Daniel, aterrorizado por la intimidante presencia de Miguel, tenía los ojos llenos de lágrimas.Clara se apresuró a consolarlo: —Daniel, Patricia y tú son hermanos, ¡seguro te perdonará!Clara miró a Miguel y comentó con tono despreocupado: —Siempre pensé que Raúl parecía una persona amable, pero su carácter es incluso más frío que el tuyo. Que haya arriesgado su vida para salvar a alguien, ¡es realmente extraordinario!Clara alargó la última sílaba y continuó: —Acabo de ver que Sofía bajaba del auto de Raúl, ¿desde cuándo se llevan tan bien?—¡Oye! ¡Miguel, espérame!Clara vio que Miguel se daba la vuelta y se iba, ignorando completamente lo que ella decía.Rápidamente corrió tras él.*En el hospital, Raúl fue llevado al quirófano.Acostado boca abajo en la mesa de operaciones, le dijo al cirujano: —Agrégale dos ceros a los costos de la cirugía, ¡le pasaré la factura al cabrón de Miguel!El cirujano, que lo conocía bien, bromeó mientras cortaba su ropa con el bisturí: —¡El cabrón cre
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