Pasaron los meses como un torbellino. La guerra no daba tregua a Dereck ni a nadie en su camino. Él luchaba incansablemente, mientras Paola se mantenía en casa, ocupándose de los niños, quienes lentamente comenzaban a recuperar la normalidad. Sin embargo, una sombra de duda seguía rondando su mente. No sabía nada de Nolan desde hace un tiempo, y aunque Dereck siempre le aseguraba que lo encontraría pronto, Paola no podía evitar sentir una inquietud persistente.Al escuchar el sonido de un golpe en la puerta, Paola se detuvo de inmediato, intrigada. Miró hacia la entrada y, sin pensarlo mucho, se levantó de la silla y caminó hacia la puerta. Cuando la abrió, se sorprendió al encontrar a un hombre parado frente a ella, con una expresión de incomodidad en el rostro.—¿Puedo ayudarte? —preguntó Paola, observando al hombre con atención. Se trataba del nuevo asistente de Dereck. Aquel hombre que anteriormente se había acercado a ella, halagando su atractivo antes de saber que era la mujer d
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