Damián la persiguió hasta el garaje subterráneo.Esa noche, Aitana había conducido un Phantom blanco, pero el coche estaba vacío, ella no estaba dentro.Damián intentó abrir la puerta y luego desistió.Se sentó en su propio coche, preparándose para salir a buscarla. Su corazón estaba realmente ansioso, desesperado por encontrar a Aitana.Justo cuando Damián iba a arrancar el motor, sonó su teléfono. La llamada era de Ginebra.—Mariana.Damián miró ese nombre durante unos segundos y contestó. Rápidamente, se escuchó la suave voz femenina.[Damián, lo siento mucho, Lía te ha causado problemas nuevamente.][Me enteré de lo sucedido esta noche. Mis padres, llevados por su emoción, ofendieron a tu esposa. Me disculpo en su nombre. Por favor, no los culpes, han sacrificado mucho por mí estos años.][Damián, si no fuera porque mi salud era tan frágil en aquel entonces...]...Damián no la dejó continuar.Sosteniendo el teléfono, su rostro elegante no mostraba expresión alguna. Su tono era ama
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