ese p
Ler mais
50.¿Lo prometes?
Esa mañana fue un ligero caos. Aunque Alexis trató de persuadirme, no había ninguna señal de la identidad de la persona que me estaba amenazando. Adicionalmente, mi teléfono no paraba de recibir correos de manera abrumadora, lo cual generaba mucha inquietud. Los mensajes ya no eran simples amenazas, sino que su propósito iba más allá.Aunque Alexander me suplicó que me quedara, me negué rotundamente. Le comuniqué que en caso de que no me acompañara al aeropuerto, me encargaría de ir por mi cuenta con mis hijos. Finalmente, accedió a ir conmigo a un aeropuerto exclusivo a pesar de estar en una situación de vulnerabilidad. Habíamos alcanzado la zona de embarque, pero a pesar de eso, no tenía ganas de marcharme. En el aeropuerto exclusivo, se percibía una tensión notable en el ambiente, un silencio denso que parecía sofocar hasta el sonido de los aviones que partían a lo lejos. Observé a Alexander delante de mí, su rostro iluminado y oscurecido por la luz que se colaba a través de las am
Ler mais
Digitalize o código para ler no App